• Mucho tiempo más •

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Dos pequeños niños de nueve años jugaban animadamente, cuando él decidió hacerle una broma.

- ¡Juggie! -la rubia se quejó, dando un pisotón en el piso y cruzándose de brazos con un puchero. - ¡Tú tenías a Felpita! -exclamó.

- Pero ya te dije que no se en donde está, Betts. -se encogió de hombros, aguantando su risa.

Betty suspiró, rebuscando entre sus cosas. Quitó el tendido de la cama, buscó bajo sus almohadas y en el baño, en su clóset y en sus gaveteros.

Por ningún lado conseguía a su peluche de color azul llamado Felpita.

- Juggie... -sollozó, con lágrimas saliendo de sus ojos sentándose en su cama. - Perdí a Felpita. -hizo un puchero.

El suspiró, arrepintiéndose al instante de su broma al verla llorar. Escuchar sus sollozos hizo que se sintiera realmente mal.

Caminó hasta el clóset de ella y lo abrió, tomándo el peluche de lo más alto de este, donde ella claramente no llegaba al ser un poco más chica.

- Era una broma Betts, lo siento... -murmuró, dándole el peluche.

Ella tomó al peluche abrazándolo y al levantar su cabeza le dedicó una mala mirada al pelinegro.

Simplemente se levantó y se sentó frente a una pequeña casa de muñecas, jugando ella sola, ignorando al pelinegro.

- Betts... -dijo, setandose junto a ella. - Lo siento, no quería que lloraras, solo era una broma.

- Vete Jug-Head. -murmuró, al no poder pronunciar bien su nombre aún. - No quiero jugar más contigo.

- Betty. -se quejó, llamando su atención. - ¡De verdad lo siento! Si me perdonas te prestaré mi gorro, ¿Quieres? -preguntó, sonriendo.

A la rubia siempre le había encantado mucho su peculiar gorro de lana gris, pero el nunca dejaba que nadie lo tomara.

Ella levantó su vista con ilusión.

- ¡¿De verdad?!

- Si, pero solo si me perdonas.

- Está bien Juggie, te perdono. -suspiró. El sonrió, abriendo sus brazos y la niña lo abrazó, para luego quitarle el gorro y ponérselo. - ¿Como me veo? -sonrió.

- Muy fea. -dijo divertido.

- ¡Juggie! -se quejó.

- Está bien, te ves... Linda. -admitió un tanto apenado, desviando su vista sonrojado y ella también lo hizo, para luego continuar jugando con sus muñecas.

La puerta de la habitación se abrió y Alice entró.

- Jug, ya vinieron por ti.

- ¡Un rato más! -se quejó Betty.

- Por favor, señora Cooper. -pidió, ambos uniendo sus manos con un puchero.

- No. -negó. - Lo siento, pero tú papá espera abajo, mañana podrás venir otra vez, ¿Si?

El suspiró rendido y se levantó.

- Iré abajo. -dijo Alice y ambos asintieron.

- ¿Puedo regresarte el gorro mañana? -le preguntó la rubia sonriente.

Jughead asintió poco convencido, no le gustaba que nadie más lo tuviera, pero si de ella se trataba...

- Está bien. -asintió, abrazándola. - Adiós, Betts. -dijo caminando hasta la puerta.

- Adiós Juggie. -sonrió, moviendo su mano en despedida.

La pequeña rubia sonrió mirándose frente al espejo, admirando el pequeño gorro de lana.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18حيث تعيش القصص. اكتشف الآن