19. Qué cliché

3K 373 15
                                    


De la entrega de diplomas partimos al salón, tendríamos una cena y luego la fiesta, fiesta... qué emocionante (irónicamente hablando).

La cena estuvo tranquila, nos sentamos con la familia de Lautaro y la familia de una muchacha que nunca había hablado conmigo pero parecía conocer a mis padres bastante bien: Barby. Ella no dejó de ver a Lautaro en ningún momento, era tan obvia que le gustaba que me daban ganas de vomitar.

"Hay algo que se llama Karma. Si tu no vienes él no vendrá a tu egreso ¿quieres eso? No seas así, haré cualquier cosa. Es una manera de pagar por haberte deseado el mal. Cualquier cosa. Así que mueve tu culo aquí inmediatamente" –dice Kalen una vez que la mayoría están bailando y yo me encuentro de brazos cruzados esperando a mi familia. –Tienes agallas muñeca.

–Mocoso...

–Hey, no más mocoso ¿Recuerdas? –consulta revolviendo insolentemente mi pelo. –Pero fui ¿No es cierto? Ahora debes hacer lo que yo quiera –lo miro fulminantemente y asiento. –¿Por qué?

–Lautaro se veía muy triste, supongo que quiero pagar por las cosas que ha hecho por mí –digo encogiéndome de hombros. –Tú eres su única familia además de tu mamá, no veía porqué tú no venías.

–Eso no tiene que ver contigo.

–Ya lo sé –lo miro una vez más y me acerco a su rostro. –Así que ¿Qué desea el señor?

–Sexo por supuesto. Tú sabías que diría eso.

–Lo sabía –digo apoyando mis manos en su rodillas. –¿No tienes novia?

–Si me acuesto contigo no será para hacerte mi novia –dice con espanto. –No me gustas de esa forma.

–¿Y de qué forma te gusto?

–No me gustas.

–Tú tampoco –digo con seguridad. –No necesito novio. ¿Vamos?

–¿Ahora?

–¿Y cuándo sino...? No estiremos esto por mucho.

–Cleo –miro detrás de mi hombro y veo a Lautaro observándonos fijamente. –¿Bailas?

–Nha... tenemos unos asuntos que atender con Kalen ¿No? –miro a mi compañero que tiene los ojos fijos en su hermano. –¿Vamos?

–Ahora no se me antoja –dice soltándose de mí. –Espera mi llamada.

–Qué aburrido –rezongo acomodándome en mi silla. Lautaro se sienta junto a mí y me observa mientras Kalen se larga a bailar con alguna de las muchachas. –¿Nos vamos?

–¿A dónde? –me encojo de hombros. –¿Qué asuntos tienes con Kalen?

–Ninguno de tu competencia.

–¿Qué le dijiste para que vaya la ceremonia?

–Que haría cualquier cosa si iba. Te merecías tenerlo a tu lado. Además –agrego cuando su cara se oscurece notablemente –él estaba cerca, sólo necesitaba un empujón y yo se lo di. Eso es todo. No debes agradecerme.

–¿Cualquier cosa? –asiento. –Sabes que él...

–Ya sé lo que me va a pedir. No te preocupes –digo largando un suspiro. –Odio esto...

–¿Vamos? –es él el que consulta. Lo miro y sonríe tendiendo su mano a la mía. Tecleó un mensaje a Sol para decirle que tuve que irme y caminamos tranquilamente las dos tres cuadras que nos separan de su casa. Era raro caminar de la mano con él pero se sentía bien, a pesar de que siempre creí que era lo más incómodo del mundo, tener la mano de alguien acunando la mía era lindo.

Sin Planes Ni RecetasWhere stories live. Discover now