Recuerdo la vez en la que ella y yo salimos a escondidas, ¿cómo? No tengo idea, pero logramos salir del cuarto y subimos al elevador hasta la terraza del hospital. Durante semanas habíamos estado planeado una fiesta con todos. Damien y Greg se encargaron de conseguir una botella de vodka. Willa consiguió el sonido, y entre varios lograron sacar sillas y mesas de los almacenes de mantenimiento. Unas chicas encargaron comida para todos, recuerdo que había pizza, hot dogs, spaghetti. E hicieron ponche de frutas, para cuando Stef y yo llegamos, le habían vaciado el vodka al ponche. Todos bailaban, cantaban, comían, fue uno de los mejores días en la clínica. Sólo como tres enfermeras se enteraron de lo que estábamos haciendo pero por alguna razón –nuestra desgracia-, no nos delataron con la directora. Para el amanecer ya habíamos limpiado y regresado a nuestras camas a dormir lo poco que pudiéramos para continuar con nuestros tratamientos.

Terminé de entregar todo, bajé al segundo piso donde se supone que Luke me esperaría. Caminé al almacén y toqué un par de veces la puerta para entrar. Ahí estaba él, sólo sentado en su teléfono.

"Vaya, no pensé que fuéramos a limpiar tanto", mencioné. Realmente no me importaba acomodar, pero quizá teniendo algo en común con él lo hiciera hablar.

"Es un desorden, ¿se creen mucho por ser las estrellitas?", preguntó y reí apenas.

"Sólo hacen su trabajo Luke", me encogí de hombros y miré el cuarto.

Todo estaba tan fuera de lugar, no había nada de organización.

"Creo que deberíamos comenzar por vaciar todos los estantes", él me miró.

"Pero re acomodarlo nos llevará horas", respondió.

"Bueno, yo salgo hasta las 6 así que...", él se me quedó viendo y dejó caer sus hombros.

"Pido este lado", sonreí y asentí. Comenzamos a saquear los estantes. El monto de ropa lo lanzábamos en una caja, los objetos de vidrio en un lado, los de plástico en otro. Los letreros, gafetes y señales en otro lado de manera en que todo estuviese dividido a la hora de acomodar.

"¿Puedo hacerte una pregunta?", lo miré por unos segundos y me di la vuelta de nuevo para seguir sacando. "¿Por qué sigues aquí si puedes estar en fiestas o con tus amigos?".

Él se encogió de hombros sin mirarme.

"No lo sé", se quedó callado un momento. "Supongo que quiero mostrarle a mi mamá que soy capaz de hacer otras cosas más que causar problemas".

Sonreí para mí.

"¿Por qué trabajas tú aquí?", preguntó. "No haces nada Salsita", me miró. "Haces el trabajo que las personas que trabajan aquí pueden hacer. Tienes un puesto absurdo", confesó.

Ladeé un poco mis labios.

"Necesitaba ayudar a mi padre", confesé. "Hace unos meses enfermó y no podía seguir trabajando".

"Pero, ¿aquí?".

"Mi padre hace mucho tiempo trabajó para tu mamá antes de que abriera BuzzFeed", confesé. "Dice que le debía un favor o algo así".

"No recuerdo haberte visto antes", confesó. "De haber sido así, no te hubiera olvidado".

Me quedé quieta un momento. ¿Qué se supone que debía significar eso?

"Pues... Yo tampoco te vi a ti", sonreí divertida.

"Jamás estaba en mi casa", admitió. "Siempre salía con mi hermano".

"Oh, si quieres podemos hablar de otra...", me interrumpió.

"No, está bien", alzó un hombro. "No soy tan sensible como mi madre".

Airplanes » l.hWhere stories live. Discover now