51. ¿Estás terminando conmigo?

2.3K 303 21
                                    


Maratón 6/10 


Cuando fuimos al comedor y nos acomodamos en nuestras posiciones aún no había llegado nadie. Nuestro empleador nos había advertido que por lo general los huéspedes cenaban tarde, que a eso de las 22 horas comenzaba a llegar pero que, como habían algunas excepciones, debíamos estar allí antes.

Kalen y yo nos ubicamos juntos mientras que Elsa robaba la atención de Rita y yo se lo agradecía mentalmente. Esa chica se mostraba aún más desesperada que yo por conseguir los ojos de Kalen en su persona. Claro que cualquiera preferiría mirarla a ella, pero yo no tenía pensado darme por vencida tan fácilmente.

–¿Me darás tú número ahora que tienes teléfono?

–¿Para qué lo quieres?

–Sólo lo quiero.

–No.

–Eres tan simpático, realmente.

–Gracias.

–Kalen, necesitamos hablar, en serio.

–No creo que tengamos nada que decirnos muñeca.

–Kalen –suspiré y conseguí que me mirara. –De verdad. Hablemos. Cuando terminemos el turno, hablemos.

–¿Sobre qué? Ya te dije lo que tenía que decirte. Nada más pasará entre tú y yo.

–Lo sé –solté con dolor. Porque sabía que él había sido determinante en aquello pero no quería que termine así como estaba terminando. Quería por lo menos poder hablar con él sin que me duela tanto. –Pero hablemos de todas maneras. Luego no te molestaré más.

–No tengo nada más que decir.

–Pero yo sí –tragué saliva porque mi garganta se estaba cerrando y tenía ganas de llorar. Yo nunca había llorado por un chico y no quería que Kalen fuera el primero. –Por favor.

–Está bien –accedió en un susurro mirando nuevamente la puerta de entrada. –Te esperaré en el patio cuando terminemos con todo ¿Está bien?

–¿Me das tu número? –insistí y él me miró sorprendido. –Por si pasa algo y tenga que avisarte.

–No.

–Como sea.

El turno pasó lento. Nunca había sentido el tiempo transcurrir con tanta lentitud como en ese momento. Me encontraba ansiosa por no saber si Kalen finalmente asistiría a nuestro encuentro o sólo había accedido para que lo dejara de molestar. Lo segundo era lo más probable.

Sin embargo me emocionaba la idea de creer que él sí se presentaría. Quizás no haríamos algún tipo de avance pero por lo menos podría explicarle cómo eran las cosas con Lautaro, me liberaría de aquello y quizás, sólo quizás, volveríamos a lo que habíamos dejado ese día después de la fiesta donde todo parecía ir perfectamente bien. Hasta se me había hecho raro que me sintiera tan cómoda simulando ser una pareja normal, porque vamos, él y yo nunca seríamos normales.

En cuanto terminé con mis mesas fui rápidamente a mi habitación para quitarme el uniforme y casi corrí al patio. Kalen había terminado mucho antes que yo y no quería que esperara demasiado, si es que él había decidido ir, claro está.

Respiré profundamente una vez antes de abrir la puerta hacia el exterior y suspiré aliviada al verlo que se encontraba sentado en una reposera fumando un cigarrillo. Caminé con lentitud y tomé asiento frente a él que me miró mezquinamente unos segundos.

Sin Planes Ni RecetasWhere stories live. Discover now