𝔑𝔦𝔠𝔢 𝔫𝔞𝔪𝔢

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NARRADOR OMNISCIENTE

Los días pasaban con facilidad para algunos y con dificultad para otros.

Freya siempre se creyó fuerte, poderosa y superior. Ahora podía estar muy orgullosa de decir que ya no se creía, ahora lo era.

Pero si queremos ser sinceros, siempre lo fue.

Siempre tuvo ese don y actitud que corría por sus venas haciéndola ver imponente y venerable.

Ella desbordaba dominio y presencia. En Hogwarts por mucho que le costara decir, nunca se sintió completamente acoplada, nunca sintió esa satisfacción.

Freya nació para ser adorada como la diosa que era, pero mientras que Hogwarts necesitaba una diosa buena, benevolente, una diosa que les salvará de la perdición, Freya pretendía ser una que no traería más que sufrimiento y venganza.

Darle a su pueblo lo que se merecía, por lo que había luchado años, los buenos actos no combinaban con su aura oscura.

Ahora ella estaba siendo lo que siempre quiso ser, capaz dejar a Draco de lado no fue tan mala idea.

Lideraba a los Mortifagos con una facilidad increíble, ellos le obedecían y respetaban, no chillaban ni cuestionaban. Cuando Freya pedía algo, ese algo se hacía, con rapidez y precisión.

Porque así como era buena para liderar, también lo era para torturar.

Lo que ni el mismo Voldemort pudo hacer. Freya ya lo tenía en proceso con un plan sin margen de error, porque todo tenía que ser perfecto.

Su parte favorita del plan era cuando dejaba a Harry Potter en la inmundicia total, humillándolo frente a todo el que algún día lo apoyó, dejando ver que no era más que un simple chico con suerte.

Con tan solo dieciséis años ya podía dominar a toda una jauría de magos hambrientos de poder, sed de venganza o simplemente jodidos de la cabeza.

Bellatrix era su nueva mentora en el arte de la tortura. Freya le hecho su toque y le agrego a la tortura física; sus propias manos. Bella era ruda con sus métodos, pero la mayoría de veces era por un medio mágico, a Freya no le fastidiaba mancharse las manos. Ella de hecho solía disfrutar el acto.

Pero no podía ser buena en todo, los sentimientos no eran su fuerte, y ahora se sentía una imbécil por haber sentido por Draco Lucius Malfoy.

No sabía qué era lo que quería más, si follárselo durante todo un día completo, o torturarlo durante todo un día completo, y aunque suene muy explícito, la sinceridad al explicar es lo importante.

Tal vez ella podría fusionar los dos, alcanzar un balance.

Pero al estar más días dentro de la mansión, lo único que noto fue como esa sensación rara en el pecho cada vez que pensaba en él, iba desapareciendo.

Esas mariposas dulces que la hacían feliz, se esfumaron, esas ganas por pedirle perdón dijeron adiós, y hasta la idea de dejar todo atrás por él, fueron canceladas.

Eva podía tolerarlo muchas cosas por parte de Draco, pero que le quitará el puesto como mayor prioridad en su lista, jamás.

Así que ardió como una fogata al ver que la protegió más a Durant que a ella.

Pero eso lo solucionaría después, ella no tenía tiempo para esa cosas y Tom se lo había advertido.

Así que cuando no estaba ordenando que se hicieran las cosas a la perfección, o torturando a Muggles para demostrarle su valentía y fuerza, se profundizaba en las paredes de su cuarto llenando su cabeza de historias relacionadas con un tema entretenido.

~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora