• Mis chicas •

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Jughead Jones

- ¡Papi, papi! -escuché la voz de mi hija tras la puerta. - ¡Paaaapii!

Suspiré despertando, froté mi ojo derecho y me levanté con pereza. - Voy, ya voy. -bufé al escuchar más toques desesperados en la puerta.

Al abrir, mi niña estaba ahí, con sus brazos cruzados mirandome de manera retadora. - Papi, hoy hay que ir por mami al aeropuerto, ¿Lo olvidas? -preguntó algo amenazante.

Yo enarqué una ceja. Yo adoro a mi esposa, pero haber tenido con ella una niña que es literalmente su copia va a volverme loco, y eso sin mencionar su parecido físico.

Las dos son igual de mandonas y tercas, y por supuesto, bastante inteligentes. Bueno, yo así las amo, a mis dos chicas.

- ¿Y tú por qué me hablas así? -le pregunté a mi hija.

Mi hija suspiró y tiró su cabello rubio hacia atrás, el cual estaba perfectamente desenredado, porque ella misma solía cepillar su cabello al levantarse.

- Papi, porque no podemos hacer esperar a mami. -me recordó obvia.

- Aja, pero tu madre no llegará aún, llega en la tarde y apenas son las... -me alejé para tomar mi celular. - 8:00 AM.

Ella sonrió apenada. - Ah... -rió rascando su nuca. - Pensé que era ya, es que estoy emocionada, extraño a mami.

- Lo sé, yo igual. -asentí tomándola en mis brazos. - ¿Cepillaste tus dientes?

- Sipi, como me enseñaron, lo hice sola, y como siempre también arreglé mi cama y desenredé mi cabello. -enumeró con sus dedos.

Yo besé su mejilla con una sonrisa. - Bien... ¿Por qué no vas a jugar con Sally mientras yo voy al baño? -le pregunté dejándola en el piso. - Y luego preparo el desayuno.

Ella asintió. - Okis, papi. -y así se fue por las escaleras bajando cuidadosamente, tomada de la baranda.

Mi pequeña hija... Liv Jones.

Cuando me casé con Betty, los dos siempre quisimos tener hijos, y por eso, tan solo un año después de casarnos cuando ambos teníamos veinticinco años ambos decidimos que era hora de tener nuestro primer bebé.

Ahora nuestra hija tenía seis años y era una niña bastante inteligente, genuina y alegre, como dije antes, muy parecida a su madre. Y aunque casi no tenía parecido físico conmigo, solo su ojito azul (porque el otro era verde), también tenía cierto parecido conmigo en el tema de actitud y gustos.

Ella amaba inventar historias fantasiosas, que algunas veces me sorprendían considerando su corta edad, y también amaba que yo escribiera historias solamente para que ella fuera la primera en escucharlas y darme su opinión.

Luego de ir al baño a asearme rápidamente, salí de mi habitación cerrando la puerta y caminé por el pasillo hacia las escaleras, pasando por la habitación de mi hija. Rei levemente al ver su cama "ordenada" estaba bastante arrugada la manta, pero bueno, se que ella hace lo que puede.

La acomodé yo rápidamente y luego si bajé al primer piso de la casa, donde vi a mi hija en el sofá acariciando a nuestra perrita Sally, la cual era una schnauzer bastante juguetona.

- Papi... ¿A que hora hay que ir por mami? -me preguntó.

Suspiré. Antes no solía ser paciente, pero eso tuve que trabajarlo con la llegada de mi hija, sobre todo cuando aprendió a hablar y quería saber el porqué de absolutamente todo.

- Ya te dije, Liv, en la tarde. -cuando vi que iba a abrir la boca, me apresuré a hablar de nuevo. - A las 3:00 PM. -especifiqué.

- Ah. -bajó su mirada de nuevo a Sally, dejando toda su atención en ella.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18Where stories live. Discover now