~Capítulo #20

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•¿¡Por qué te ríes de mí!?•

— ¡Un caldo de gallina y una papa rellena! —gritó la señorita que nos había atendido—

¿Saben dónde estamos? Pues en nada más y nada menos que en un mercadito comiendo nuestro menú de S/.7.

Lo que ocurrió fue...

Fuimos a clases. Íbamos a faltar pero recordamos que hoy teníamos un examen y no podíamos darnos el lujo de evadir las clases. 

El día estuvo bastante bueno. Sin contar con el examen, las clases estuvieron bastantes ligeras y el profesor de la última hora había faltado. Vino otro en su reemplazo pero nos dejó tiempo libre. Llegó la hora de salida y volvía a estar feliz de ver a Martin.

— ¿Y esa ropa? —pregunté al verlo encamisado—

— Tendremos una cita —sonrió—

— ¿Ahorita?

Asintió y yo estaba a punto de decirle que no podía ir a un lugar aparentemente elegante vestida como estoy ahora, pero al parecer él ya tenía todo planeado.

—me tendió una bolsa— Tu ropa. Yo te espero aquí.

Entré nuevamente al colegio y una vez en el baño saqué lo que tenía la bolsa. Una falda, una blusa y tacones. ¿De dónde consiguió todo de acuerdo a mi talla? No lo sé. Aunque a decir verdad, la falda estaba algo —bastante— corta para mi gusto. Al no tener maquillaje o algo, solo atiné a lavarme bien el rostro.

Caminé hacia Martin tratando de mantener el equilibrio con los tacones. ¿No había unos más bajos? Me voy a sacar la-

— Mierda, no me grabes —tapé mi rostro—

— Estás hermosa —elogió mientras seguía grabando en mi dirección—

Lo abracé y recibí un beso en la coronilla. 

Pedimos un taxi y luego de media hora llegamos. Martin abrió la puerta del restaurante dejándome pasar a mí antes que él, estábamos por adentrarnos para buscar una mesa pero nos detuvieron.

— Disculpe, su nombre —pidió la recepcionista del lugar—

— Martijn Garritsen —dijo dudando—

— Lo siento joven Garritsen, pero usted no posee una reserva para el día de hoy y lamentablemente no tenemos mesas libres, lo siento mucho, los invito a retirarse.

¿Me parece o nos está botando?

A ver amiga, es Martin Garrix ¿Realmente lo vas a botar?

— Oh claro, entiendo... Disculpe las molestias, con permiso —hizo un ademán raro y me tomó de la mano para poder salir—

— Un momento, joven —esperanzados ambos volteamos al mismo tiempo— Un regalo de la casa —la chica nos tendió dos paletillas en forma de puerquito ¡Qué monada!—

— Gracias —ambos dijimos y salimos del lugar—

Una vez fuera, Martin revisó su reloj de muñeca. Suspiró y negó levemente. Tomó mi mano nuevamente y cruzamos la pista cuando el semáforo peatonal nos favoreció. Entramos a un ¿Mercado?

Pasamos por el puesto de verduras, carnes, abarrotes, productos de limpieza, etc. Hasta que llegamos al área de los menús.

— Sé que no es el mejor lugar pero la cosa es estar juntos —me sonrió—

Y fue así como llegamos al menú del mercado, para escoger habían los típicos platos caseros... Muchos de estos platos no los conocía Martin por lo que le tuve que recomendar los mejores platillos.

the dream of garrix ✧ [m.g.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora