Capitulo XXIII: Planes

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—¡Pues lo es! Su localizador la muestra en la Fortaleza del príncipe. Ella está con él.

El rostro de Karan se deformó en una mueca de sorpresa.

—¿También Amaya tiene un localizador implantado?

El coronel asintió sin prestarle mucha atención, volviendo la mirada a la pantalla de su portátil.

Karan sintió que algo lo quemaba por dentro. La sorpresa dio paso a la furia y no podía precisar si la rabia era contra su padre por tomarlo todo con tanta calma e indiferencia, contra él mismo por estar enamorado de Amaya, o contra ella, quien había sucumbido a la fascinación por el vampiro, resultando cierto lo que todo mundo decía de ella.

No quería seguir allí, frente a su padre que lo miraba con impaciencia, sin entender lo que sentía. A fin de cuenta nunca lo había hecho.

Karan dio media vuelta y si despedirse, salió del despacho.

El coronel, al verlo salir pudo percibir el dolor y la rabia marcados su rostro. Habría deseado ahorrarle todo ese sufrimiento, pero él no tenía la capacidad de evitar que se hubiese enamorado de la persona equivocada. Tendría que madurar y esta era una buena oportunidad para hacerlo, para entender que las personas no son de confiar y que el deber está por encima de los sentimientos, que un cazador de su talla no debe mezclar afectos con sus obligaciones como tantas veces se lo dijo.

Miró su reloj de muñeca y apagó el ordenador. Tenía que acudir a la reunión del concejo.

 Al entrar en la sala de reuniones, el coronel miró la totalidad del salón dándose cuenta que ya todos estaban allí, alrededor de la gran mesa redonda de caoba oscura

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Al entrar en la sala de reuniones, el coronel miró la totalidad del salón dándose cuenta que ya todos estaban allí, alrededor de la gran mesa redonda de caoba oscura. Tenían que discutir las acciones a seguir después de lo ocurrido.

Era evidente la traición de la cazadora quien, en conjunto con el príncipe vampiro, habían masacrado inmisericordes a casi una decena de cazadores. El concejo entero estaba de acuerdo en que ahora la cazadora élite era una enemiga y más aún cuando su localizador la mostraba en la Fortaleza vampírica.

—Debemos reforzar las entradas —dijo Augusto Jonhson, uno de los maestros de la segunda división, luego de que el coronel tomara su lugar a la derecha del general Fabio—. Si la cazadora está con los vampiros lo más probable es que ya les haya dicho como entrar y estén planeando un ataque.

El coronel Vladimir desestimó aquello mostrando una mirada irritada.

—No hay manera de que puedan entrar sin que lo notemos. Recuerde, maestro, que por eso los cazadores no tienen ningún tipo de acceso personal a las instalaciones, para evitar que en caso de ser capturados y torturados traigan a nuestros enemigos aquí. Todos ustedes saben que el acceso debe ser autorizado desde adentro. Del mismo modo, por eso no compartimos información con ellos, sería un riesgo hacerlo. En conclusión, Amaya les será de poca ayuda.

La noche oscuraWhere stories live. Discover now