~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)

𝔓𝔞𝔱𝔢𝔯𝔫𝔞𝔩 𝔟𝔩𝔬𝔴

NARRADOR OMNISCIENTE

El hombre alto, con temple frío, espalda recta y postura perfecta entro a la mansión con el paso acelerado y cargado de ira.

— ¡Muévanse, joder! — Perseo Grindelwald era conocido por ser el hombre más calmado y comprensivo de su familia. Si veías a sus hijos y después le echabas un vistazo a él, solo podrías confirmar que Frey era su hijo. Y no hablando del aspecto físico.

Hablando del comportamiento, Tánatos, Erlik y Freya habían adoptado un comportamiento mucho más cruel, serio y vivo.

Ellos no eran amables, no eran solidarios y aun menos comprensivos.

La gente solía decir que a Perseo y Frey los genes Grindelwald no les habían llegado.

Pero ahora las cosas se planteaban de una manera distinta.

El hombre había entrado a la mansión oscura en la cual habitaba el hombre que más odiaba.

Lo odiaba tanto por joder en cierta parte a su hija, por tratar de volverla como él.

Y lo odiaba aún más por qué estaba logrando su cometido, de eso se acababa de enterar esta misma mañana.

Mando a la cárcel a su propia madre

Perseo había escuchado por "casualidad" una de las conversaciones de Freya y Draco.

Los chicos habían pensado que estaban solo en la sala de estar y Freya callo a Draco antes de que el despistado chico hablara más, pero solo con lo que escucho el padre fue suficiente para escarbar un poco más en los lugares adecuados y encontrar toda la verdad.

Sabía exactamente todo lo que habían hecho, a qué hora y de qué modo.

Y ahora también sabía de la bomba que era Freya acababa de explotar y no había destruido ni un cinco por ciento de lo que tenía planeado. Así que o la detenía ahora, o su pequeña niña iba a terminar siendo mucho peor que Gellert Grindelwald y Lord Voldemort juntos... Por qué tenía todo para serlo y superar las expectativas de todos.

Ahora trataba de concentrarse en ese punto y no en que Eya tenía los días de vida contados.

— ¿Dónde está el hijo de perra? — Preguntó en voz fuerte empujando a dos Mortífagos y subiendo las escaleras a paso acelerado. Troto por los pasillos ignorando los gritos que escapaban de varios cuartos hasta que encontró la puerta que lo llevaría a el que estaba buscando.

— Perseo, no esperaba tu presencia...— Tom Ryddle estaba postrado sobre su asiento de piel airoso al saber porque Perseo se tomaba la ligereza de asistir a sus aposentos sin avisarle antes, al fin y al cabo, a él padre de los Grindelwald nunca le agrado asistir a esa mansión si no fuera estrictamente necesario.

Y esta vez era una de esas.

—¡¿Dónde está Eya?! — Perseo estaba realmente enfurecido, cualquier persona cercana a él que lo viera en este entonces, lo desconocería a un estado máximo.

— Oh...El pequeño Perseo está enojado, ¿Quién será el causante de su molestia...? — El hombre con los mechones de cabello blanco bien marcados se abalanzó contra el Lord tomándolo de la chaqueta.

— Escúchame Marvolo...Yo no estoy para tus mierdas, a Eris puedes venirle con toda esta pendejada de asesino en serie sin cojones, pero yo no me voy a inmutar ni un poco al romperte la cara con mis propias manos en vez de utilizar un estúpido hechizo. Así que me dices donde está mi hija ahora mismo o te juro que te parto el cu...

— ¿Papá? — La niña que buscaba el hombre entro por la puerta cruzándose de brazos al ver a su padre a punto de golpear a su llamado "Tío"

— Joder...— Perseo soltó un suspiro de alivio yendo hasta su hija para abrazarla. Se separo para comenzar la reprimenda que había estado planeando para esta, —Evanora... ¿Que carajos es lo que estabas pensando, cuantos años crees que tienes, crees que puedes desaparecer de la casa de un momento a otro como si ya tuvieras dieciocho años? ¡Es que ni los dieciocho tendrás el permiso para hacerlo! — Se paso las manos por el cabello enfurecido y continuo — ¡Y todavía tienes la osadía de venir a esconderte en la mansión de este demente como si fuera un retiro mágico y relajante en las Maldivas! Nos vamos ahora, y no quiero un no como respuesta porque ya te soportado mucha señorita y esta vez no respondo.