CAPÍTULO 90

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— ¡Cariño, ven aquí! — exclamó Jungkook acomodándose en la cama.

Taehyung corrió tan rápido que en segundos estaba al lado de su omega pensando que algo malo le ocurría pero se tranquilizó al ver su sonrisa.

— Dame tu mano, ¿lo sientes? — habló emocionado llevando aquella hasta su vientre logrando que el alfa sintiera los movimientos más fuertes que aquel bebé había dado.

— ¡Si! Yo... ¡Lo siento! — sonrió llevando su otra mano para así tocar otra parte del vientre adverso logrando sentir las pataditas que su cachorro daba.

Se sentían tanto que incluso había podido imaginar sólo con un toque el tamaño y forma del piecito. Aunque se asustó al escuchar un pequeño quejido de su omega pues de igual forma, aquello dolía. Se arrodilló en aquella alfombra y se acercó dejando un pequeño beso sobre la barriga para luego acariciar.

— Mi pequeña princesita, no seas tan fuerte, ¿de acuerdo? — susurró observando que los movimientos comenzaban a disminuir — sé que se siente bien estirar esas piernitas pero a mami le duele y no queremos que mami llore, ¿no es así? — volvió a besar aquella zona.

El omega observaba enternecido aquella escena que luego de unos segundos tomó su teléfono para así comenzar a grabar a su alfa hablándole a su pequeña cachorrita. Se sentían tan felices de poder ver que aquella bebé desde el vientre era bastante fuerte, y por alguna razón, ambos creían que ella sería una alfa e incluso de sangre pura pues ambos lo eran. No dejando de lado a su primer hijo, también creían que sería un alfa pues en su comportamiento se notaba, y aunque a penas cumpliría los 8 años, ya podía notarse cierto aroma que indicaba que sería un gran alfa.

— ¿Mi amor? Estas... ¿Estás llorando? — preguntó preocupado apagando la cámara.

Taehyung no respondió y solamente se acostó a su lado abrazando a su novio mientras lloraba de una forma en que había preocupado al antedicho pero al escuchar sus balbuceos sólo sintió ternura. Llevó su mano al cabello adverso y lo llevó hacia atrás para así despejar su frente, daba pequeñas caricias hasta que pudo calmarse refugiándose en su omega.

— Me siento feliz... siempre... — tragó saliva — quise esto, quise sentir cómo... poco a poco me convertía en padre, y gracias a ti, pude saberlo — sonrió acomodándose frente al omega viéndolo directamente a los ojos — mi vida fue mucho mejor con tu llegada, creí que moriría sólo, que nadie querría estar conmigo por no poder tener tantos ingresos o... no ser lo suficiente para un omega.

— Taehyunggie... — susurró llevando su mano hasta la mejilla del susodicho — Eres más de lo que crees, siempre ha sido así, y me siento orgulloso de saber que llegaste hasta aquí. Ahora somos una familia, Jumin te ama, la bebé en camino te ama, yo te amo — sonrió — nacimos para estar juntos y ser felices, el destino nos hizo conocernos y eso... es lo que más agradeceré en mi vida. Encontrar un alfa cómo tú, nadie... te llega ni al talón de tus pies — susurró riendo un poco.

— Yo también los amo... — se acercó un poco más — sonará cursi, pero, sin ti... yo ya no puedo vivir. Haré lo posible para mantenerte a salvo, te buscaría incluso debajo del mar si es necesario. Tal vez creas que yo te salvé a ti, y sí, lo hice — rió levemente — pero tú también me salvaste a mi y le diste color a mi vida. Ahora ya tengo por quien seguir adelante, por nuestros hijos y por ti — musitó al final con una sonrisa para finalmente acercarse hasta los labios adversos para así unirlos en un tierno y suave beso.

Sus almas parecían conectarse mucho más al igual que sus corazón. El mundo  se silenciaba y solamente eran ellos sumidos en su profundo amor a través de aquel emocional beso. Taehyung ya no se sentía sólo, Jungkook ya no se sentía en peligro, ambos estaban en sus lugares seguros y serían capaces de hacer todo el uno por el otro, incluso, dar su vida.

———

Los días pasaban con normalidad, ambos eran felices. Jungkook al sexto mes de su embarazo había dejado de ir a trabajar pues se le hacía muy difícil por lo que, todos los días iba a casa de sus padres junto a Jumin después de la escuela y así estar en compañía hasta que su alfa iba por ellos.

Por otro lado, Yoongi también estaba siendo feliz de nuevo, pareciera que era una persona totalmente diferente a la de unos meses atrás. Y Namjoon era el responsable de eso, habían hecho tantas cosas que sus lobos comenzaban a unirse mucho más, dando por hecho que aquellos dos eran sus predestinados.

La vida del omega había ido de bien en mejor, se había hecho mucho más fuerte gracias a los entrenamientos que hacía con el alfa y le gustaba que fuese así pues sabía que... si algo malo le llegaba a suceder de nuevo, ya no sería débil cómo aquella vez. Era un nuevo omega, un feliz y hermoso omega.

Por suerte, todo su pasado se había esfumado de su vida; todo había vuelto a la normalidad e incluso comenzaba a olvidar el dolor y el sufrimiento que pasó aquellos oscuros días. Gracias a Namjoon, Yoongi era un nuevo omega, uno del cual ya no se avergonzaba de su casta, ya no se dejaba pisotear, ya no era manipulado tan fácilmente, ya no era un omega débil.

Pero había algo que nunca podría olvidar. Sus manos manchadas de sangre sucia. Ese día pudo desahogarse pero creía haber llegado tan lejos que... nunca se iba a perdonar tal acto aún sabiendo que aquel alfa lo tenía merecido. Siempre estaba metido en su cabeza, los gritos, la sensación de aquellos golpes y heridas que le había hecho.

Siempre pensaba en qué había pasado, nunca más volvió al lugar y nunca más volvió a escuchar sobre Jung. Pero había algo que jamás en su vida iba a descubrir y es que... esa misma noche, segundos después de que se fuera totalmente asustado, su padre había llegado al lugar después de haber averiguado al fin qué hacía su hijo cada domingo en la madrugada. Fue aterrador imaginar a su pequeño cometiendo aquel asesinato, pero... se alegraba tanto de que él había tomado venganza, se alegraba... de que ya no se dejó tocar ni manipular.

El cuerpo nunca apareció, nunca se preguntaron qué pasó con Hoseok, nunca más se volvió a hablar de él. Por suerte... había logrado desaparecer aquel cuerpo antes de que las autoridades o algún transeúnte lo hiciera.

Todos parecían tener una vida buena, siendo alegres, teniendo lo que querían, disfrutando de cada momento; e incluso, de los íntimos.

Sí, Yoongi a pesar de tenerle mucho miedo al contacto íntimo, se dejó llevar por Namjoon logrando sentir lo que siempre quiso. Seguridad. Ya no tenía miedo de que aquel alfa se descontrolara, y de que los besos no llevaran a la fuerza a tener relaciones. Kim era diferente, era tan respetuoso que algunas veces no le gustaba que fuese así, pero, si alguien trataba mal a su omega, no le faltaba tiempo para tener en el suelo pidiendo perdón a la persona que lo había molestado.

Todo estaba yendo bien, tan bien que incluso... daba miedo.








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