29. Sexo sin amor no significa exclusividad

2.8K 353 2
                                    


Luego de pensarlo por varios minutos y lavar mi cara repetidas veces decidí regresar a casa, no importaba cómo. Si veía que ese hombre tenía intenciones de ir tras de mí, correría, no es como si tuviera un buen estado físico, pero sabía que podía correr más fuerte que él.

Respiré profundamente y salí al pasillo que me llevaba de vuelta al local, pero apenas di un paso fuera me quedé estática frente a la imagen de Kalen que estaba a punto de ingresar al baño de hombres.

Sus ojos se posaron mezquinamente en mí por un segundo antes de volver a verme con la rapidez de un rayo. Me miró espantado, nunca había visto esa mirada en sus ojos, me sentí como si estuviera cometiendo algún tipo de crimen y así me sentía, yo no debería haber ido allí en primer lugar.

–¿Qué mierda te piensas que estás haciendo? –consultó tomando mi brazo y apretando con fuerza. Quise responder pero las palabras no salieron de mi boca, él estaba borracho y tenía labial en su boca; no es eso lo que no me dejaba hablar, por supuesto que no, es sólo que estaba sorprendida. –Cleo...

–Vine por una cerveza –solté tratando de liberarme de él, pero al contrario de mi acción, él me apoyó contra la pared y me cubrió con su cuerpo cuando algunas personas pasaron al baño. –Ya me voy...

–Eres una estúpida y además estás borracha ¿Cuánto tomaste? –quiso saber apretando su mandíbula. No respondí y en cambió bajé mi mirada porque él me estaba regañando como si yo tuviera cinco años. –No creas que es por ti particularmente, no debes venir sola nunca a este lugar, hay gente que no entiende un no.

–Yo solo quería una cerveza.

–Estoy seguro que el mercado podrías haber conseguido un pack de seis –continuó obligándome a verlo. Pero cómo podía mirarlo a la cara si ese labial en la comisura de su boca me desconcentraba y se me hacía imposible seguir el hilo de nuestra conversación.

–Tienes una mancha allí –dije distraídamente estirando mi mano y pasando mi dedo por su boca. Él desvió su mirada de la mía y dejó que lo limpie. Nunca había notado que sus labios eran así de suaves, o su piel, a pesar de tener un par de cicatrices, era envidiable.

Logré quitarle la horrible manchan pero dejé mi pulgar apoyado en su boca hasta que sus ojos  volvieron a los míos. Levanté mi otra mano y sujeté su rostro entre mis manos mientras me repetía mentalmente que debía largarme de inmediato de allí antes de hacer alguna idiotez que desilucionara aún más a Franco, pero simplemente no podía soltarlo.

Me puse en punta de pies mientras su rostro se endurecía aún más y posé mis labios en los suyos atrayéndolo hacía mí. 

Kalen me obligó a volver al suelo y me apoyó con brusquedad contra la pared mientras tomaba el mando de aquel beso. Su boca deboró la mía mientras su cuerpo entero se apretaba contra mí que me sentía aún más ebria de lo que anteriormente estaba, pero esta vez no tenía nada que ver con el alcohol que había consumido.

 –Eres tan estúpida –dijo con la respiración entre cortada cuando abandonó mis labios para dirigirse a mi cuello, pero eso no me molestó, de hecho me causó risa. –Tan estúpida y tan

–¿Kalen?

No pude mirar a la recién llegada pero estaba segura que era la misma con la que él se estaba besando unos minutos atrás, la misma que había dejado labial en los labios que aún se encontraban en los míos. A decir por lo que había apreciado anteriormente pensé que su voz sería más gruesa, pero el llamado que le acababa de hacer había hecho que dolieran mis oídos: una voz fina y quisquillosa. 

Kalen se apartó de mí apoyando sus labios en mi frente hasta que sentí que su respiración volvió a la normalidad y luego permitió que escondiera mi rostro en su pecho. 

–¿Qué sucede aquí? –continuó la chica mientras mis manos comenzaban a temblar y sentía mi cara arder de vergüenza. Yo me estaba besando con su chico, eso estaba sucediendo.

–Nada –respondió Kalen tranquilamente. Sacó un cigarrillo y lo prendió sin apartarme ni un centímetro de él, permitiéndome que su cuerpo actuara de escudo. –¿Ibas al baño? Continúa, no hay nadie allí...

