~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)

𝔐𝔞𝔯𝔨

La única respuesta que tuve fue un "vete a la mierda" en medio del pergamino con firma de Pansy.

Tomo otra cajita e incrustó la pajilla en el lugar indicado absorbiendo su contenido, levanto la cabeza y veo a Freya frente mío con una risa burlona.

Trae mil bolsas de tiendas de lujo en las manos y ya sé que estuvo haciendo todo el día.

— Eres surrealista, Malfoy. — Niega con una sonrisa y hasta acá me llega el olor a alcohol.

Trato de levantarme, pero la presión en medio de mis piernas me lo niega, la ignoró y simplemente camino hacia ella acomodando el asunto con discreción.

— Son las tres de la mañana y ni siquiera te dignaste a responderme una carta, Evanora. — Reclamo y ella rodea los ojos como la adolescente que es.

— Pansy lo hizo —.

— ¿Y yo para que quiero una respuesta de Pansy? — Cuestiono. — Si la que quiero que llegue a casa no es ella, eres tú.

Ella me mira como si no acabará de decir algo importante y simplemente sube las escaleras hacia mi habitación.

— Freya te estoy hablando. — Voy tras ella y me doy cuenta lo intenso que se me torna su perfume de repente.

— Y yo te estoy ignorando —.

Bufa adentrándose a la habitación para tirar la gabardina en cualquier lado.

— Es que contigo no se puede tener una conversación madura, y más si estas ebria —.

Me rindo dejándome caer sobre la cama sopesando todo el calor que cargo y miro hacia el techo pensando en cualquier cosa tratando de diluir la temperatura.

El juguito de piña sirvió para un carajo.

Escucho el sonido de bolsas abriéndose, de cajas tirándose hacia un lado y la ropa pesada cayendo al suelo, así que deduzco que se está probando la ropa.

Juego con los anillos de mi mano distraídamente.

Se duerme, y me tengo que ir, así que en silencio voy por la sudadera que me pongo y la daga enfundada la pongo en mi cintura con cuidado.

Vuelvo a mi sitio anterior y tomo el libro que Eya había dejado en la cama antes de irse.

La puerta del cambiador se abre así que supongo que ya viene a la cama, pero pronto me doy cuenta de que eso no está en sus planes.

— ¿Así si te dan ganas de follarme? —.

Levanto la mirada moviendo el libro y toda la calma que había generado desaparece dejándome desesperado.

Tiene un conjunto de lencería negro, y admito que es su color. Es trasparente, solo algunos bordados en forma que no logro detectar cubren algunas partes aleatorias.

Tiene una gargantilla a combinación, el cabello en un moño desordenado con mechones sueltos y el toque final son los guantes largos de la misma tela que le dan el toque elegante que no faltaba, pero aporta.

Me siento sobre el borde de la cama con ambas manos a mis lados solo para apreciarla.

Suelto un fuerte suspiro acomodando la erección en mis pantalones y esta vez lo hago sin discreción.

— Si no quieres, puedo ir a devolverlo a la tienda... — Juega con el elástico de sus bragas caminando hacia mí. — O tirarlo si te parece más práctico.

Queda frente mío con la mirada oscurecida.

— Joder Freya, me tienes mal... — Me quejo tomando su mano para atraerla por completo hacia mí.