~Capítulo #15

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Nuevamente Juntos

—Narra Martin—

Antes de ir a visitarla llamé a su casa y por suerte contestó su hermano, me dijo que ella había faltado al colegio porque no se sentía del todo bien. Pregunté si podría ir a visitarla y él aceptó, le dije que no le avisara ya que sería una sorpresa.

Subí las escaleras y crucé por el pasadizo hasta dos puertas antes de la puerta final tal como me había dirigido Daniel, toqué la puerta y no obtuve respuesta, probé dos veces más y al seguir sin respuesta alguna, abrí lentamente la puerta, no había nadie en la habitación, tan solo ropa regada en su cama. Me adentré totalmente en el cuarto y cerré la puerta, observé las paredes y noté que había pequeños trozos de papel o más bien puntas de papel con cinta adhesiva pegadas por encima de la cabecera de la cama... Pensé que tendría alguna foto de nosotros por ahí en su cómoda o mesita de noche, pero nada. Iba explorando cada rincón de su cuarto, en la estantería los textos que supongo eran de su colegio, cuentos infantiles, seguro de hace años y unos cuantos diarios Pascualina ¿Leo su diario? Tomé el de la edición de este año y con las mismas lo dejé rápidamente en su sitio al escuchar que alguien intentaba abrir la puerta, me senté en su cama como si no hubiera pasado nada.

— Ella está en el baño —asentí— Espérala aquí, no creo que tarde tanto.

— Claro, no te preocupes.

Seguí viendo los muebles y abrí el primer cajón de la cómoda, sus discos musicales... Tenía Gold Skies, United We Are, Recces y más... En una esquina un estuche de lentes... ¿Usa lentes? —me pregunté— Igual debe de verse muy linda. No había nada más en el cajón excepto un tarro con sus ahorros. Cerré el pequeño cajón y revisé un poco más la habitación.

Había encendido casualmente su estéreo, no sabía cómo apagarlo pero lo logré, una vez apagado ella entró en la habitación tan solo con una toalla ¡Dios, se ve tan... Ahh!

No seas pervertido, no seas pervertido, no seas pervertido...

Es tan hermosa, Dios mío.

Okay, comenzó a gritarme y su particular manera de que sus fosas nasales se abren y cierran con algo de rapidez se me hacía gracioso y a la vez muy tierno ¡Parece una dulce conejita! La verdad, me parecía raro que me gritara... A lo mejor se está desquitando conmigo, debe ser eso ¿Porque otra razón me gritaría y abofetearía?

Habíamos "terminado", no me preocupé mucho ya que sabía que estaba hablando en broma. Salí de su hogar soltando alguna que otra carcajada y me subí a mi auto que estaba aparcado frente a la puerta principal, al saber que ella hablaba en broma también sabía que tarde o temprano iría a disculparse conmigo y yo la esperaría afuera. Recosté un poco el asiento y llevé mis manos hacia mi nuca relajándome completamente, prendí el estéreo del auto y esperé a que ella salga.

Observaba el techo de mi auto y de rato en rato observaba la reja de la casa de mi bella castaña en caso de que ella salga, mientras esperaba me entretenía viendo mis redes sociales y publicando alguna que otra cosa. Un ruido hizo que involuntariamente fije mi mirada en aquella puerta, lamentablemente fui muy lento y no supe quién había sido. Di un bostezo y me recosté nuevamente en el respaldar del asiento.

Nuevamente las llaves comenzaron a sonar y ahora si fui lo suficiente veloz para poder fijarme en la puerta, me encontré a una señora de cabellos oscuros, de mediana estatura y no se le veía tan adulta, para mí que no pasaba los cuarenta años. Era su madre. Traté de que no me viera para evitar problemas ya que antes ya había conversado con Daniel y me contó que su madre y su hermana habían discutido acerca de mí, la señora dirigió la mirada hacia el auto pero gracias a las lunas polarizadas creo que no me vio. Para evitar problemas a futuro decidí encender el motor e irme de ahí.

