• Promesa •

1.4K 76 43
                                    

• Segunda parte de: "Siempre" •

Ya nos habíamos mudado, solo había pasado una semana y aún estabamos ordenando nuestras cosas y comprando muebles nuevos para la sala, habitaciones y cocina, pues este departamento era claramente más grande.

- Amor, ¿Quieres pizza o comida china? -me preguntó, saliendo de la cocina hasta la sala, donde yo me encontraba doblando parte de nuestra ropa.

- Juggie. -me quejé. - Desde que nos mudamos aquí solo comemos comida chatarra. Me gusta pero no es saludable.

- Pero yo no quiero cocinar. -se quejó como un niño pequeño y yo reí. ¿La bebé aquí no era yo?

- Pareces yo. -dije algo divertida. - Vamos al super, yo cocinaré.

- Me da pereza.

- Entonces pediré delivery. -me encogí de hombros.

El bufó y asintió, sentándose frente a mí.

- Deja eso bebé, yo lo hago. -quitó mi mano comenzando el a doblar la ropa.

- Papi, no. -me quejé. - Me gusta ser tu consentida pero me aburro si todo lo haces tu solo. Fuera del fetiche estamos juntos en una relación asi que todo es de dos.

- Bueno. -el asintió. - Está bien amorcito, pero luego debes ducharte.

- ¿Y tu me ayudas? Me da pereza. -hice un puchero.

- Está bien, nena. -asintió.

Luego de un rato, ya me había dado un baño de burbujas en la tina con ayuda de mi Juggie.

Antes de eso había hecho un pedido en el super de todo lo que necesitaba para lo que planeaba cocinar.

Cuando salí de la tina, papi tomó mi toalla de color rosa y secó mi cuerpo con delicadeza, y también mi cabello.

Enrrolló la toallá en mi cuerpo para que no me diera frio y ambos salimos hasta la habitación, donde noté que el ya había dejado un conjunto de pijama para mí.

- Papi no quiero eso. -negué al ver el brasier.

- Entonces no lo uses mi vida. Lo dejé ahí por si quería usarlo. -se encogió de hombros y yo sonreí.

Me quedé junto a la cama y el tomó mis bragas y me las puso, dejando la toalla a un lado.

- Tengo frío papi.

El soltó una risita y negó, virtiendo un poco de crema corporal en su mano con fragancia de coco, mi favorita.

Dejó en mis piernas, mis brazos, mi cuello y abdomen, pasando sus manos con total delicadeza por mi cuerpo.

Estaba totalmente concentrado en lo que hacía y yo sonreí al mirar sus ojos azules, sus hermosos labios algo separados y su cabello negro, el cual amaba. Amaba todo de el, en realidad.

- ¿Por qué me miras así? -preguntó divertido, mientras me ponía el pantalón de la pijama de fresitas.

- Porque eres lindo, papi.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18Where stories live. Discover now