Capitulo XIV: Asamblea General de las naciones Unidas (I/III)

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En la habitación contigua, Phidias organizaba los últimos detalles de la escolta de Ryu y la de Lía, quien se encontraba en la suite de al lado, haciendo un cronograma de las guardias y formando los equipos que asistirían a cada uno de los vampiros al día siguiente en la ONU. También escogía quién se encargaría de la seguridad de la ex cazadora que se quedaría en el hotel.

Amaya caminó al bien surtido mini bar y sirvió whisky en un vaso de vidrio. Antes lo había visto beber en varias oportunidades y siempre fue ese licor el que eligió, por lo que asumió que era el de su preferencia. Ella no acostumbraba a beber y mucho menos servir a otros bebidas alcohólicas, sin embargo, pensó que no debía ser muy difícil y Ryu se veía tan tenso que creyó que eso le ayudaría.

—¡Ten! Tal vez te relaje.

Ryu volteo hacia a ella lentamente trayendo de regreso sus pensamientos en fuga. Le dedicó una cálida sonrisa y tomó el vaso. Al llevarlo a la boca y beber, sus ojos se abrieron en un gesto casi imperceptible, sus labios apenas se fruncieron y al alejar el vaso se demarcaron unas cuantas líneas en ellos, pero, aunque muy tenues, Amaya notó el cambio en su expresión. Mordiéndose el labio inferior, preguntó:

—¿No está bien? ¿No es así como te gusta?

No era de su agrado, él no tomaba el whisky de esa forma, totalmente seco, sin embargo, vio su expresión ansiosa y no quiso herirla. Mantuvo la sonrisa y tomó un poco más.

—¡Está perfecto, mi hermosa flor! — Amaya suspiró aliviada.

—¿Qué ocurre? ¡Estoy segura que todo saldrá bien!

Ryu asintió, se levantó y caminó hacia ella.

—He trabajado mucho por esto, Amaya. Si la mayoría está de acuerdo, dejaremos de escondernos. Un nuevo orden social se impondrá.

La ex cazadora sonrió y rodeó el cuello del vampiro con sus brazos.

—Será así, lo sé. Además, no debes preocuparte tanto. ¿No sería más fácil usar la sugestión y hacer que todos firmen?

Ryu sonrió.

—Sería más fácil, pero no algo permanente, en lo que termine la sugestión se darían cuenta que firmaron algo que no querían, y entonces...

—¡Claro! Entiendo. Tienes razón —la cazadora hizo una pausa y se separó de Ryu antes de volver a hablar—. En ese nuevo mundo que surgirá, con vampiros y humanos conviviendo juntos, La Orden continuará tal cual hoy, ¿verdad? Vigilando a todos los vampiros y haciendo sus horribles experimentos. No debes confiar en ellos ni por un momento. Lo mejor sería que desaparecieran y formar un nuevo organismo de vigilancia donde también participen vampiros, ¿no crees?

Ryu la miró con gesto concentrado.

—Es una muy buena idea, lo plantearé mañana ante la Asamblea, después de firmar los tratados.

El príncipe cerró la distancia entre los dos y la tomó por la cintura para darle un profundo beso. Dirigió su mano a la puerta que comunicaba con la habitación aledaña y la cerró. Amaya gimió al sentir las manos de él recorrer con avidez su talle.

Mañana sería el gran día, pero esa noche alejarían de sus mentes la ansiedad para dedicarse a disfrutar de su amor. 

 

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