–¿Y ésta?

–Oh, no la conozco –dijo simulando sorpresa. –La encontré aquí y nos estábamos besando... estás interrumpiendo Lujan, continúa con lo que ibas a hacer.

–Kalen –más que sorprendida, la llamada Lujan sonaba completamente dolida.

–¿Qué?

–¿Qué demonios estás haciendo?

–Estaba –la corrige y toma mi mano para obligarme a salir del incómodo pasillo. En ningún momento miré la cara de la muchacha, no quería que ella me recuerde, sería un escándalo de ser así: esa chica se veía peligrosa. –Ahora sería bueno que nos fuéramos. 

 –¿Te irás? ¿Con ésta?

–Sí. 

–Pero pensé... –Oh, ahora parecía como si iba a llorar.

–¿Qué de verdad no podría conseguir a alguien más? –la interrumpe con voz burlona. –Descuida, ella quiere lo mismo que tú, nada serio. Sólo sexo sin amor. Es lo único que puedo dar después de todo ¿No? Pero hoy no te toca nena, hoy me voy con la chica –vuelve a tirar de mi mano y me saca apresuradamente del lugar. No digo nada, no sé qué decir de todos modos.

Era más que evidente que había arruinado su cita, no es que fuera mi intención, yo no sabía que él tenía a "Luján", creí que estaba sólo... eso dijo él. Pero claro, supongo que sexo sin amor no significa exclusividad, tenía que tener en cuenta que no sólo Luján estaría en su vida, quién sabe cuántas chicas más.

–Perdón si arruiné tu noche –dije en un susurro.

–No debiste ir allí.

–Quería...

–Ya oí que querías una cerveza –me interrumpió. –De todas maneras no arruinaste nada, hace unos meses que entre Luján y yo no pasa nada... ella se altera cuando piensa que puede perder el único puerto seguro. Como me han visto contigo tiene miedo de perderme...

–¿Perderte?

–Claro, yo estuve mucho tiempo enamorado de ella –largó un suspiro y le dio la última calada a su cigarrillo. –No fuimos novios oficiales, pero estuvimos dos años juntos hasta que le pedí salir...

–¿Qué pasó?

–Nada. "No tienes nada que ofrecer, no podemos ser novios. Cómo se supone que te tengo que presentar a mis padres, como un traficante de drogas o como un ladrón. Cómo le explicaré a mis amigas que siempre tienes dinero pero que en realidad eres un vago. No compliquemos las cosas, sigamos como estamos" –dijo mirándome de reojo y sonriendo a medias. –Algo así...

–¿Siguieron?

–Naa... pero hace un tiempo que la empecé a ver de vez en cuando. A ella le gustan las cosas caras y le gusta que yo siempre pueda comprárselas –se encogió de hombros y se dio cuenta de mi mano aún en la suya por lo que me soltó de manera poco amable. –Por eso es mejor que no sepan que nos frecuentamos. Ella está borracha, no recordará tu rostro. Pero sinceramente no me hables cuando estemos en...

–¿Por qué?

–¿Cómo me presentarías a tus padres? Él es Kalen, el hijo de Ramona. ¿Tu compañero de clase? Oh, no, es más chico. ¿Oh... el más chico? –negó con la cabeza. –Ahórrame el mal rato... –claro que no lo hacía por mí, él no quería estar nuevamente en esa posición. –Conseguiré un teléfono con mi primera paga así que ahí podrás comunicarte conmigo.

–No creas que fui al bar por ti –largué con enojo.

–Claro muñeca, como sea –dijo poniendo sus manos tras su cabeza. –¿Tienes planes?

–Estoy sola en casa, ya te dije –le recordé tranquilamente. –Puedo cocinar algo, podemos ver una película y luego... –guardé silencio y lo miré de reojo. –Sólo practicaré contigo los placeres de una buena cita.

–Como quieras, estoy hambriento de todos modos, de todos –me miró y una sonrisa perversa se posó en su rostro, pero no era como la de aquel hombre en el bar, esta sí me gustaba, me gustaba que me mirara como si realmente me deseara y no que sólo quisiera pasar el rato conmigo como le había dicho a Franco unos minutos atrás.

Sin Planes Ni RecetasWhere stories live. Discover now