𝔗𝔥𝔬𝔲𝔰𝔞𝔫𝔡 𝔊𝔞𝔩𝔩𝔢𝔬𝔫𝔰

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DRACO MALFOY

— Mierda — Susurré contra el cuello de Freya cuando me dejé caer sobre ella intentando recuperar mi respiración —¿Estás bien? — No tardé en preguntarle mientras salía delicadamente de ella ganándome un jadeo por su parte.

—Lo estoy...— Su pecho subía y bajaba descontroladamente, la pequeña sonrisa que cargaba en su rostro me tranquilizó.

Tome mi ropa interior limpiándola antes de desordenar las sábanas ayudándole a meterse debajo de ellas, al asegurar su comodidad imité su acción, acostándome a su lado. No tenía la más mínima idea sobre qué decir o hacer. Sólo me quedé boca arriba mirando el techo, esperando algún comentario o pregunta de ella para responder. No acostumbraba a hacer eso, conseguía lo que quería y dejaba a la chica atrás con la voz todavía temblorosa. Pero con ella era distinto, sentía la obligación de quedarme a su lado.

— En definitiva, me van a desheredar.

— ¿Qué? — Volteé mi mirada; observándola con confusión, pude ver como se tapaba con las sábanas y acomodaba su cabello el cual estaba más desordenado de los normal.

— Que me van a desheredar y excluir de la familia si alguien se entera de esto.

— ¿Motivo? — Le quité algunos cabellos del rostro para apreciarla mejor.

— En mi familia, las mujeres Grindelwald hacen voto de castidad hasta los veintidós, y yo no estoy ni cerca de cumplirlos. Es realmente grave cuando alguna mujer lo rompe, las últimas dos que incumplieron el voto fueron expulsadas y les fueron arrebatadas todas las propiedades a sus nombres, al igual que el apellido. Además, si se enteran de que lo hiciste, eres aborrecida hasta el final de tus días — Se acomodó viéndome directamente — Así que tú guardas mi mayor secreto ahora.

— Es un honor hacerlo señorita Grindelwald. Prometo guardarlo y protegerlo como si de mi vida se tratase — Hablé en tono serio y aristocrático.

Instintivamente, la abracé atrayéndola hacia mi cuerpo cuando sonrió con completa autenticidad. Acomodé las sábanas tapando su cuerpo completamente. Mi autocontrol todavía pendía de un hilo, y si la veía desnuda sabía que todo mi progreso se rompería.

Comencé a jugar con su cabello y a enrollarlo alrededor de uno de mis dedos formando rizos. No sé qué mierda me estaba sucediendo, debería haber huido hacia mi habitación después de conseguir lo que quería.

— Te ves lindo — Me alagó de manera desprevenida mientras hacía dibujos imaginarios sobre la piel de mi pecho con las yemas de sus dedos.

— Yo siempre me veo lindo.

— Oh por favor, deja de presumir.

— Pero tengo razón. Continúa con tus halagos hacia mi persona — Respondí con una sonrisa arrogante. Lo que ella no sabia, era que disfrutaba de sus cumplidos mucho más que de los de otras personas.

— Quiero decir; te ves lindo así, acostado y con las mejillas rosadas por el calor. Contrasta muy bien con el color de tu piel.

Sonreí débilmente — Gracias, aunque cabe recalcar, por décima vez, que yo siempre me veo bien.

— Eres demasiado presumido — Rodó los ojos dando un suave golpe en mi pecho.

— ¿Pero tengo la razón, si o no? — Pregunté acariciando su pómulo.

Volvió a rodar los ojos asintiendo — La tienes — Bostezó al terminar su frase, acomodándose sobre mi pecho para abrazarme de forma mas cómoda.

— Duerme; debes de estar cansada, hemos hecho mucho por hoy — Estiré mi brazo desocupado suavemente hacia una de las mesitas que estaban a cada lado de la cama buscando mi varita. La tomé y susurré un hechizo; cerrando la puerta con seguro. Sabia a la perfección que los elfos solían ser muy imprudentes en ciertas ocasiones. Tras asegurar el hechizo, dejé mi varita en el mismo lugar y regresé mi brazo sobre la espalda de Freya abrazándola nuevamente.

~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora