Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18

• Celos •

El pelinegro escribía en su laptop, cuando vió a una pequeña niña en la puerta de su despacho, con un peluche en su mano derecha.

Sonrió, y la niña sin decir nada caminó hasta el, intentando subirse en sus piernas.

Jughead la tomó para ayudarla y la dejó sobre su pierna derecha. Besó su frente y acarició su cabello.

- Buen día, princesa.

- Buen día, papi. -dijo la niña sonriendo y mostrando sus dientecitos.

- ¿Bajaste sola las escaleras?

- Aja. -asintió. - No me caí.

- Que bien, amorcito. ¿Mamá ya despertó? -le preguntó, mientras guardaba cambios en la laptop.

La niña negó y Jughead se levantó con ella en brazos, saliendo del despacho.

- No, está así. -cerró sus ojos y dejó caer su cabeza contra su hombro. - Sueñito.

- Si, mamá tiene sueñito. -dijo y soltó una risita, mientras subía las escaleras con ella aún en brazos.

Se dirigió a la habitación de la niña y la dejó sobre su cama.

- Vamos a darte una ducha, pequeña.

- Papi, hambre. -se quejó.

- Y luego desayuno, ¿Bien? Pedí comida de Pop's.

- ¡Si! ¿Panqueques? -sonrió.

El asintió con una carcajada y guió a la niña al baño de su habitación, le dió un rápido baño en la ducha y al terminar, cerró la llave del agua.

La cubrió con una bata de baño y luego la dejó sobre una silla de su habitación, mientras buscaba ropa cómoda de la niña para estar en casa.

- Papi, morado. -dijo señalando sus pantalones de pijama, y el entendió que quería unos pantalones de ese color pues vió que el no se decidía entre unos morados y otros verdes.

- Está bien. -lo tomó junto a un buzo blanco con una mariposa en medio de color rosa.

- Eso no. -hizo una mueca al ver los zapatos. - No quiero.

- Tu madre me va a matar si ensucias los calcetines. -dijo divertido. - Así que los tendrás que usar, amorcito.

- Pero papi. -se quejó.

- Ah ah, sin berrinches. -negó, comenzando a vestirla. Luego, le puso un poco de perfume de niña y la llevo al baño.

La sentó frente al lavabo y el se quedó detrás.

- Coleta como mami. -la niña junto sus manos con emoción.

- Está bien. -el rió, mientras desenredaba su cabello negro y comenzó a peinarlo hacia atrás, para luego con una liga rosa hacerle la coleta.

Al terminar, tomó un lazo de entre sus cosas de color blanco y morado, el cual combinaba muy bien con el buzo y los pantalones.

- Que linda. -dejó un beso en su mejilla. La niña soltó una risita y luego una carcajada cuando el hizo cosquillas en su panza.

- ¡Papi, no! -se quejó entre risas.

El paró cuando notó a la rubia contra el marco de la puerta, sus brazos cruzados bajo sus pechos y una pequeña sonrisa en sus labios.

- Escuché risas y no pude evitar venir. -murmuró.

- ¡Mami! -estiró sus brazos abriendo y cerrando sus manos. Betty sonrió y la tomó, dejando un beso en su frente.