"¿Qué hacemos en un hotel?", pregunté nerviosa y él rió.

"Todo está bien Salsita, confía en mí. Vamos, entremos", tomé su brazo para caminar junto a él y vi al hombre llevarse el auto. Cuando estuvimos en el lobby nos dirigimos con la recepcionista.

"Buenas noches, Lucas Hemmings", la señorita tecleó en su computador unas cosas y sacó de un cajón unas llaves.

"Disfruten", Luke asintió y tomó las llaves para comenzar a caminar al ascensor y las puertas se cerraran. Presionó el último botón y comenzamos a subir. Mi estómago me mataba, todo se movía dentro de mí descontroladamente. No podía evitar presenciar el aroma tan masculino de Luke. Siempre olía tan bien pero hoy... Cielos, podría desmayarme.

"Me asusta el silencio", confesé viendo que íbamos a la mitad de los pisos.

"A mí me gusta", susurró sin dejarme de mirar y desvié la mirada. Noté que aún seguía agarrada de su brazo y me solté. Cuando el ascensor paró las puertas se abrieron y Luke comenzó a caminar por el pasillo que apenas y se iluminaba, había una puerta al final en la que se asomaba un pequeño destello de luz.

"¿En dónde estamos?", pregunté, él metió la llave a la cerradura y tomó el pomo.

"En nuestra cita", dejó abrir la puerta y abrí mi boca grande.

No puede ser.

Di unos pasos para salir y vi todas las flores que llenaban la terraza del hotel. Era precioso, en el techo colgaban pequeños focos que daban una iluminación tenue a lo que podría ser este... Invernadero. Todo era tan verde y al mismo tiempo tan colorido, había flores de todos colores y tipos. Había incluso flores que jamás en mi vida había visto. Todo era hermoso. Los árboles, las enredaderas por todos lados, las matas, todo era perfecto.

"Dijiste que no querías que te llevara flores...", dijo Luke detrás de mí. "Así que... Te traje a ellas".

Me di la vuelta y corrí a abrazarlo tan fuerte como pude. Esto era lo más hermoso que jamás había visto.

"Gracias".

Cielos, tenía tantas ganas de llorar, no podía con tanto. Comencé a caminar entre todas las flores, no podía evitar olerlas, estaban recién regadas, las hacía aún más brillantes y con esta iluminación, era más que suficiente para apreciarlas.

"Puedes tomar las que quieras", dijo detrás de mí.

"¿En verdad?", pregunté con una gran sonrisa y él asintió.

"No puedo creerlo", todas estas flores eran tan hermosas, la única manera en la que podías ver el cielo era mirando para arriba. Todo estaba tan repleto y por cualquier lugar en que caminaras, encontrarías más y más.

"¿Te gusta?", preguntó y lo miré.

"¿Hablas en serio? ¡Me encanta!", confesé. "Es lo más hermoso que alguna vez he visto".

"Sigue caminando", dijo y mordí mi labio siguiendo el camino que me guiaba el espacio. Al final vi un par de arbustos, después de eso ya no se miraba nada, sólo una plataforma. Los crucé vi una mesa para dos encima de ésta, iluminada con velas. Luke me ofreció su mano para subir por esos tres escalones y al estar arriba vi la ciudad entera. Vi todas las luces de noche, todos los carros pasar, todos los edificios y casas. Se podía ver todo. Me di la vuelta y sonreí. De este lado se podía ver todo el invernadero, todas las flores y los árboles, como todos esos colores se mezclaban. Giré nuevamente y lo vi a él. Lo vi a él parado justo detrás de la silla con sus ojos brillando y sus labios formando una dulce sonrisa. Era hermoso, todo era precioso.

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