the dream of garrix ✧ [m.g.]

~Capítulo #37

•Pijamada•

Entré en nuestra habitación sin aviso y lo encontré a él mirando por la ventana.

— ¿Qué te pasa? —pregunté—

— Nada... Ahora ve a jugar con Louis, seguro que con él te diviertes más que conmigo.

— Martin... Mírame —ordené y me ignoró— ¡Martin!

— ¿¡Qué!?

— ¿¡Por qué mierda te molestas!? ¡Te dije que solo somos amigos!

— Ponte en mi lugar y después hablamos.

Sin dirigirme la mirada salió de la habitación azotando la puerta.

Me senté en la cama y me recosté sin prisa, mirando al techo pensé.

¿Y si invertimos los roles?

¿Martin acostado en las piernas de una de sus amigas?

¿Jugando y riendo?

A lo mejor no solamente me moleste... También me sentiría algo triste y... ¿Traicionada?

Suspiré.

Primera vez que la cagas, bien ___, así se hace.

Salí de la habitación y fui a la sala. Todos se encontraba en el comedor, degustando la comida que había pedido por delivery, todos menos él.

Caminé por el pasillo y entré a su estudio, ahí estaba él con los audífonos puestos y muy concentrado en lo que hacía.

Puse mi mano sobre la suya que se encontraba encima del mouse.

Él volteó su rostro encontrándose con el mío. Agarré los audífonos y se lo saqué dejándolos a un lado.

— ¿Podemos hablar?

— Deberías ir a comer, la comida ya llegó.

— ¿Tú no vas?

— No tengo hambre.

Sonreí aguantándome la risa.

— Jamás dirías eso, siempre tienes hambre.

Sonrió al igual que yo.

— Ya me conoces —pasó su mano por sus cabellos—

—lo abracé— Lo siento ¿Sí? —sentí sus brazos rodear mi cintura— ¿Me perdonas?

—suspiró— ¿Dirás que es estúpido que me moleste porque pasas tiempo con Louis?

— No... Yo me equivoqué —deshice el abrazo— Hice lo que me dijiste, ponerte en tu lugar y...

— ¿Vez que duele un poco?

— Si y lo siento mucho —me senté en sus piernas y lo abracé— Te amo, no volverá a pasar —susurré—

— Yo también nena —picó mis labios con un beso—

— Así que aquí estaban los tórtolos —me asusté al escuchar la voz de Aubrey de repente—

Me apegué al pecho de Martin buscando refugio ante nuestro repentino hallazgo por Aubrey. Me sentía un poco avergonzada.

— La comida se enfría muchachos —se cerró la puerta. Nuevamente solos—