• Sorpresa •

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- Debo darte tu regalo, nena. -le murmuró Jughead al oído a su esposa, mientras regaba besos en su cuello.

Ella estaba sentada en su regazo, en una... No tan inocente sesión de besos.

Era casi medianoche, estaban a unos minutos de las 12:00 am, casi 25 de diciembre... Pero antes de que los niños disfrutaran de sus regalos por la mañana, ellos querían hacerlo también.

Habían tenido una hermosa cena con sus familias, los padres de Jughead y los de Betty, junto a algunos sus amigos e hijos.

Sus hijos habían estado muy emocionados por ver a Santa llegar con los regalos como para dormir, pero despues de intentarlo por un largo rato, los tres se durmieron.

Jughead tomó a la rubia, hizo que se sentara en su cama y dejó un último beso en sus labios antes de caminar hacia su closet y rebuscar entre sus cosas una caja de color rojo con un moño negro.

- Yo pensaba darte mi regalo en la mañana con los niños... -ella murmuró, besando sus labios, ya con la caja en sus manos.

- Ábrelo. -el murmuró, acariciando su mentón bajando por su cuello y hombros, de pie frente a ella, que estaba sentada en la orilla de la cama.

Ella suspiró ante su mirada dominante y su toque por sus hombros y cuello, bajando la mirada para comenzar a desatar el nudo del moño negro.

Cuando lo hizo, levantó la tapa revelando el contenido.

- Quiero que lo uses. -el dijo. - Ahora.

- Jughead, los niños están aquí, no podemos-

- Cállate y haz lo que digo. -la interrumpió bruscamente, tomándola del mentón, ahora sin nada de delicadeza, para que lo mirara a los ojos. - Tendrás que guardar silencio.

- J-jug... -murmuró, nerviosa, pero sabia lo que se avecinaba, y sinceramente... Le encantaba cuando el sacaba ese lado de el con ella.

- Te dí una orden, y además... Creo haberte dicho muchas veces que no me llames así. -sonrió burlón.

- Papi. -suspiró, cuando el soltó su mentón.

- Cámbiate. -dijo una vez más, alejándose para que se levantara.

Ella tomó el conjunto rojo de la caja y se fue al baño, cerrando la puerta de este.

Jughead tomó la caja para quitarla de la cama, donde aún se encontraban unas esposas de terciopelo negro y un aparato con una forma bastante peculiar, también de color negro...

Unos minutos despues, la puerta del baño se abrió, revelando a la rubia en un conjunto de lencería de encaje rojo bastante sexy.

El pelinegro mordió su labio al verla, y señaló con su mirada la cama, ordenándole que se sentara.

Ella lo hizo, se sentó en la orilla de esta y Jughead se acercó.

- Si haces el más mínimo ruido, entonces tendré que parar... -comenzó, quitándo una goma de la muñeca de la rubia y comenzando a recoger su cabello en una coleta.

- No se si pueda, papi... -ella murmuró.

- Si puedes. Yo lo sé. -dijo, luego de terminar con su coleta y se alejó un poco de ella. - Aún quedan cosas en la caja.

- Las vi.

- Trae las esposas. -ordenó.

Betty se levantó, sintiendose vulnerable ante su mirada dominando, y con solo su presencia, sentía tenso el ambiente, por su actitud segura.

Y si, tal vez esto era como un juego de roles, pero desde que ella conoció a Jughead, eso fue lo primero que le llamó la atención de él.

Su actitud dominando, segura y como podía tener lo que quisiera. Pero también adoraba que con ella y solo con ella se hacía vulnerable, con el mundo era algo, pero con ella... Era otra cosa completamente distinta.

Our History || One Shots Bughead y Sprousehart || • +18Where stories live. Discover now