the dream of garrix ✧ [m.g.]

~Capítulo #42

•¿Celos?•

—Narra ___—

Todo este trajín había iniciado desde que me desperté de mi pequeña siesta; había visto el snapchat y me vi tirada como un muerto con dos penes en la cara... Sabía que Menno tenía algo que ver con esto. Lo siguiente que pasó fueron gritos, risas y mi caída de cara. Mi cabeza junto a mi dignidad tocaron fondo, literalmente. Y ahora me encontraba encogida en la cama de quien sea siendo atacada con cosquillas propinadas por Menno. Había suplicado que parase ya que en cualquier momento pensé que me iba a asfixiar por mi falta de aire o que le salga un hoyo a mi barriga del dolor por tanto reírme.

— Sabes que te quiero —sonrió inocente mientras pasaba un algodón empapado en alcohol por mis mejillas limpiando el marcador de mi piel—

— Por eso eres mi segundo novio —bromeé recordando la noche de la pijamada, inolvidable noche—

— ¡¿Martin, escuchaste?! ¡Soy el segundo novio de tu señorita enamorada! —gritó para que su voz sea escuchada hasta la sala—

— Cállate —le di un golpe en el hombro—

El avión aterrizó y bajamos junto a nuestras maletas. El sol estaba presente pero apenas calentaba, calculaba que apenas eran las 9am. Caminamos por la pista de aterrizaje hasta llegar al ingreso del aeropuerto.

— Vente atrás conmigo, ellos salen primero... Nosotros vamos por otro lado.

— ¿Por los fans?

— Sí —afirmó— Acompáñame a comprar un café.

Pasamos a la cafetería y pedimos dos frappuccinos, no nos apuramos tanto ya que sabíamos que Martin y los demás se demorarían un rato con los fans. Caminamos un rato por el aeropuerto y fijé el reloj de mi celular con la hora exacta que había visto en una gran pantalla LED que se encontraba en el área de comidas rápidas.

— ¿Dónde estás? ¿Estás con Menno? —preguntó Martin a través del telefono—

— Ajá —dije después de pasar la bebida—

— Vengan ya al estacionamiento, iremos al hotel.

— Ya, ya, ahí vamos.

Llegamos a la camioneta y pasamos por las pobladas calles de Las Vegas, veía cada detalle de las edificaciones mientras apoyaba mi cabeza en el hombro de Martin.

Subimos a la habitación de hotel y me hizo recordar cuando venía a visitar a Martin al hotel hace meses atrás.

— ¿Qué haremos ahora? —pregunté mientras me acostaba a su lado en la cama—

— Creo que iremos a comer —dijo y acarició mi mejilla con su pulgar— Estoy agotado.

— Y ni siquiera ha empezado el día.

— Y de pensar todas las cosas que haré me pone más cansado aún.

— Duerme un rato si quieres —le sonreí y él apretó una de mis mejillas—

— Mejor iré a bañarme, con eso me quitaré el sueño.

— Suerte en tu ducha —me puse de pie—

— ¿No vienes? —alzó las cejas y alzó una de las comisuras de su labio—

—reí— Te veo al rato, guapo —le piropeé y salí de la habitación—

Caminé por el pasillo y toqué la puerta de la habitación de los chicos. Esperé respuesta alguna y luego entré.

***