~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)

𝔇𝔢𝔪𝔬𝔱𝔦𝔬𝔫

FREYA GRINDELWALD

— Te lo dije, te lo dije, pero nunca me haces el maldito caso. — Golpee la mesa con suavidad. — Fue innecesario y sumamente descuidado, ¿Qué carajos estás buscando?

— Cuida tu tono, Evanora. — Advirtió Voldemort.

— Y tu cuida tus acciones. — Salí de la sala empujándolo con el hombro.

Hace mucho había olvidado que estaba tratando con Tom Ryddle.

Camine por los pasadizos de la mansión oscura.

Iba de cuarto de cuarto en cuarto y de sala en sala revisando planos, registros, pociones, y todo lo que fuera necesario para el ataque planificado.

Entre a una de las salas principales viendo al chico de mediana edad trabajando en el armario.

— Señorita Freya. — Saludo levantándose del suelo, ya que se encontraba en este fijándose en los extremos de la pieza.

— ¿Avances? — Pregunté caminando hasta la mesa en dónde se encontraba la lista de cambios y arreglos que ya debían de estar realizados.

— Está listo, acabo de terminar el último mantenimiento. — Respondió evitando mi mirada.

No agradecí, no era mi deber hacerlo. Yo era la que mandaba — ¿Seguro?

Asintió — Si, ya he preparado todo lo necesario, está en condiciones perfectas.

No respondí, me dirigí hasta el artefacto pasando mis dedos por las runas que había tallado en la madera. — ¿Para qué son? — El hombre se sobresaltó.

— Oh, son de protección. Estaba probando las runas, y son las mejores creadas hasta ahora.

Era listo, nadie podía negarlo. — Bien, puedes irte. Te avisaremos cuando te necesitemos.

***

— ¿Lista? — Bella pregunto mientras acomodaba la varita entre mis dedos con firmeza.

— Lista. — Repetí la frase como aprobación.

— De abajo a arriba con fuerza centra tus ojos y déjate llevar por la inclinación. Es una nueva maldición, así que ten cuidado por si la varita responde de mala forma, cosa que dudo. — Acomodo todo su cabello sujetándolo en un moño desacomodado. — A la cuenta de tres, Eva.

Asentí con suavidad.

— Uno — Aprete la varita.

— Dos — Mejore mi postura.

— Tres...— Gire la varita con habilidad justo como Bellatrix me indico, y vocalice la maldición en tono fuerte.

— ¡Demotion! — Un rayo de luz color roja cayó sobre el cuerpo de un Muggle atado a un árbol. Pude observar claramente como la maldición choca con su mejilla comenzado a carcomer la carne de la mitad de su cara. Además de que prácticamente devorara su piel, podías ver como un suave humo y el olor a quemado salía de la gran herida que comenzaba a expandirse por todo su cuello y pecho.

No había sangre ya que está se cauterizaba por parte de la maldición.

Y tampoco podías escuchar los gritos ya que hechice a la víctima para que no pudiera gritar. Solo podías observar cómo abría la boca tratando de soltar gritos de clemencia y gemidos de dolor.

— Insisto en que al silenciarlo le quitas la emoción. — Bella sonrió a mi lado. — Pero bueno, gustos son gustos y cuando se trata de tortura no juzgo. En fin ¿Que te pareció?