Capítulo 28.3

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Darren negó con la cabeza.

—Si lo digo soy hombre muerto.

Su voz sonó ronca y había pesar en su rostro. David elevó ambas cejas y se mordió el labio.

—Hace unos minutos me pediste que te matase.

Darren soltó un bufido triste y suave.

—Tú, no ellos.

Y entonces David lo entendió. ¿Quién podía tener peor fama que él?

—¿Estás trabajando para Don Giovín?

Darren cerró los ojos y se llevó una mano a la cara cubriéndosela con vergüenza mientras comenzaba a contener las lágrimas y asentía con la cabeza.

—Don Giovín quiere ocupar el lugar de Maek. Hace unas semanas escuché como Maek le decía a Don Giovín todo el dinero que ganaban con el tráfico humano, y de pronto Maek aparece muerto. Por lo que sé, Baref tiene motivos para pensar que fue él quien mató a Maek, así que por eso, por lo poderoso que es Don Giovín y porque es amigo íntimo de El Zorro, Baref ha decidido irse durante un tiempo y entregar a mi grupo de jóvenes a Don Giovín en señal de paz.

David necesitaba un momento. Aquello no podía ser cierto. ¿Baref entregando a su grupo de jóvenes a Don Giovín en lugar de tratar de matarlo? ¿Qué sentido tenía aquello? Quizá el poder de aquel hombre era aún más fuerte de lo que creía. Quizá todos habían sucumbido a una histeria colectiva desde la muerte de Maek.

—¿Me estás diciendo que Baref se ha ido de Neone?

David aún no acababa de creerse lo que Darren le contaba. Todo aquello era demasiado raro. Demasiado rebuscado. Baref estaba fuera de Neone y Don Giovín había pasado a ser la principal amenaza, incluso por encima de Sean.

David cerró los ojos y Darren lo observó mientras trataba de contener las lágrimas de la impotencia con vergüenza y disimulo. Nada de aquello era típico entre ellos. Darren jamás se habría permitido a si mismo llorar delante de nadie y mucho menos de David, pero el dolor que sentía tanto en su cuerpo como en su alma eran casi insoportables. Nadie merecía pasar por lo que él estaba pasando, y sin embargo, hay demasiadas personas en el mundo que pasan por ello.

—¿Paulo también está trabajando para Don Giovín?

Darren negó con la cabeza y David elevó ambas cejas al tiempo que se acercaba a él.

—¿Dónde está entonces?

El rubio cogió aire y desvió la mirada. David se temió lo peor hasta que volvió a hablar.

—Baref se lo llevó con él cuando abandonó la ciudad. Se fue con sólo dos de sus hombres de confianza y con Paulo.

David se dejó caer en la pared que tenía justo detrás, algo mareado de pronto.

—Al menos no pueden estar captando a mujeres en otro lado por su propia cuenta.

Darren no entendió aquello y le preguntó con la mirada.

—Allí no están protegidos como lo están aquí, ni tienen una red de personas corruptas que los encubren.

David miró con detenimiento a Darren. Siempre habían sido enemigos, pero el profundo dolor que había en sus ojos le hizo hacer algo que en otro momento jamás habría hecho.

—Estoy dispuesto a ayudarte. —le dijo autoritario.

Darren se miró las piernas.

—Eso es imposible. No puedo salir de dónde estoy metido. Y si lo intentas tú también acabarás muerto—se lamentó con pesar.

David bufó.

—¿Ahora eres una víctima autocomplaciente? ¿Eso era todo lo que tenía que hacer para que dejases de molestarme? ¿Bastaba con violarte?

David sabía que estaba diciendo auténticas burradas, pero necesitaba encontrar una reacción en Darren para saber que no estaba totalmente perdido. La reacción no tardó en llegar cuando el chico rubio se lanzó a su cuello.

Bien, pensó David, aún quedaba algo de Darren por exprimir. El chico dejó que le pegase un puñetazo y luego le agarró ambas manos. La mejilla del joven de ojos grises ardía por el golpe.

—Esto no podrán quitártelo nunca. No si tú no se lo permites. —le dijo refiriéndose a su fuerza interna y dejando a Darren sin saber cómo reaccionar—. Estoy dispuesto a ir a por Don Giovín si ha entrado a formar parte de esta mierda, así que si quieres ayudarme, estoy dispuesto a confiar en ti, pero si te atreves a ni tan siquiera pensar en traicionarme, te recordaré por qué me llaman Cobra.

Darren se quedó muy quieto e incluso dejó de respirar. David lo observó mientras se levantaba del suelo donde había tirado a Darren y lo miraba con crudeza.

—Fuiste tú... —dijo entonces Darren, como si estuviese comenzando a atar cabos—. Tú lo mataste.

David le agarró por el cuello y lo llevó a la pared más cercana, haciendo que el cuerpo de Darren chocase dolorosamente con los ladrillos.

—No te atrevas a volver a decir eso. —le amenazó David, aunque ambos sabían que había sido él.

Darren asintió y aún temblaba cuando David lo soltó. El chico se mantuvo en silencio unos minutos, asimilando todo aquello y David le dio espacio para que lo hiciese.

—¿Qué necesitas que haga?

David lo miró de arriba abajo y le sonrió levemente, imponente.

—Pensaba que iba a tener que matarte.


Hola personitas preciosas!!!! Para desearos feliz San Valentín os traigo un maratón de tres capítulos y creo que el último os va a gustar aunque no salga David. ¿Os hacéis una idea de por qué? :) Gracias por leerme y contadme que os ha parecido porfa!!! Un abrazo enooooorme!

PD: ya cambié mi nombre de instagram a sarahmeywriter. Pooooooor fin <3

FB: sarah mey libros

Me he hecho perfil de sweek: sarah_mey



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