86. Enfermiza observación.

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Maratón 8/10

La mujer le dio la información de inmediato y no puso objeción cuando Cleo se comenzó a mover por el lugar sin pedir permiso. La seguí porque no me dejó elección y me sorprendí cuando frenó de golpe en la esquina de un pasillo.

—Ahí están. Ve.

—¿Tú no vendrás? —consulté con sorpresa. Ella me dio una negativa con su cabeza. —¿Por qué?

—Tú querías saber de ella. No yo.

—Cleo, no me jodas, estás aquí ¿No? ¿Qué te cuesta? —largó un suspiro pesado y se acercó para esconder su rostro en mi pecho donde se quedó quieta por algunos largos segundos.

—Vamos a tomar aire y después volvemos —sugirió en un susurro. Asentí guiándola a la salida más cercana y agradecí que se hubiera puesto mi campera porque allí estaban mi cajetilla.

La dejé apoyada en la pared y me alejé un poco para poder prender el cigarrillo. Cleo tenía su mirada fija en el suelo pero no estaba llorando.

—¿Vas a contarme o tengo que esperar en silencio a terminar de fumar y volver a ingresar? —consulté con cuidado. Lo que menos necesitaba era que se cabreara en ese momento.

—¿Qué quieres que te cuente?

—Oh, no lo sé. Lo que pasó con tu hermanita o porqué tú estás así de mal.

—Yo no estoy mal. Esto no me afecta.

—Sí, sigue repitiéndolo, quizás en algún momento te lo creas —dije y me gané una mala mirada de su parte. Suspiré y acaricié su rostro con mi mano libre. —Lo lamento. Pero me molesta que no admitas lo que te pasa, o peor que no puedas reconocerlo Cleo. No está mal mostrarse vulnerable a veces ¿Sabes?

—¿Tú me lo dices?

—Oh, vamos. Tú sabes que yo demuestro más sentimientos que tú. Sobre todo si se trata de mi familia... en cambio tú ¿Por qué?

—No quiero sumarle problemas a mis padres, eso es todo.

—No creo que le sumes problemas. De hecho, creo que al mostrarse de esta forma ante semejante eventualidad los haces sentir peor Cleo —continué buscando su mirada. —Sol cree que no soportas estas situaciones y por eso te quedas en casa "todas las veces". Pero tú no vienes porque no quieres preocuparlos aún más... deberías por lo menos decírselos sabes.

Asintió una vez y volvió a esconderse en mi pecho.

Me gustaba que Cleo entendiera las cosas si se las explicabas. Quizás todos deberíamos ser un poco como ella y escuchar realmente cuando nos hablan, no elegir lo que queremos oír. Yo, especialmente, debería aprender de aquella muchacha.

—Entonces ¿Qué le pasó a Nelly?

—No es como si fuera algo grave —asegura un poco más tranquila pero aún aferrada a mi cuerpo. —Nelly tiene lo que papá dice que es stress post traumático. Y las situaciones como la que pasamos en la mesa con Sol la ponen aún más sensible. Nosotras deberíamos habernos callado, pero realmente Sol me estaba molestando a sobre manera.

—¿Stress post traumático? ¿Tan chiquita?

—Hace algunos años hubo un accidente. Papá y mamá viajaban con ella y chocaron. A ellos no les pasó nada pero una persona del otro auto murió —relató separándose de mi para volver a apoyarse en la pared. —Mis padres quedaron inconscientes pero Nelly salió del auto y vio lo que había ocurrido. Ella tenía 4 años. No me imagino lo que yo hubiera hecho en aquella situación, imagínate lo que es para ella.

—Oh... fue realmente horrible.

—Los primeros años fuero realmente agotadores. Ella se despertaba todo el maldito tiempo gritando y llorando —suspiró. A decir por mi cuenta, Cleo que aquel momento debería haber tenido unos 12 o 13 años. —No había manera de calmarla y terminaban todos en el hospital. Al principio iba con ellos, pero cuando me di cuenta que era más lo que los molestaba a lo que ayudaba dejé de hacerlo.

—¿Tus padres dijeron que molestabas? —me extrañé.

—Una vez mamá dijo que por lo menos podría abrazarla ya que al parecer yo no podía llorar. Pero yo no quería abrazarla...

—Querías que ella te abrazara —deduje pero no recibí una respuesta certera de su parte.

—Luego de eso ha estado en tratamiento pero cuando se siente un poco molesta por alguna situación, vuelve a lo mismo... no es como si no lo pudiera manejar ahora, pero no me gusta venir y ver la frustración de mis padres y mi hermana.

—Pero podrías decirles eso Cleo. Ellos deben creer que no te importa.

—Ellos son mi familia, se supone que saben cómo soy.

—Tú eres especial muñeca, es difícil llegar a entenderte.

—¿Y entonces cómo tú puedes?

—No lo sé —suspiré metiendo su cabello tras sus orejas. —Quizás mis meses de enfermiza observación me llegaron a entenderte a un nivel diferente.

—Me asustas a veces Kalen —rió sonrojándose levemente.

—Lo sé. Yo también me asusto por lo que me haces sentir.

Cuando ingresamos al lugar y nos acercamos a la señora Wallas y Sol quienes estaban sentadas la sala de espera, fuimos recibidos por miradas de incredulidad.

Cleo se acercó a su madre y se sentó a su lado apoyando su cabeza en su hombro largando un "Lamento no haber venido antes". La mujer acarició su pierna y ocultó unas lágrimas de emoción; Sol en cambio me escaneó con su mirada juzgadora y durante varios minutos hasta que se puso de pie y pasó por mi lado, tan cerca que creí que me chocaría a modo de enojo. Pero no, ella aminoró su paso y suspiró deteniéndose una milésima de segundo a mi lado.

—No sé lo que le dijiste o lo que le hiciste... pero quiero agradecértelo.

No me dio la posibilidad de réplica y se marchó en busca de cafés.

Cuando regresó y me entregó el mío le sonreí amistosamente recibiendo la misma respuesta de su parte. Por lo menos ahora tenía seguro el apoyo de Sol. Ahora sólo me faltaba ganarme la simpatía de mis suegros.








N/A: Perdón! Se me está complicando subir todos los capítulos juntos, pero mañana sí o sí termino con la maratón! Gracias por la paciencia <3

Sin Planes Ni RecetasWhere stories live. Discover now