the dream of garrix ✧ [m.g.]

~Capítulo #44

•Tú tienes mi corazón•

Martin se lució como siempre, el púbico lo amaba y yo amaba verlo haciendo lo que le gusta, amaba ver su sonrisa, esa sonrisa llena de felicidad.

Esta noche me la había pasado dando vueltas con Damian en todo el club, nos metíamos entre la gente hasta me pidió que grabase con su cámara mientras él se paseaba conmigo encima de sus hombros.

No había intercambiado palabras con Martin desde que había decidido regresar al hotel al medio día. Si no estaba molesto, estaba resentido... Era muy tierno y tonto a la vez.

Sam 🐙
Ult. Vez hoy 01:23

Despiertaaaaa

>:v

Estaba en plena paja y apareces tú ptm

JAJAJAJA

Sucio

Cerdo

Que desea la señorita de Garrix?

Martin no me habla 😭

No te habla por mí y tú sigues hablándome ;-;

Después andas diciendo que sus celos son estúpidos

Y tú le das razones para que te cele ;-;

...

Baia xd

Tus padres ya llegaron?

Nope.

Me aburro aquí... Puedo pasar un rato a tu cuarto?

Ven, y si traes comida mucho mejor ✨

Veré como le hago.

***

Había estado no más de media hora en la habitación de Sam, ya que supuestamente hoy desayunaríamos temprano y con las mismas nos íbamos a San Francisco. Cerré la puerta con cautela para no despertar a Martin que se encontraba acostado a lo largo de toda la cama... Y no había dejado espacio para que me acueste.

— Ser solidario es bueno ¿Sabes? —indirectamente me quejé mientras me sentaba a horcajadas sobre su espalda—

— ¿Dónde estabas? —su voz era seria, y gracias a que habló contra la almohada su hablar se hizo mucho más grave—

— Por ahí... —le resté importancia—

— ___... —amenazó—

— Fui a hablar con Sam... —hablé despacio esperando algún reproche o queja de Martin, pero no dijo nada— Escucha, sé que te molesta... Te jode mucho que tenga acercamiento con otros chicos pero... ¡Pero es que estoy en mi derecho! A muchos podré conocer, muchos me podrán caer bien y muchos podrán ser lindos, pero... Pero tú tienes mi corazón.

El silencio era lo único que llenaba la habitación, sentía como la espalda de mi enamorado subía y bajaba al compás de su respiración.

— ¿Martin? —pregunté al pensar que ya se había quedado dormido—

— ¿Sí?

—suspiré y me incliné hacia adelante dejando un beso en su omóplato derecho— Odio que te pongas celoso... —mordí la piel del mismo lugar— Pero amo que te preocupes por mí y que me protejas —dejé nuevamente otro beso húmedo—