• Provocar •

2.3K 115 83
                                    

La rubia despertó por la mañana cuando los rayos del sol entraron por la ventana de su habitación. Bostezó, sentándose en la orilla y frotó su ojo izquierdo acostumbrándose a la luz.

Se levantó y caminó lentamente hasta sus pantuflas de unicornio para ponérselas y sonrió al verlas, para luego entrar al baño.

Cepilló sus dientes y lavó su cara, para luego peinar un poco su cabello, lo dejó suelto y salió de la habitación.

Bajó las escaleras lentamente y al llegar al primer piso, su perrito Milo corrió hacia ella con emoción, moviendo su cola de lado a lado y ella se arrodilló en el piso para estar más cerca.

Lo acarició y luego de unos segundos lo tomó en sus brazos con cuidado de no hacerle daño.

Fue hasta la cocina y frunció el ceño al no ver a Martha, pues quería pedirle que le preparase unos Hot cakes, según Betty los de Martha eran los mejores.

Hizo un puchero y se dirigió al final del pasillo, viendo que la puerta estaba abierta. Escuchó las teclas ser presionadas y vió al pelinegro sentado frente a su laptop.

- Papi. -murmuró.

- Pequeña, despertaste. -le sonrió. Ella también lo hizo y se acercó para besar sus labios. - Buenos días, amorcito.

- Buenos días, papi.

Lo abrazó y el dejó otro beso en su frente, antes de que ella hablara.

- Martha no está, papi.

- Oh sí, tuvo que irse al hospital, su hija se desmayó en la escuela. -dijo con una mueca.

La rubia abrió sus ojos como platos. - ¿Ella está bien? -preguntó con preocupación.

- Si mi amor, no te preocupes. ¿Podrías hacerte tu desayuno? Realmente tengo mucho por hacer aquí. -señaló la laptop.

Ella hizo un puchero. - Papi, hazlo tu. -pidió. - Porfis.

- Amorcito...

- Porfis porfis porfis. -junto sus manos, luego de dejar en el piso a Milo.

El suspiró, levantándose y la tomó de la cintura para salir de ahí junto a ella.

- Si me miras así no puedo decir que no... -murmuró.

Ella sonrió con suficiencia y Jughead besó su mejilla, dejándola sentada sobre la encimera mientras tomaba lo necesario para hacerle un rápido desayuno.

- Quiero hot cakes papi.

- Está bien, amor.

- Papi...

- ¿Mhm? -preguntó mientras hacia la mezcla.

- ¿Por qué trabajas tanto?

El soltó una risa. - El dinero no llega solo, mi vida.

- Oh... Pensé que si.

El pelinegro carcajeó de nuevo mientras negaba y continuó con lo que hacía.

Luego de un rato terminó y dejó el plato con los hot cakes junto a la rubia pero se metió entre sus piernas, acariciando sus muslos.

- ¿Tienes tarea, amorcito?

- Si, papi.

- Bien, cuando termines tu desayuno las haces. Puedes estar en mi oficina pero en silencio, ¿Esta bien?

La rubia asintió y el besó sus labios lentamente.

- Te amo papi, gracias por mi desayuno. -sonrió.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18Where stories live. Discover now