~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)

𝔗𝔥𝔢 𝔣𝔦𝔯𝔰𝔱 𝔱𝔦𝔪𝔢

DRACO MALFOY

El día de mi visita a la mansión había llegado, fue un transporte sin importancia y nada entretenido. Unos elfos se habían encargado de éste.

Llegué a el vestíbulo en donde me esperaba mi madre con uno de sus abrazos empalagosos.

— Oh cariño, te he extrañado tanto. Pero mírate, estás más alto — Me comentaba mientras acariciaba mi mejilla.

— Yo también te he echado de menos mamá — Logré librarme de sus brazos con una sonrisa ladina. Escuché los pasos imponentes que ya sabía reconocer desde mi niñez

— Veo que ya llegaste. Ve a cambiarte Draco, los invitados están en camino.

Asentí con seriedad subiendo a mi habitación. Abrí la puerta ingresando para ver un traje completamente negro descansando sobre mi cama. Era del mismo color que casi todos mis trajes, pero éste se notaba más caro y único; con mis iniciales bordadas en el puño.

Tomé una ducha rápida vistiéndome y arreglando los últimos detalles, caminé fuera del cuarto de baño viendo mi reflejo en el espejo, acomodé mi corbata por una última vez cuando mi madre me avisó desde abajo con un grito —¡Los invitados ya están aquí, Draco!

Bajé apresuradamente con mi plan en mente. Iba a presentarme, saludar, y regresar a mi habitación, sin duda era mucho mejor que quedarme abajo escuchando conversaciones ornamentales.

Pero todo mi "plan" se fue por la borda cuando bajé viendo a un chico de mi altura con mechones blancos y un extremo parecido a Freya. Me sonrió desde lejos antes de acercarse con paso seguro hasta mí.

— Soy Frey Grindelwald, un placer — Me extendió una mano la cual tomé con el ceño fruncido por la confusión. Voltee mi mirada rápidamente buscando a la chica en la cual estaba pensando, era más que obvio el parentesco.

Y ahí estaba. De espaldas, saludando a mi madre con un vestido de seda color verde oscuro. Éste no tenia mangas, y unos delgados tirantes se aseguraban de mantener el vestido en su sitio, era corto pero recatado a la vez. Unas sandalias de tacón negras le hacían parecer más acorde a mi altura, y como detalle personal; varias piezas de joyería decoraban sus dedos, orejas y cuello. Se veía elegante, hermosa y venerable. De pronto, pensamientos obscenos comenzaron a inundar mi mente.

— Uhm, no es nada amigable en cómo te estas imaginando a mi hermana... En definitiva, desearía no haber visto eso — El chico a mi lado comentó con cara de disgusto pestañando repetidas veces.

— ¿Disculpa? — Lo miré con confusión por segunda vez.

— Soy un perfecto legeremante, es un don de nacimiento. Si te sirve de consuelo, no fue fácil entrar en tu mente.

— Mierda... — Cambié de tema rápidamente — ¿Freya es tu hermana?

— Mi gemela para ser precisos.

Asentí mientras jugaba con los anillos en mi mano intentando no pensar en nada indecente, me sentí como un libro abierto el cual podría ser recorrido en su total ante el pelinegro.

— ¿Draco? — Escuché su voz melodiosa llamándome con confusión y vi sus tacones chocando con el piso de mármol negro de la mansión.

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó ya cerca mío, me quedé mirando un segundo su cabello, lo tenía más ordenado de lo normal, tenía rizos más grandes y su cabello no estaba para nada esponjoso, sus mechones blancos estaban sueltos como casi siempre. Ella era perfecta.

— No lo sé. No tengo ni la más mínima idea de lo que hago en mi casa. Y menos porque tú estás en ella.

— Sabia que mi padre tenía algo entre manos. — Estaba demasiado desconcentrado viendo como el vestido se pegaba ligeramente a sus caderas como para prestarle atención. Para mi conveniencia su hermano ya se había ido y ahora estaba demasiado ocupado saludando a mi padre el cual había salido hace unos segundos de su oficina.