~Capítulo #36

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•Kids In Love•

— Te amo princesa.

Te amo...

Esa pequeña frase era repetida en mi mente infinitas veces por segundo.

Voy a llorar.

— ¿Qué? —reí—

Se sentó de lo que estaba acostado y a la par imité su acción.

— Que te amo... ¿Estás sorda o qué? Si quieres lo grito ¡___ Fuster te amo!

Se oyó un eco.

—reí— Cállate —le di un leve manotazo en su cara—

—tomó mi rostro en sus manos y dio varios besos en mi mejilla y uno último en mis labios— Te amo, pequeña —susurró—

Me senté a horcajadas sobre él, rodeé mis brazos por su cuello y ataqué sus labios, sus manos que se encontraban en el tapete haciendo equilibrio a su cuerpo para no caer se dirigieron a mi cintura que poco a poco bajaba hasta mi cadera mientras daba pequeñas caricias. Ambos caímos al tapete, estiré mis piernas y dichas extremidades fueron enredadas con las de él. Nos tomábamos pequeños segundos para no «asfixiarnos» en plena muestra de cariño.

— Yo también te amo, bae... No sabes cuánto esperé para este momento —lo abracé con más fuerza y enterré mi rostro en su cuello—

— Lo bueno se hace esperar, bonita —besó mi coronilla—

—Narrador Omnisciente—

El sol radiante se hizo presente en los cielos de las afueras de Ámsterdam, la fogata que fue testigo del acto de cariño de los jóvenes fue apagada por el holandés. Ambos enamorados desayunaron al aire libre, entre risas y tiernas bromas como si de unos niños enamorados se tratase, aunque a decir verdad eso eran, niños enamorados.

Durante el fin de semana, la casa de los Garritsen fue un total relajo, con la estadía de la pequeña latina no había espacio para el trabajo. El señor Gerard se quedó en casa para presenciar a su joven primogénito en acción, no todos los días el orgullo de la familia Garritsen estaba en casa y era una buena excusa para dejar las labores de oficina.

Sábado, domingo, lunes.

Lunes. Todos volvían a sus labores rutinarias semanales. Martijn a pesar de sus pequeñas vacaciones debía seguir produciendo en su estudio, pronto volvería a recorrer el mundo dando shows de un lado a otro y debía tener nuevo material musical que mostrar.

El deber lo llamaba.

—Narra Martin—

Había dejado a ___ dormir un rato más mientras ayudaba a mi mamá con el desayuno. Papá y Laura se encontraban alistándose para salir.

Con cinco tazas en manos me dirigí al comedor y comencé a repartirlas encima de cada individual.

— Yo pongo las tazas, Martijn —dijo mi mamá mientras acariciaba mi hombro— Tú ve a despertarla.

Subí los escalones y una vez arriba caminé con tranquilidad hacia mi habitación. Abrí la puerta lentamente y la vi acostada mirando al techo, pero al instante cerró los ojos y se acurrucó entre las sabanas.

— No te hagas la dormida —acaricié su mejilla y le planté un beso en la nariz—

— Déjame —habló somnolienta y alejó mi rostro con sus manos mientras sonreía y reía— No quiero levantarme —rodó en la cama y cambió de posición dándome la espalda—

the dream of garrix ✧ [m.g.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora