Capítulo 31.2

460 136 20
                                    


La pregunta hizo que Eva abriese la boca de par en par. Su boca se abría y se cerraba con un pececillo de esos pequeños y adorables. Paloma cogió aire y se acercó a ella, haciéndola reaccionar.

—Guau, sí que estás pillada si no has empezado a chillarme y a insultarme.

Eva aún seguía procesando las palabras de Paloma al tiempo que un oscuro deseo se le instalaba en algún atisbo de su cabeza.

—No... no voy a hacer eso. —calibró Eva, reaccionando al fin.

—¿Por qué te da miedo que te guste y descubrir la fiera que llevas dentro? —prosiguió Paloma divertida.

Eva comenzó a sentir como toda la sangre se le acumulaba en los cachetes que comenzaban a colorearse ligeramente de rojo.

—Déjalo ya.

Paloma estaba disfrutando más que nunca de aquella situación, así que siguió insistiendo.

—¿Te pone a mil imaginarte a Jota en pleno acto? Es muy guapo, y quizás deberías de darte prisa, estoy segura de que habrá muchas otras mujeres que quieran tener algo con...

Chas. Un sonido agudo inundó el rellano en el que ambas se encontraron cuando Eva le dio una cachetada a Paloma. Ambas se quedaron sin saber cómo reaccionar, pero Paloma estaba a punto de abalanzarse sobre Eva cuando Verónica apareció y se colocó entre ambas con la boca abierta de par en par.

—No he tardado más de tres minutos y os encuentro peleándoos con las manos. —les soltó a ambas con una mirada acusatoria—. ¿Qué demonios os pasa?

Eva estaba nerviosísima.

—Paloma me ha buscado. –se quejó aún anonadada Eva.

—Paloma va a matarte en cuanto que Verónica se quite de en medio. —amenazó la joven de ojos negros tratando de acercarse a Eva y hablando de sí misma como si fuese una tercera persona.

Eva tragó saliva. El vecino de ojos grises contemplaba la situación aún con ojos adormilados, pero disfrutando de aquello de sobremanera.

—¡Guau pelea de chicas! —comentó aparentemente de muy buen humor y frotándose las manos.

—¡Callaos antes de que despertéis a mis padres! —pidió Verónica nerviosa.

Eva se quedó mirándose la mano con la que le había pegado la cachetada a Paloma. Le dolía y sentía una ligera picazón en los dedos. Joder, ¡le había zurrado! No había sido consciente de ello hasta que lo había hecho. No sabía por qué, pero todo su cuerpo había reaccionado de sobremanera al imaginarse a Jota con otra chica. Trago saliva y trató de alejarse de Paloma y mantener una prudente distancia con ella. Sabía que iba a tratar de devolverle la cachetada y que ella estaba sentenciada a recibirla.

—¿De qué lo conoces? —volvió a la carga Eva entornando los ojos hacia Paloma.

—No hemos venido aquí para discutir eso. —intermedió Verónica mirando hacia su vecino en el que ninguna de las otras dos chicas había reparado.

—Hola Felix. —saludó Paloma al ver que había logrado averiguar que era realmente quien ella imaginaba.

David le pegó una paliza por culpa de Paloma. Bueno, debido a que él trato de violarla. Se la merecía.

—Eh, eh, espera, yo no he hecho nada esta vez. —dijo él pensando que quizás Verónica le había contado lo que trató de hacer esa noche.

—Por tu propio bien, eso espero, porque estoy segura de que Cobra no te dejará con vida si intentas algo con su novia. —lo amenazó Paloma haciendo que Felix diese un paso atrás con la respiración algo alterada.

Verónica se centró en memorizar el nombre de su vecino. Felix. Nunca había escuchado a su madre pelear con él ni gritarle llamándolo por su nombre.

—No me has contestado. —siguió Eva ignorando a todos—. ¿De qué conoces a Jota?

Verónica y Paloma miraron a su amiga. La chica no debería de haber mencionado el nombre de Jota, pero ¿qué sabía ella sobre eso de no mencionar nombres si nunca había sabido que estaba cerca de la mafia?

—¡Cállate! —le ordenó Verónica acercándose a ella—. No vuelvas a pronunciar ningún nombre de nadie. ¿Entendido?

Eva abrió los labios sin entender, pero asintió con la cabeza porque era Verónica quien se lo pedía. Eso no le impidió intercambiar una mirada asesina con Paloma. La chica de ojos azules supo en ese preciso momento que no podía volver a dejar a sus amigas solas. No obstante, cuando Verónica se acercó a su vecino para comenzar a explicarle cosas, Paloma se acercó a Eva tanto que la chica pensó que iba a devolverle la cachetada en ese momento.

—Es un traficante humano al igual que Cobra. ¿Quieres más detalles? —le susurró buscando hacerle daño.

Eva abrió los ojos de par en par sin poderse creer aquello. ¿Cómo un chico tan especial como Jota podía hacer eso que acababa de decir Paloma? ¿Traficar con personas? ¿Con vidas? Sintió como todo su mundo se caía al suelo y como su corazón se encogía. Aquello no podía ser real. Jota no había podido elegir ese camino. Paloma le había mentido. No había otra opción. Quería hacerle daño y eso trataba de hacer contándole ese tipo de cosas que no eran ciertas. La chica de ojos verdes miró a Paloma al tiempo que su mundo se hundía aún un poco más cuando algo en la mirada de Paloma le hizo saber que le había dicho la verdad.

Hasta aquí la actualización!!! Contadme! ¿Os gustó? ¿Qué creéis que pasará? Gracias por leerme y un abrazo enooooorme!

Ig: sarahmeywriter

Fb: sarah mey libros


CIUDAD DE FUEGO© (3)Where stories live. Discover now