CAPÍTULO 23

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2 DÍAS DESPUÉS.

La madre del omega ayudaba a cambiarlo pues ya les habían dado de alta. Jeon se encontraba bien y sólo era cuestión de días para que sus heridas sanaran por completo. La mujer podía ver la tristeza en el rostro de su hijo y eso la hacía poner triste también, no se imaginaba cómo se sentía él, su propio alfa había abusado física y mentalmente sin piedad alguna, y sólo se había marchado dejándolo a su suerte, no obstante, había sido lo mejor.

— Mamá... — murmuró — ¿Y si él vuelve? — levantó la mirada hacia la adversa quién sólo lo abrazó.

— Nosotros estamos aquí, Taehyung está aquí y créeme que si llega a poner un pie cerca de ti será el fin de sus días — habló mientras acariciaba el cabello de su hijo.

— Vamos, ya es momento de volver a casa — habló el padre.

Taehyung se acercó al menor tomándolo del brazo para así ayudarlo a caminar mientras que sus padres seguían hablando con el médico. El menor al sentir aquel frío no dudó ni un momento en abrazar al alfa, este sólo sonrió y correspondió mientras lo llevaba al auto. Podía notar cómo el omega observaba hacia a todos lados, seguía teniendo el miedo de volver a encontrar a Jimin. Quizás él no lo haría pero una muchedumbre de reporteros si lo hizo.

— ¡Jeon Jungkook! Por favor permitanos una entrevista.

— Sí, por favor, necesitamos saber su punto de vista. ¿Qué siente al ser el omega más odiado en todo Seúl?

— ¿Es cierto que abortó para no tener nada con su alfa?

— Oye, ¿tú eres el amante? Podrías decirnos qué se siente estar con un omega cómo él?

Taehyung frunció su entrecejo para luego ayudar a que el menor rápidamente se subiera al auto, cuando este se encontraba ahí cerró la puerta comenzando a discutir con aquellas estúpidas personas, en ese instante los padres salieron y también comenzaron a aullentar a todos aquellos hasta que finalmente se fueron de aquel lugar.

Jungkook muy confundido seguía pensando en todas aquellas preguntas, ¿El peor omega?, había estado alejado tanto tiempo del Internet y los medios de comunicación que no sabía qué era lo que estaba pasando.

— ¿Por qué... ellos hicieron esas preguntas? ¿Pasa algo malo?

— No — respondieron los tres al mismo tiempo.

— Jungkookie, no les hagas caso, ¿de acuerdo? Yo... te explicaré todo, pero por ahora no les hagas caso, ¿si? — sonrió tomando la mano del susodicho.

El omega solamente asintió apegándose más al alfa que no dudó ni un segundo en abrazarlo y liberar su aroma logrando calmarlo. Los mayores se tomaron de las manos sintiendo aquel dolor de ver a su hijo de aquella manera, tan destruído, débil y con miedo. Querían lo mejor para él desde que nació y fue un problema dejar que estuviera con Jimin pues sabían que no eran la pareja perfecta, no obstante, no sabían lo que el alfa le hacía a su pequeño y cuando por fin abrieron los ojos... era muy tarde para separarlos.

— Taehyung... ¿no tienes ningún problema en quedarte con nosotros? — habló la mujer después de unos minutos al ver que Jungkook se había quedado dormido — Él necesita un alfa a su lado y... nosotros no podremos llenar ese vacío.

— ¿E-está segura? No quiero ser una molestia, puedo... ir todos los días con ustedes.

— Claro que no eres una molestia, Kim, ya estuvimos hablando esto desde ayer y creemos que eres la persona indicada para nuestro hijo, además sé que podrás ayudarnos con su recuperación — habló el alfa mientras seguía manejando — además sabes que la casa es muy grande, una persona más no nos haría daño, ¿verdad, linda? — sonrió viendo a su esposa por unos segundos la cual asintió.


Taehyung bajó la mirada notando cómo el menor se aferraba a su cuerpo en busca de protección, tenía miedo de dejarlo sólo y que fuera tras Park de nuevo, además, no sería una mala idea estar con él tanto tiempo. Es más... así podría enamorarlo.

— Está bien... creo que... sería lo mejor para ambos — respondió sin dejar de ver al omega.

Ambos padres sonrieron. Sabían perfectamente la clase de persona que era Taehyung, cumplía con todo lo que un omega desearía para poder tener una vida normal y sin problemas, además, ya lo conocían desde hace mucho y sabían desde el primer momento en que intercambiaron palabras que él era el predestinado de su pequeño. Había algo entre ellos que con sólo una mirada se podía ver la conexión que tenían.

Al cabo de un rato llegaron a casa por lo que con cuidado llevaron al menor hasta su habitación, a éste le costaba caminar aún así que el castaño decidió cargarlo y así llevarlo hasta su cama. Se sentía feliz de poder verlo despierto, de que ambos lobos estaban juntos ahora y... pudieran sentirse "en casa".

— ¿Es cierto lo que escuché? ¿Te quedarás aquí? — preguntó el menor observando al alfa.

— Sí — sonrió sintiendo sus mejillas levemente sonrojadas.

— ¿Podrías... quedarte esta noche conmigo? La cama es muy grande y... no quiero sentirme sólo.

— Me quedaré todo el tiempo que quieras, pequeño — musitó yendo hasta la cama de este sentándose a su lado.

Ambos se observaban directamente a los ojos hasta que Jungkook desvió la mirada ya que algunas veces le costaba mantener el contacto visual.

— Gracias... y perdón por todo, Hyung — susurró el omega mientras se metía entre las sábanas ya que sentía demasiado frío.

Taehyung sonrió enternecido y sólo negó. Se acercó lentamente y con cuidado para así poder acostarse a su lado, podía sentir cómo este se acurrucaba en su pecho de nuevo, al parecer le gustaba su aroma y eso hacía que su lobo se pusiera completamente feliz.

— No debes pedir perdón por absolutamente nada, cariño, absolutamente nada — repitió comenzando a dar suaves caricias en el cabello de este.

Jungkook se sentía con sueño gracias a todas las medicinas que había tomado por lo que al escuchar cantar al alfa pudo dormir en paz, sin miedo a que este lo atacara al dormir.

INFERTIL | ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ +21 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora