—¿Jessica que...? ¡Qué estás diciendo! ¡Juraste que no había nada entre ustedes!... —Me interrumpió Nick, su mirada me mostraba tanta decepción y enojo a la vez que estuve a punto de arrepentirme, pero todo dentro mío me advertía que no lo hiciera.

—Lo único que conseguimos mientras fingimos que nada sucede entre nosotros es lastimarnos... Por ustedes. —Continué. Harry daba suaves caricias en mi brazo. Cerca de él me sentí segura y con más confianza de la que alguna vez pude tener. Y la verdad es que... por mi amor a él estaba haciendo esto, arriesgándome a que quizás ellos se alejen de mí.

—Jessica por el amor de dios, no puedo creer que hayas aceptado esto. Tú no tienes idea de...

—Ocultamos esto por el miedo a la reacción de las personas, de nuestra familia, de ustedes. Pero la verdad es que amo a Harry más de lo que alguna vez pude amar a alguien y no vamos a seguir lastimándonos para complacer a nuestro alrededor. —Lo interrumpí, mirándolo con firmeza. Los recorrí a todos con la mirada. —Nosotros somos felices juntos, esto es real y después de tanto seguimos de pie, seguros de esto, amándonos cada vez más. Y sentir esto es suficiente para mí.

Dylan permanecía serio, sin ni una expresión, la mirada de Mati estaba en la mesa y por otro lado Nick negaba, sosteniéndome la mirada, furioso.

—¿Cómo sabes que es Real? ¿Cómo sabes que no solo juega contigo? —Jadeó de la impotencia.

Cuando quise responder Harry me detuvo, su postura había cambiado y sabía que eso le había molestado.

—Nick, entiendo lo que sientes, entiendo que temas, pero puedes confiar en mí. Jamás en mi vida haría algo para lastimarla. —Inspiró aire. —Al principio quería estar cada segundo a su lado solo disfrutándola, sin saber realmente qué sentía, pero entonces me enamoré y ahora lo sé, la amo, completamente. Y pasó el tiempo suficiente para estar seguro de ello. No tengo que pedirles poder amarla, pero si me gustaría que lo entendieran, porque es lo que ella desea. —Me miró un segundo antes de devolver la mirada a ellos. —No soy su enemigo. Siempre intenté protegerla, como ustedes.

—¡Es diferente! ¡Nosotros somos quienes la protegemos! ¡No tú! No puedes tener intenciones buenas reales, solo apareciste de pronto, no puedes amarla. —Respondió borde Nick.

—¿Por qué no? —Pierce soltó una risa irónica.

—En qué estás pensando. —Irrumpió Dylan mirándome, interviniendo, pero solo en una discusión conmigo. Tan solo me miraba, intentando descifrarme realmente. No traía expresión alguna. —Él es mayor a ti, ¿Qué te hace creer que te quiere de verdad? ¿Qué te hace creer que habrá amor real ahí? —Nos señaló. —Estas siendo muy ilusa, realmente muy ingenua en creer un cuento de hadas con este tipo. Te lastimará y sé que lo sabes.

—¡¿Qué diablos les sucede? ¿por qué se rehúsan a entenderlo?!

—¡Un tipo así puede endulzar tus oídos de mil maneras para tenerte, Jessica! ¡Tú sabes! ¡Sabes cómo funcionan estos tipos a tu alrededor! ¡¿Por qué le crees a él?!

—¡Mierda Nick! —Exclamé horrorizada. —¿Por qué diablos hablas de esa forma? ¡Pierce jamás les demostró que era esa clase de tipo! —Lo defendí furiosa. —¿Qué te hace creer a ti que él no puede quererme de verdad? ¿Solo porque es más grande que ustedes? ¿porque no piensa ni es igual a ustedes? —Los miré molesta, y algo angustiada. ¿Por qué no podían entenderme?

—¡Jessica es una locura! ¿Por qué no puedes entenderlo tú? —Exclamó.

—¡Entiende tú que Harry no es mala persona, Pierce es mi vida, y si, es una locura, quizás es demasiado, pero lo es maldita sea, porque elijo que lo sea! Tengo mil razones y motivos y sentimientos de por qué lo es.

ARDER EN LIBERTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora