the dream of garrix ✧ [m.g.]

~Capítulo #38

•¡Seguridad!•

—Narrador Omnisciente—

— ¿Le contaste a ___?

— La mandé a Ámsterdam.

— ¿¡Qué!?

— No quería que salga afectada... Era un mal momento y lo mejor que pude hacer es mandarla a otro sitio a que se distraiga...

— Malena, eso está mal ¡Está mal que no le hayas contado!

— ¡Lo sabrá de todas formas!

— Ahora mismo se lo dirás... O dame su número, yo mismo se lo diré.

— No, ahora la llamo.

— De igual manera dame su número, quiero comunicarme con ella.

— Te lo mando por mensaje.

— Está bien... Díselo Malena, no quiero sorpresas.

Alek cortó la llamada dejándola muy pensativa.

¿___ será lo suficientemente fuerte para resistir la noticia?

— Aló, buenos días...

— Martin, quisiera hablar con ___... Es sumamente importante.

— Ahora mismo la despierto.

La llamada quedó al aire, la madre no sabía cómo comunicar la noticia, tenía miedo de su reacción y esas cosas.

— ¿Mamá?

— ¡___!

— ¿No se te ocurrió llamar un poco más tarde? —soltó un bostezo—

— Lo siento hija... Pero es algo importante.

— Dime.

— Tu papá...

— Ya...

— Tu papá y yo... ¡Te extrañamos mucho!

El pánico la había invadido ¿Pero a quién no? Con tremenda noticia que debía de dar...

— Yo también los extraño mucho —se le escuchó entusiasmada— ¿¡Van a venir!?

— Eh... Tu papá tal vez, le di el número de la casa de Martin para que pueda comunicarse, también el de tu celular.

— Seguro pronto llamará...

— Es lo más probable... —suspiró— ___.

— Dime ma'.

— Sigues cumpliendo las reglas ¿Verdad?

— Sí mamá, nada hasta los dieciocho.

— Es solo por tu bienestar ¿Está bien?

— Sí ma' —bostezó— Más tarde si quieres hablamos, quisiera dormir un poco más. 

— Te dejo pequeña, mándale saludos a Martin.

— Se los daré, hasta luego ma'.

—Narra ___—

Un nuevo día había iniciado y había despertado con una tremenda flojera... Martin se había sentado en la cama haciendo que las sabanas que lo cubrían desciendan dejando su torso al descubierto.

— Pensé que estabas de vacaciones —tallé mis ojos—

— Vacaciones de dar conciertos, debo de seguir produciendo... 

— ¿Tengo que ir? ¿No me puedo quedar? —rodé en la cama envolviéndome en las sabanas— Además, pensé que te habían echado de Spinnin.

— Corrección, yo me fui... A mí nadie me bota.