Tiré mi sudadera ya que comenzaba a darme calor, no sabía que hacer hasta que recordé que no había terminado de organizar algunas cosas para mi último show aquí.

Desconecté mi celular del cargador y respondí la llamada entrante.

— Diga —dije con un tono neutro—

— Hola, Martin —dijo con su chillona voz—

¿¡Lynn!?

— La misma mi amor.

¡Agh! ¿¡Ahora qué diablos quieres!?

— Solo quería avisarte que cuando llegues aquí a Ámsterdam yo te estaré esperando en el aeropuerto.

— Pensé que te había dicho que ya no quería tu compañía en mi vida, no me haces falta Lynn.

— A mí no me has dicho nada Martin... Bueno, como decía, cuando vuelvas te esperaré y así podríamos empezar todo nuevamente pero, esta vez sin exponernos... ¿Qué dices?

— Digo que ya te aclaré las cosas con uno de mis peores vocabularios que he podido tener hacia una mujer, lo de hace días en la madrugada ya te debe de haber quedado muy claro.

— Amor, a mí no me has dicho nada como ya te lo dije... ¿A quién se lo habrás dicho? No lo sé —soltó una risa— Fíjate tu registro de llamadas, guapo. Nos vemos el sábado, un beso.

Pinche estúpida, esta perra no quiere aceptar la realidad en la cual no quiero saber nada de ella y ella solo insiste en retomar lo nuestro. Ilusa. Lo nuestro siempre fue algo falso, a ella no le importaba solo quería mi fama, sus sentimientos nunca existieron.

—Narra ___—

Mi hermano entró a mi cuarto rápidamente y al verme fue directamente a abrazarme, comencé a empapar su hombro izquierdo con mis lágrimas... Sentía sus manos acariciando mi espalda mientras yo sollozaba y el abrazo se intensificó más. Una vez ya algo más calmada nos sentamos en mi cama, hablé sobre lo ocurrido con él, obviamente estaba molesto ya que él siempre se preocupaba por mí, era demasiado sobre-protector y muy celoso conmigo. Creo que en estos momentos mi odio hacia mi ex-novio no era nada comparado con el de mi hermano.

Me encontraba arropada con una mantita polar en la sala viendo una película. Mi hermano había ido a cambiarse a su habitación para poder salir a comprar la comida, yo me quedaría en casa ya que le preocupó el estado en el que me encontraba y por mi supuesto bien me quedaría. Las llaves intentando abrir la cerradura de la reja de afuera comenzaron a sonar, me levanté corriendo y observé la puerta exterior de mi casa, no había nadie pero a través de los fierros de aquella reja se podía observar el auto negro del castaño que tanto amaba. Respire profundo y segundos después la puerta se abrió, me senté nuevamente en el sofá y él apareció.

— ¡Papá! —grité por la emoción al verlo y corrí hacia él colgándome de su cuello—

— ¡Princesa! —me sonríe mientras me abrazaba y besaba mi frente—

— ¿Qué haces aquí? ¡Pensé que vendrías hasta fin de año!

— Solo vengo a recoger unos papeles, mañana por la mañana regreso a Moscú —dice acariciando mi mejilla—

— Oh, bueno... De todas maneras será muy lindo tenerte algunas horas aquí —le sonreí a lo que él también me sonríe—

— ¿Tu madre y Daniel? —pregunta mientras se dirige a la sala para poder descansar en uno de los sofás, yo lo acompaño sentándome a su lado—

— Mi mamá trabajando y Dan está arriba —expliqué—

— Escuché a alguien mencionar mi nombre —hablaba mientras bajaba las escaleras— ¡Papá! —él también exclama de alegría al poder volver a verlo después de meses—

Estuvimos con mi papá ahí en la sala, sentados a su costado mientras nos comentaba cosas acercas de su trabajo y a la vez preguntaba sobre nuestros estudios y esas cosas. Poco después mi mamá ingresó en el cálido hogar familiar que hoy se había vuelto a reunir. Todos nuevamente juntos.

~To Be Continued~~>

Editado 26.06.19

the dream of garrix ✧ [m.g.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora