55. Ni en mis sueños

2.3K 325 36
                                    


Maratón 10/10



Demonios.

Demonios.

Cleo estaba allí, a centímetros de mí, llorando por mí, por mi atención, porque no la deseaba como ella creía... porque Rita me gustaba más.

Eso estaba tan mal. Yo no deseaba a Rita ni la mitad de lo que lo hacía con Cleo, pero ella no lo veía así. Si no la miraba era simplemente porque no resistía verla allí, seduciendo a otros hombres. Si dormía todas las noches con otra mujer era porque no quería pensar en Cleo con Lautaro, o Rob, o con nadie, necesitaba no pensar por unos momentos.

Pero ahora la tenía allí, frente a mí, llorando.

–Cleo –la obligué a mirarme, ella desvió sus ojos de los míos. Aún corrían lágrimas por su rostro.

–Lo lamento... –me aparta de ella y se pone de pie intentando en vano resistir las lágrimas. –Cielos, esto es tan estúpido –aseguró intentando huir del lugar, pero yo era más rápido que ella y estaba más despierto, por lo que la detuve cuando llegó a la puerta y esperé pacientemente a que se gire hacía mí. No tenia escapatoria, mis brazos estaban encerrándola entre la puerta y mi propio cuerpo.

–¿Qué demonios está pasando contigo Cleo?

Ella se tomó su tiempo para girarse hacia mí, supongo que está tratando de calmarse dado que aún continúa llorando. Para cuando lo hizo ya no corrían lágrimas, sólo gimotea con vergüenza. Nunca, ni en mis sueños, pensé que podría ver esa faceta de Cleo.

–Te necesito Kalen –dijo apoyándose en la puerta, totalmente abatida. Intenté levantar su rostro pero no me dejó, incluso apoyó su mano en mi pecho para poner una distancia entre nosotros. –Lamento tanto haber besado a Lautaro... yo... –tragó saliva –yo no lo disfruté, me dio risa porque yo... –levantó su vista para mirarme –no podía dejar de preguntarme en por qué tus besos eran tan diferentes, por qué él no me hacía sentir como tú. Por qué si él me agrada y tú no, no me hacía desearlo como tú lo hacías –sus ojos fueron a mis labios y de regreso a mis ojos –no podía dejar de sonreír cuando lo besé y eso lo molestó un poco...

–Estás confundida, necesitas sexo –dije apoyando mi frente en la de ella. Sinceramente esa chica me lo estaba poniendo muy difícil. –No me necesitas a mí.

–No –negó con fuerza. –Si fuera así no enloquecería cada vez que estas con ella... prometí... prometí no involucrarme pero contigo no puedo controlarlo.

Volvió a bajar su cabeza pero me tranquilizó que ya no esté llorando. Aunque no puedo negar que el hecho de que haya llorado por mí me hacía completamente feliz.

–Oye... –tomé su mentón y lo levanté para observarla. ¿Era posible que ahora se viera incluso más linda que antes? –¿Quieres tomar un poco de agua?

–Lo lamento.

–No seas tonta, no te disculpes –dije tomando su mano para dirigirla de vuelta a la cama donde la senté a mi lado.

–Kalen, no puedo seguir así... –se acercó a mí y buscó mis labios los que respondieron de inmediato. Yo también había extrañado sus besos, más de lo me imaginaba.

La acerqué cuidadosamente más a mí y profundicé el beso sin ánimos de ir más allá de eso. Por más que lo deseara no era el momento, ya tendríamos más noches por delante. Bueno, esos eran mis planes.

–¿Pensaste...? –se separa de mí y me mira un poco perdida. –¿Pensaste que estaba embarazada?

Cielos, sí. Lo había pensando y casi muero. Literal. Sentí que podría morir si ella me decía que estaba esperando un hijo de mi hermano.

Ni siquiera sé cómo fue que continué trabajando luego de oír a Elsa explicar la ausencia de Cleo. Quise salir corriendo a buscarla, pero me mantuve en mi lugar y me distraje con el trabajo.

Apenas terminé, corrí a su habitación y forcé la puerta luego de varios intentos de no ser atendido. La hubiera roto de no haber podido ingresar pero no hizo falta, esas puertas estaban hechas especialmente para ladrones expertos como yo.

Quise despertarla en cuanto ingresé pero la vi demasiado tranquila y supe debía dejarla dormir. Mis dudas se aclararían luego.

Me senté a su lado y aproveché para observarla y acariciarla con suavidad. Ella se arrimó mas a mi mano en cuanto la toqué, quise pensar que me había reconocido, que había reaccionado a mi tacto y sonreí como un idiota durante mucho rato.

–No quiero ser tío tan pronto, tú sabes.

–No hubo otro hombre además de ti, así que más bien serías padre, no tío –corrigió ella apoyando su frente en mi pecho. Me reí porque eso hubiera sido raro y conseguí que me mirara una vez más. –¿Qué demonios me hiciste Kalen?

–Bueno, tú sabes, soy absolutamente irresistible. Hasta tú caíste en mis redes –ella se limitó a mirarme y unos segundos después asintió volviendo a esconder su cara en mi pecho.

–Lástima que no te gusto, que ni siquiera te agrado.

Oh sí, yo había dicho eso. Pero porque estaba enojado y porque naturalmente era un idiota. Yo estaba seguro que ella estaba enamorada de mi hermano, había visto cómo lo miraba, cómo había sonreído cuando lo besó pero resultaba que ahora todo tenía una explicación y yo la había lastimado en vano.

–¿Qué vas a hacer conmigo ahora?

–¿Yo contigo? –consulté asombrado. Se suponía que ella era la que siempre había tenido el control de esa relación. Yo era su objeto y ella podía manipularme a su antojo. –Pues, se me ocurren muchas cosas...

–Me refiero, ahora que también estás con Rita.

Claro, Rita. Suspiré y negué con la cabeza, no hablaríamos de ella en ese momento.

–Te dije que no te quiero compartir con nadie –insistió.

–Cleo, no quiero que hablemos de ella en este momento.

–Pero yo sí –dijo con determinación. –¿Te das una idea de lo que se siente oír todas las noches a alguien teniendo sexo? ¿Te imaginas si yo hubiera estado aquí con otro hombre, gritando y pidiendo por más?

–No –tapé su boca y borré la imagen mental que se quiso formar en mi cabeza. –No sigas.

–¿Lo ves?

–Sí... lo lamento ¿De acuerdo? –suspiré sin dejar de ver detalladamente su rostro. Tan perfecta. –Necesitaba no pensar.

–No lo hagas nunca más –exigió acercándose para abrazarme. –Por favor.

–Realmente, realmente lo lamento –aseguré apretándola más a mí teniendo como respuesta la misma acción de su parte. Besé su cabello y escondí mi rostro en su cuello por varios minutos para poder sentir su piel y aspirar su embriagador aroma, ese que tanto había extrañado.












N/A: Lo prometido, cumplido!! 401 seguidores chic@s, quizás para algunos es poco pero para mí es un montón. Nunca, desde el primer día que publiqué, pensé que llegaría a esta cantidad :D

Los adoro!!

Gracias por leer espero que les haya gustado la maratón, hice lo mejor que pude!!


Sin Planes Ni RecetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora