49. No Rob

2K 286 9
                                    


Maratón 4/10


Durante toda la mañana de trabajo él no me dirigió la palabra y apenas y cruzó miradas conmigo. Sabía que el error había sido mío, debí contarle lo que había pasado con su hermano o por lo menos el por qué había estado con él esa tarde en el parque, pero no creí que fuera importante. Yo ya le había dicho muchas veces que entre él y yo no había nada más que una amistad, pero Kalen no dejaba de ponerlo en medio de lo que fuera que nosotros dos teníamos. Estaba un poco cansada de eso también.

En el turno del medio día hubo más movimiento de gente y Kalen se vio en la obligación de hablarme, por cuestiones de trabajo, pero en fin, me estaba mirando y me estaba hablando, y eso me hacía estúpidamente feliz. Pero pude notar que él nunca me había tratado con la frialdad con la que me estaba tratando en ese momento; siempre había sido grosero conmigo, pero no frío. Sus palabras, aunque sin ningún significado en especial, me estaban lastimando.

De hecho, conmigo era todo relacionado con el trabajo, pero con la otra muchacha no dejaba de coquetear y ella no se quedaba atrás. No podía culparla, Kalen se veía atractivo con ese uniforme, había peinado su cabello y había sacado sus piercings. Se paraba seductoramente cerca de ella y a veces tocaba su cabello haciendo que ella se ría como una idiota. No miró en ningún momento en mi dirección mientras lo hacía. Él no estaba molestándome, quería llamar la atención de la chica, no la mía.

–Hola... –di un salto cuando el saludo fue más cercano de lo normal y me retiré dos pasos antes de girarme a ver al recién llegado. Rob estaba allí sonriéndome. –¿Qué haces?

Lo miré sin poder reaccionar unos segundos y pensé en responderle que me encontraba mirando a Kalen coquetear con esa chica, pero después me recordé que no debería estar haciendo eso y que de todas maneras él no me caí bien y no debía ser amable con él.

–Trabajo –respondí cortante mirando mis mesas para comprobar que no me requerían de alguna de ellas.–¿Tú?

–Vine a pasar el día... –respondió señalando su ropa. Golf. Claro, él era de esos chicos. Alcé las cejas a modo de despedida, no había mucho más que pudiéramos hablar, pero él largó una carcajada y me obligó a mirar lo que sus ojos habían atrapado. –¿Ese no es Kalen?

–Sí –dije mirando cómo él acomodaba el pelo de Rita tras su oreja. Estúpido. Lo odiaba. –Entró a trabajar hoy también.

–Demonios, ese chico siempre me sorprende –sonrió volviendo su vista a mí. –Supongo que no soy el único sorprendido, me llamó la atención la forma en que lo mirabas.

–Era la última persona a la que pensé encontrarme aquí, de hecho, pensé que hoy no vendría –aseguré volviendo a verlo. ¿Por qué simplemente no podía quitar mis ojos de él? Hasta Rob se había dado cuenta de mi reciente y creciente obsesión por él.

Esta vez ya no coqueteaba con su próxima presa. Esta vez tenía sus ojos fijos en Rob y en mí. Yo sabía por qué y le sonreí a medias antes de girarme al recién llegado.

–¿Cómo están tus vacaciones? –consulté sólo para retenerlo conmigo un poco más. Quería molestar a Kalen y aparentemente la presencia de Rob era un método efectivo.

–Bien, tú sabes, haciendo esto y aquello –respondió distraído y me observó con desaprobación. –Tienes una pelusa en el cabello, qué clase de empleada eres. Arréglate un poco.

–Tú siempre tan simpático –dije buscando la basura que él había dicho, pero antes de que pudiera hallarlo acercó su mano y la quitó.

–Tu cara bonita no te salvará de una observación completa.

–Gracias –escupí de mala gana alejándome de él cuando una mano tiró de mi cintura.

–Rob –dijo con voz apretada tendiendo su mano hacia el chico que respondió el saludo. –¿Cómo estás?

–Sorprendido –confesó Rob observándolo de pies a cabeza mientras Kalen se ubicaba junto a mí sin soltarme y apretar fuertemente allí obligándome a resistir una mueca. –No creí vivir para verte trabajar.

–¿Te desayunaste un payaso? –consultó Kalen sin dejar de sonreír pero con un tono de advertencia. Él bajó sus ojos a los míos y señaló las mesas. –No te distraigas, no quieres problemas el primer día de trabajo ¿No, bebé?

–¿Bebé? Para un poco Kalen, Lautaro se enojará si sabes que quieres conquistar a su chica –rió Rob.

–¿Conquistarla? ¿A caso no ves que ya la tengo a mis pies?

–Los dos son insoportables –dije en un susurro empujando débilmente a Kalen de mi lado. Sentía cómo el calor de su mano quemaba en mi cintura y era una sensación que había extrañado.

–Así que... –Rob mira la mano de Kalen en mi cuerpo y rasca su nuca con incomodidad antes de volver a mirarnos –nos vemos por ahí supongo.

El chico giró sobre sus talones y nos dio la espalda en el mismo momento que Kalen me soltó y se alejó de mí con ¿asco? Respiró un par de veces y me miró con aires desaprobatorios.

–Sinceramente... ¿Rob? –consultó frunciendo el ceño. Se veía tan sexy así que no pude resistir una sonrisa. –Meterte con él dañaría más a Lautaro que si se enterara que dormimos juntos.

–Bueno, tengo que buscarme a alguien ¿No? –claro que no sería Rob. No sólo no me gustaba, sino que me caía muy mal, no lo soportaría hablarme dos palabras por una noche de sexo, no valía la pena.

–Bueno, busca a otro –dice de mala gana posando sus ojos en los míos de manera intensa. Sostuve su mirada y miré mis labios, sintiendo una revuelta en mi estómago. –Cualquiera, no importa quién, sólo no Rob.

–Qué te importa.

–Te dije que me importa mi familia –repitió volviendo su vista a los clientes –mi hermano no se meceré que alguien como tú lo lastime.

–¿Alguien como yo? ¿Qué quieres decir?

–Alguien que realmente le gusta.

–Oh...

–Así que te pido por favor que no lo hagas.

–Está bien –él me miró casi sorprendido. Estoy segura que pensó que le costaría un poco más convencerme. –No Rob.

–Gracias... –una sonrisa jugueteó en sus labios y sus ojos mostraron tranquilidad. –Te llaman allí...

Sin Planes Ni RecetasWhere stories live. Discover now