• Una noche •

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Era su último día en aquella hermosa ciudad de California, Santa Bárbara, lo que indicaba el final del verano.

Elizabeth era de Riverdale, pero estuvo durante todas sus vacaciones con sus abuelos maternos, donde disfrutó como nunca desde el primer minuto.

Al día siguiente debía volver a Riverdale, y despedirse de sus abuelos, de una amiga que hizo en su estadía allá y por supuesto, de aquella pintoresca ciudad.

Pero que fuera el último día ahí no le evitó disfrutarlo aún más que esos tres meses de vacaciones, por lo que iban de camino a una fiesta que según muchos iba a terminar en descontrol.

Betty entró junto a su amiga, y ambas vieron que ya el ambiente estaba formado con música, toda la gente bailando alrededor de aquella lujosa casa y disfrutando.

- ¡Iré a buscar algo para beber! -Veronica le dijo a su amiga a través de la música.

Betty asintió, luego de pedirle que le buscara un trago a ella también y se separaron, la pelinegra su fue en dirección a la cocina y ella se metió entre toda la gente que bailaba dispuesta a hacer lo mismo.

Comenzó a bailar y a saltar a la par de las demás personas, al ritmo de la música que sonaba en los parlantes a todo volumen, hasta que, minutos después, sintió dos manos en su cintura y un cuerpo grande tras ella.

Volteó su cara levemente notando que era un chico pelinegro, ojiazul y notablemente más alto que ella. Sonrió de lado y dejó sus manos sobre las de él en su cintura, permitiéndole sin palabras que la tomara y comenzó a moverse contra él.

Estuvieron durante casi dos horas bailando sin descanso, Betty no solo con el pelinegro que no conocía, sino también con su amiga, todo el rato los tres se mantuvieron cerca.

Pero eso fue así, hasta que los besos comenzaron entre el pelinegro desconocido para la rubia y ella, y así, entre besos desesperados salieron de entre el montón de gente y se dirigieron a un rincón oscuro.

- ¿Como te llamas? -el le preguntó entre besos.

- Betty. -ella suspiró y lo besó de nuevo, pero volvió a separarse para devolverle la pregunta. - ¿Tú?

- Jughead. -el murmuró en respuesta. - ¿Quieres ir arriba? -cuestionó.

Ella sonrió de lado y asintió. El la guió de la cintura hacia las escaleras pasando entre la gente donde Betty miró a su amiga y le hizo una seña disimulada de que estaría en el segundo piso, así ella se mantendría pendiente.

Pasaron por un pasillo con cuatro puertas, todas cerradas con traba, hasta que justamente de la última salieron dos chicas algo despeinadas tomadas de la mano.

Entraron en esa habitación y luego de que Jughead cerró la puerta con traba, la dejó a ella contra esta, besándola más apasionadamente que antes.

Dejó sus manos en su cintura y apegó su pelvis a la de él, bajando sus besos por su cuello, sin interesarle a ninguno de los dos las marcas que posiblemente dejaría.

Subió sus manos hasta el orillo de su top negro y se lo quitó en un rápido movimiento, revelando su brasier también de color negro. Relamió sus labios al ver el valle de sus pechos y ella jadeó solo de notar la mirada deseosa que el le dedicó.

Bajó sus besos por su cuello hasta la parte de sus pechos que el brasier no cubría, donde se dedicó a dejar chupetones, mientras ella jadeaba con su cabeza contra la puerta y las manos en el cabello de su acompañante intentando acercarlo más a ella.

Sin separar sus labios de ella, llevó sus dos manos a sus shorts de jean y bajó la cremallera de estos dejándolos caer al piso.

Ella frunció el ceño al notar que era la única semidesnuda, y él, cuando entendió su mirada se quitó la camiseta de un rápido movimiento y también comenzó a abrir el botón y la cremallera de su propio pantalón.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora