𝔏𝔢𝔱 𝔥𝔢𝔯 𝔤𝔬

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FREYA GRINDELWALD

Era la peor tomando decisiones.

Mi subconsciente acababa de despertar y me comenzaba a dar un subidón de arrepentimiento, iba bien y ahora estaba a punto de follar con mi mayor distracción.

Quería alejarme, mi mente me ordenaba hacerlo a gritos, pero yo no solía acatar las órdenes y justo por eso estaba aquí.

Deslice mis manos por el pecho de Draco hasta llegar a su cinturón, lo desabroche con rapidez, pero de golpe y repentinamente quitó mis manos sujetándolas por arriba de mi cabeza.

- ¿Quién te dijo que podías tocar? - Susurro mordiendo uno de mis pechos.

Quise responder, pero mi reacción fue muy lenta. Draco sujeto mis caderas y me volteó poniéndome en cuatro ante él. Mis mejillas se ruborizaron con furor y cuando trate de voltearme un correazo golpeó mi trasero.

Solté un gemido con sorpresa paralizándome por completo.

- Sabes, la última vez que visité tu habitación, me tomé la libertad de pasear por tu librería personal-.

Puta madre....

- ¿Así que Alicia en el país de las maravillas era tu historia favorita? - Rio para sí mismo. - No lo creo-.

Maldita sea la hora en la que no guarde los estúpidos libros dentro de los cajones.

- ¿Arrepentida de tus acciones? - El rubio susurro mientras sus manos agarraban mis nalgas sin vergüenza alguna.

Me tragué mis gemidos tratando de mantener mi dignidad.

- Ni un poco. - Me burlé manteniendo mi fachada.

Saben, todos tenemos ese pequeño fetiche escondido en lo más profundo de nuestras mentes, y como todos yo tenía el mío.

Siempre fui incontrolable, fui malcriada y un tanto desobediente, entonces encontrar alguien que realmente tuviera el temple para controlarme y ponerme en mi lugar...Me ponía un poco, vamos a dejarlo en que me emocionaba.

Encontrar un libro antiguo de BDSM en una rebaja en el mundo muggle, aumentó mi curiosidad en un cincuenta por ciento, así que cada vez que podía compraba un libro relacionado, después llegue a las novelas eróticas y lo demás es historia.

Desde que conocí a Draco siempre fantasea con un, él dominante.

Cadenas, látigos, esposas, cera caliente, sogas... Era todo un mundo, así que verlo de este modo fue casi un sueño cumplido.

Gruño antes de golpear mis muslos con una de sus palmas e ir hasta una cajonera. El sonido metálico que chocó entre sí llegó a mis oídos. Sentí su presencia nuevamente, quitó mis bragas arrojándolas por algún lado, sujeto mis muñecas desestabilizándome y acomodándose tras mi espalda, el frío del metal me erizo la piel.

Esposas, las reconocí de inmediato y el "click" del seguro me lo confirmo.

- ¡¿Draco por qué mierda tienes esto?!- Pregunte cuando los celos me hicieron reaccionar. - ¡Draco respóndeme, joder! - Rio sacándose los zapatos con un puntapié.

- ¡Cómo hayas utilizado esta mierda en una de tus putas juro que-...- Entro en mi con una sola embestida. Comencé a gemir con fuerza cuando se comenzó a mover con rudeza, sus caderas chocaban con mi trasero causando un sonido vacío que acompañaba a nuestros gemidos y jadeos en toda la habitación.

Tomo mi cabello que era los suficientemente largo como para que lo pudiera sujetar y me levanto. Ahora mi espalda estaba pegada contra su pecho, mis rodillas apoyadas en el filo del colchón y él me embestía con fuerza por detrás mientras mordía uno de mis hombros.

~ "𝑫𝑶𝑳𝑳𝑯𝑶𝑼𝑺𝑬" ~ ─── 𝘿𝙧𝙖𝙘𝙤 𝙈𝙖𝙡𝙛𝙤𝙮 [𝑯𝒐𝒖𝒔𝒆𝒔; 1.0] - (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora