89. No es una farsa

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Cada día que pasaba rogaba que no lo hiciera. En cada despedida lo miraba fijamente pensando "no lo digas, por favor no lo digas". 

Pero lo hizo. 

Finalmente Kalen dijo te amo.

Lo miré a los ojos un par de segundos y una lluvia de emociones me invadió. No estaba segura si era alegría, tristeza o enojo. Lo único que sabía era que él no debía haberlo dicho.

Entonces, hice lo más maduro que podía hacer: rompí en llantos y me fui sin darle ni una explicación.

Cuando llegué a casa mamá no me dijo absolutamente nada cuando me acurruqué a su lado y seguí llorando. No sé si ella sabía lo que había pasado o no, pero supongo que sí. Las madres siempre saben estas cosas, es como si tuvieran una bola mágica que les explicara lo que estaba pasando con sus hijos.

—¿Ya enviaste los papeles para comenzar la universidad Cleo? —quiso saber mi madre cuando ya me había calmado bastante. Asentí una vez. Estábamos casi a diciembre y las inscripciones eran hasta mediados de ese mes. —¿Te arrepentiste? ¿No quieres ir a estudiar?

—No es eso.

—¿Kalen no va contigo? —respiré profundamente y me concentré en la telenovela que estaban pasando en la televisión. —Tú no le dijiste.

—Kalen no tiene que saber todo lo que hago ¿O sí?

—Bueno, supongo que no todo Cleo, pero ustedes tiene una relación, mínimamente deberías decirle que el año que viene ya no estarás en el poblado ¿No crees?

—A él no le importa eso.

—Yo creo que sí le importa —aseguró mi madre apartándome de su lado para mirarme a los ojos. —Cleo ¿Le preguntaste que hará cuando termine su año escolar? —desvié mi mirada de la de ella y no respondí. —¿Qué pasaría si te dijera que se irá estudiar lejos de aquí? ¿No te molestaría?

—No.

—¿No? —insistió. —Sabes que no lo verías todos los días y que él conocerá nuevas personas ¿no?

—Kalen no irá a ningún lado de todos modos. A él no le gusta estudiar.

—Yo no estaría tan segura Cleo... y además, si tú te vas y él se queda ¿Crees que no tendrá la posibilidad de conocer nuevas personas de todas maneras? —volví a verla y ella de verdad quería saber mi respuesta. —O tú, ¿no crees que conocerás a algún chico que te guste más que Kalen? ¿Tú quieres continuar con esa relación no?

No sabía que responderle. No sabía si quería seguir con él o no. De todas maneras aún faltaba mucho para que terminara ese año... en realidad eso era lo que había estado repitiendo una y otra vez con la excusa de aplazar aún más mi decisión de si seguir con Kalen era o no una buena idea.

Respiré una vez y largué con brusquedad lo que me había llevado a acurrurcarme a su lado y compartir con ella esa horrible telenovela.

—Kalen dijo que me ama.

—Oh —fue la respuesta de la mujer que estaba sin pestañear esperando a que me explayara un poco más. Pero otra vez, no encontraba las palabras correctas. —¿Qué le dijiste?

—Nada.

—De acuerdo —susupiró. —Cleo, si tú le dices "te quiero" a alguien esperarías una respuesta ¿No? —me encogí de hombros. —¿No te gustaría saber qué siente la otra persona por ti? ¿Si te quiere o no?

—Yo no puedo mandar en los sentimientos de los demás, si él me ama o no, es problema suyo.

Mamá volvió a suspirar y corrió sus ojos a la televisión durante muchos minutos. 

Yo me quedé a su lado, mirando el aparato también, sin mencionar palabra e intentando seguir la telenovela. Cualquier cosa era mejor que pensar en lo que Kalen había dicho. No quería pensarlo demasiado por el momento.

—Cariño —dijo mi madre cuando los créditos aparecieron en la pantalla y yo no había llegado a poder seguir ni un poco de la historia. —¿Cómo te sentiste cuando Kalen dijo eso?

—No lo sé... fue como que lo esperaba, todo el tiempo me preguntaba si ese sería el día en que lo dijera. Lo veía en sus ojos, él lo diría en cualquier momento... pero cuando lo dijo no fue como lo imaginé.

—¿Cómo lo habías imaginado?

—Pues, yo tenía un guión que había practicado para decírselo —mamá rió  bajando su cabeza abatida.

—Ay hija... —largó buscando calmar sus disimulada carcajadas. —¿Qué le ibas a decir?

Tragué saliva y busqué en el fondo de mi memoria. Si para algo era buena era para memorizar pasajes cortos. Y definitivamente mi respuesta a la declaración de Kalen no era uno de los más largos que había preparado.

"Kalen. De verdad me pone muy contenta que sientas eso por mí. Pero no puedo responderte lo mismo" —aclaré mi garganta porque a pesar de que era mamá quien estaba frente a mí, a pesar de que no se lo había dicho a Kalen, algo me decía que eso no era lo quería o tenía que decir. —"Pero nosotros sabíamos que esto no iba a durar mucho más. Tú me gustas, yo te quiero, pero no creo que nuestros sentimientos sean de la misma intensidad. Yo... yo me voy a ir a estudiar el año que viene y tú te vas a quedar aquí. No creo que esto dure mucho más. Lo lamento, creo que esto es todo. Terminemos."

Mamá me observó en toda mi respuesta con sus cejas alzadas y su boca entreabierta seguramente debido a la incredulidad. 

Cuando terminé de hablar volví mi vista a la televisión y respiré profundamente varias veces porque nuevamente ardían mis ojos y sentía mi pecho apretado.

—¿Sonó bien? —quise saber con cuidado.

—No. Y aunque varías veces he oído que Kalen es un poco idiota, no creo que se hubiera creído esta farsa.

—No es una farsa.

—¿Ah no? ¿Entonces porque parecía que romperías a llorar en todo momento? ¿Por qué entonces no se lo pudiste decir cuando debías? —me encogí de hombros una vez más. Simplemente no me había salido. No había sido otra cosa más que esa. —No sé porque niegas tanto lo que sientes Cleo, no sé porque piensas que amar está mal.

—Yo no lo amo.

—Claro. Tampoco te gusta —mi madre había sido sarcástica. La miré en forma de advertencia y me puse de pie. Esa charla no tenía sentido. —Cleo.

Me detuve en la mitad de mi huida y la miré sobre mi hombro.

—Sea esa mentira que me acabas de recitar o lo que verdaderamente sientes, Kalen se merece una respuesta —aseguró sonando un poco más amable. Asentí una vez. —Porque él necesita saber si puede seguir queriéndote o si puede buscar a alguien más que pueda brindarle lo que tú no.

Sin Planes Ni RecetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora