• Nuestro destino •

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"Nuestro destino"
| Lover: segunda parte |

Un par de días después la pareja tomó un vuelo desde Los Ángeles hasta New York, luego de despedirse de sus dos hijos dejándolos bajo el cuidado de su abuela paterna.

Al llegar a New York lo primero que hicieron fue tomar un taxi hasta el hotel donde se quedarían esos cinco días. Aún era de mañana, pero ellos querían descansar el resto del día ya que tenían una gala en la noche en ese mismo hotel.

Se recostaron en la cama abrazados, el tenía a su esposa de la cintura y ella con sus manos entrelazadas en su abdomen.

El comenzó a regar un camino de besos por su cuello hasta su nuca, a lo que ella cerró sus ojos y removió su cabeza a un lado para darle más acceso.

Aún en esa misma posición, ella de espaldas a él, Jughead estiró su mano y la fue descendiendo por el abdomen de la rubia por su entrepierna y comenzó a tocar lentamente aún a través de su ropa, haciendo que ella jadeara.

Sus besos se convirtieron en mordidas y así fue dejando pequeñas marquitas rojas que se borrarían al pasar de un rato.

Ella estaba por darse la vuelta entre los brazos de su esposo, cuando a su lado, el celular del pelinegro resonó por toda la habitación interrumpiendo su momento.

- Mierda. -Jughead soltó con molestia separándose de la rubia y se movió para tomar su celular y atender la llamada. - ¿Jake? -suspiró al escuchar lo que le dijeron al otro lado de la línea y asintió. - Bien, estaré ahí en unos minutos. Si, si. -aceptó a regañadientes.

Al cortar la llamada miró a su esposa y acarició su cabello.

- Debo ir a la empresa, nena. -informó. - Firmaré unas cuantas cosas y volveré aquí para que almorcemos juntos.

Ella suspiró y asintió. - Está bien, te espero. No tardes. -pidió al verlo levantarse.

El se inclinó de nuevo en la cama y unió sus labios en un beso largo pero lento. Se separó y le dedicó una sonrisa deslumbrante, la cual le contagió.

- Te amo. -dijo acercándose a la puerta de la habitación mientras guardaba su móvil en el bolsillo trasero de su pantalón.

- Te amo. -ella respondió desde la cama aún con una sonrisita en sus labios.

Dos horas después Jughead volvió al hotel con su esposa, pero volvieron a salir juntos a un restaurante cercano para almorzar.

La rubia tenía un vestido celeste hasta las rodillas y unos tacones bajos de color blanco. Una bandita blanca evitaba que su cabello tocara su cara, el cual caía por sus hombros en pequeñas ondas naturales.

Jughead iba como siempre vistiendo su típico traje negro, esos que siempre usaba para trabajar, y como era un viaje de trabajo, debía usarlo.

Su chófer los dejó justo frente a la puerta del restaurante y bajaron juntos. El la tomó de la cintura de forma posesiva y la guió a la entrada, donde un hombre les abrió la puerta y ellos entraron.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18حيث تعيش القصص. اكتشف الآن