48. Lo había extrañado

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Maratón 3/10

Mamá no mencionó nada luego de que cortó la llamada. Ni yo tampoco lo hice. No había mucho que decir, lo que yo había hecho había sido una locura, había perdido la razón, había increpado a la madre del chico con el que tenía sexo, a la madre del otro muchacho con el que ella me quería ver de novia. Eso había ido demasiado lejos.

Esa tarde Lautaro me llamó y por supuesto que acepté ir a su casa. Antes de que nos sentemos a mirar la estúpida película romántica que había conseguido me acerqué a su madre y le pedí disculpas por mi actitud de la mañana; continué la mentira de mamá y ella asintió con amabilidad. Pero estoy segura que ya se había dado cuenta de todo.

No sólo ese día, casi todos los días visité su casa. No sé por qué, supongo que esperaba que alguien me dijera algo de Kalen, aunque por supuesto ninguno de los dos lo hizo.

A veces oía a Ramona hablar con una tal Tara. Hablaban de Kalen pero nunca lo nombraban. Quizás esa mujer era alguna novia o algo, la verdad es que yo no sabía quiénes habían sido sus novias o sus conquistas. Quizás sí había una Tara en su vida.

Lo cierto es que era ella quien le daba información del chico pero, a pesar de habérselo pedido una vez, Ramona no me dio ningún número de contacto para comunicarme con él y me resigné a esperar el día en que comenzaríamos a trabajar.

Ese día llegué temprano, más temprano que cualquiera de los demás. Me recibió una señora amable que me condujo de inmediato a una pequeña habitación que sería mía hasta que terminara la temporada.

En el pasillo por el que me condujo habían muchas puertas y supuse que todos nos alojaríamos allí, así que me pregunté cuál sería la habitación de Kalen y si él estaría dispuesto a dormir conmigo algunos días. Sonreí como una idiota ante esa idea.

Me maquillé como mamá me había enseñado y me encontré estúpidamente nerviosa por el pronto encuentro con él. ¿Me abría extrañado? ¿Tendría ganas de verme? ¿Estaría enojado conmigo? ¿Por qué se había ido en primer lugar? Tenía muchas preguntas para hacerle, pero no sabía que tan dispuesto estaría él para responderlas.

Debido a que aún era demasiado temprano decidí recorrer el establecimiento. Era la primera vez que iba allí y lo cierto es que tendríamos que saber en dónde quedaba cada lugar, seguramente los clientes harían ese tipo de preguntas y no podíamos responder con un corto "no lo sé". Me aprendí los lugares cercanos y pregunté a la gente que trabajaba allí por los que estaban fuera del hotel. Luego de eso me dirigí a la cocina donde ya habían tres muchachos esperando, aunque ninguno de ellos era Kalen.

No me molesté en saludarlos y ellos tampoco lo hicieron. Al parecer eran amigos porque no dejaron de hablar en ningún momento desde que entré hasta que llegó Kalen.

Él se hizo esperar, como siempre lo hacía. No sé exactamente cuánto pasó pero llegó sólo unos minutos antes que nuestro empleador lo hiciera.

Contuve la respiración cuándo lo vi ingresar. No sé por qué pero no pude respirar por varios segundos, y cuando por fin lo hice el olor a su perfume inundó mi nariz. Lo había extrañado.

Él también se acercó a los muchachos y apenas me dirigió una mezquina mirada. Al parecer él estaba enfadado pero aún no podía estar segura del por qué.

Sin pensarlo, como siempre me ocurría con Kalen, me acerqué a ellos y los saludé. Las dos muchachas y el chico parecieron sorprendidos, Kalen se mostró aún más molesto. Él apenas acarició mis dedos en el saludo, parecía más interesado en conquistar a una de las muchachas, la más bonita.

No sabía su nombre. No me interesaba tampoco, pero podía decir que ella tenía todo lo que yo no. Era alta, con buenos senos y un firme trasero. Yo era más bien plana, no podría ni ocurrírseme compararme con ella. Aunque claro que compararnos sí estaba en los planes de Kalen y yo había perdido.

Sin Planes Ni RecetasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora