the dream of garrix ✧ [m.g.]

~Capítulo #45

•Rumores o... ¿Infidelidad?•

—Narra ___—

___fuster96 Good morning Milán 💫 📷: @louisvanbaar 🖤

Así es, nos encontrábamos en Italia. Y como dijo Martin, nuestro primer aniversario de primer mes lo celebramos en el avión rumbo a Ibiza. Había pasado una semana desde esa fecha y quería regresar a Ámsterdam. No es que odie o me aburra viajar, pero es que ya era demasiado... Estar yendo de aquí para allá. Viajar al otro lado del mundo para que a las horas nuevamente te subas en un avión para ir a la otra punta... Ya no podía.

Estaba cansada.

Necesitaba una siesta de un día completo.

Mañana iríamos a Hamburgo y de ahí regresaríamos a Estados Unidos. Preferiría tomar un vuelo rápido de Hamburgo a Ámsterdam. Es rápido y corto.

— Siempre que te dejo sola pasa algo malo ___.

— No voy a estar sola... Si quieres me voy a la casa de tus padres si tanto te preocupa que este sola —me crucé de brazos—

— Esa idea me gusta —rodé los ojos— ¿Segura que te quieres ir?

—asentí— Estoy cansada... Necesito dormir un día entero. Además, recién ha empezado el mes, podría inscribirme en las clases esas de idioma.

—suspiró— Bien... Pero te irás en mi avión y me aseguraré de que Laura vaya por ti al aeropuerto.

***

— ¿¡Qué mierda es esto!?

— Tranquila señorita Garrix.

— ¡No! ¿¡Quién es esta tipa!?

¿Qué estaba pasando? A ver, las pongo al tanto. Después de viajar de Alemania a Holanda, regresé a la casa de los padres de Martin. Habían días que iba al departamento pero no me quedaba ahí, al menos no por las noches, porque tenía miedo de que entren a robar nuevamente. Como había dicho, me quería meter en una academia para aprender holandés... Y sí, había ingresado al Instituto Latino, ya estaba en la segunda semana de clase. Había conocido a Lauren... Sí, la tipa que trataba de calmarme en estos momentos.

— Se ve que están en una fiesta... Debe ser una amiga.

— Una muy buena amiga... Tal vez han cachado.

— Ya te estás pasando... Solo es una foto —me abrazó—

—fruncí mi ceño— Hablaré con él.

Uno, dos, tres pitidos y no respondía la llamada. Ya se iba a cortar la llamada...

— Dime, bebé.

— ¿¡Podrías...!? Oh, Menno.

— ¿Ibas a gritarme o me parece?

— Te parece... ¿Dónde está Martin?