INFERTIL | ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ +21

CAPÍTULO 26

Al llegar acomodó su bata esperando que no lo volvieran a regañar cómo la otra vez. Sabía que su presencia ahí era muy necesaria pero también lo necesitaban en otro lado, no podía estar en ambos lugares así que preferiría uno en el que también se sintiera cómodo.

No había dado ni un paso dentro del hospital cuando sus compañeros se acercaron haciéndole miles de preguntas. En su mayoría, de Jungkook. Estaban preocupados y era entendible, veían las noticias y todo lo que estaba sucediendo, ellos sabían que Jeon no era cómo lo pintaban. Querían hablar de lo que realmente había sucedido pero siempre los silenciaban.

— Chicos, chicos, tranquilos — habló Kim viendo a los demás — Él se encuentra bien, ya salió del hospital así que debe guardar reposo.

— ¿Tiene algún efecto secundario?

— Sólo... — suspiró profundo mientras bajaba la mirada — terrores nocturnos, es difícil porque cree que Jimin siempre estará ahí o incluso, me ve a mi cómo él y eso le generan ataques de pánico — explicó.

— Deberían llevarlo a terapia, ¿no crees?, pasó por algo muy fuerte y difícil, necesita ayuda profesional — habló Hye. La mejor amiga de Jungkook.

— Lo sé pero no creo que haya alguien dispuesto a ir hasta su casa, él no quiere ni salir de su habitación, tiene miedo.

— Yo tengo un amigo en la universidad,  ya es profesional en psicología pero está estudiando otra carrera. Puedo decirle que... nos ayude, tengo entendido que muchos cobran caro y más si van hasta el domicilio del paciente — explicó el pelirrojo — No sé si él también llegue a cobrar esas cantidades.

— Lo sé, pero no importa, el dinero no es problema si se trata de su salud... — musitó Kim acomodando el reloj en su muñeca — Sólo quiero que mi omega esté bien — musitó sin darse cuenta que aquello no sólo lo había pensado, sino, hablado.

— ¿Él es tu predestinado, hyung? — preguntó el azabache con una sonrisa. Todos en aquel lugar ni siquiera se habían sorprendido, era obvio que lo eran — ¿Qué? ¿Todos lo sabían? ¿¡Y nadie me dijo!? — se quejó ofendido.

Taehyung solamente sonrió y se quedó pensando en aquello mientras sus compañeras decían que sí. Su lobo comenzó a alborotarse por aquel sentimiento y sólo desvió el tema. Sus mejillas habían tomado un tono carmesí.

Para no seguir hablando sobre aquello fue hasta su oficina en dónde observó las citas que tenía que hacer por el día.

Estaba feliz de poder llamar a Jungkook "su omega" pero, eso sería un poco ¿egoísta?, no sabía si él tenía también sentimientos o si después de todo lo que había sucedido ya no quería saber nada de amor, era entendible pero, no le importaba. Pensaba esperarlo hasta el último día si fuera posible, ya lo había hecho por muchos años, era su oportunidad de demostrarle que si habían alfas buenos en el mundo.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el teléfono sonar. Lo tomó y al contestar, sonrió. Aquella dulce y tierna voz, estaba feliz de escuchar nuevamente a Jumin, últimamente había estado ocupado y no podía ir a visitarlo así que se sentía mal por aquello.

— ¿Hm? Oh — rió leve. Era un poco difícil entender qué decía el pequeño. — Estoy trabajando, bebé, y... mami... — sintió su rostro calentarse de nuevo — está descansando.

— ¿Cuando volveré a verlos? — balbuceó.

— Puede que el fin de semana vaya a verte, ¿te gustaría? — sonrió aún más al escuchar la emoción del pequeño a través del teléfono — ¿eh? ¿Un juguete? Claro, buscaré el más bonito para ti.

— También quiero ver a mami... lo extraño mucho

La sonrisa del alfa fue convirtiéndose más en una triste, no sabía qué decirle. Jungkook no podía salir aún, además, no quería. Sus molestias lo habían hecho olvidarse de Jumin y el orfanato por el miedo que habitaba en él. Su mente estaba repleta de terrores que lo acompañaban en todo momento.

— Pronto, bebé — respondió — te llamaré luego, ¿si? Debo seguir trabajando. Y si, no te preocupes, iré a verte — tomó un papel en mano — si, así es, cariño, el más bonito — sonrió nuevamente — cuídate, Jumin, y pórtate bien.

Al escuchar la despedida del niño sólo sintió algo en su pecho, era difícil mentirle a un niño y mucho más si era aquel pequeño. Finalmente guardó su teléfono para así ir hasta el lugar en el que debía atender. Aunque siempre mostrara una sonrisa para sus pacientes, seguía viéndose triste, deseaba estar con Jungkook en todo momento brindándole la seguridad y compañía que necesitaba.

Al cabo de un rato salió de la habitación despidiendo a la beta que había ido a su revisión. Fue ahí cuando la encargada lo llamó, temía que fuera algo malo, había estado faltando mucho a trabajar pero, no había de otra, no podía dejar al omega sólo. 

— Taehyung... estuve viendo que las dos semanas pasadas faltaste, tenías una cirugía importante... — habló la alfa.

— Lo sé, lo lamento mucho, es sólo que... no pude, Jungkook...

— Entiendo, ha sido difícil, ¿no es así? — notó al adverso asentir — espero pueda recuperarse pronto. Y por lo que he oído, Jimin escapó. Que cobarde — chasqueó su lengua mientras tomaba unos papeles de su escritorio.

— ¿Me va a... despedir?

La alfa levantó la mirada por unos segundos viendo a Taehyung tan temeroso en ese momento y sólo sonrió negando mientras comenzaba a escribir. El alfa se quedó viendo aquello, era... ¿un cheque?

— Has sido leal desde el primer día que entraste y sé que estás pasando momentos difíciles por lo de Jeon. Así que... te daré vacaciones y no deberás preocuparte por el dinero, seguiremos pagándote, pero esto hasta que Jungkook se recupere, ¿de acuerdo? — extendió el cheque hasta el adverso — sé que él necesita de un verdadero alfa ahora — sonrió — mándele un saludo de mi parte, y que no se preocupe, su puesto está asegurado en este hospital, cuando se sienta con la capacidad puede volver.

— ¿E-en serio? — Taehyung muy sorprendido se quedó con la boca abierta viendo aquel cheque. Esto sólo era un adelanto pues lo demás sería transferido a su tarjeta — Muchas gracias, señorita Choi, es usted... una gran mujer — sonrió haciendo una reverencia, acto que hizo reír a la mujer.

— Ya, ya, no actúes cómo un niño, ahora vete, tu omega te necesita — acotó con una sonrisa.

Taehyung asintió sin dejar de dar las gracias hasta que salió de aquel lugar, no sin antes tomar sus cosas. Estaba feliz, podría estar con Jungkook sin ningún inconveniente.

Subió al auto y condujo hasta la heladería, no regresaría sin el helado que había prometido. Su lobo estaba tan feliz que aullaba y él sólo podía sentir esa sensación indescriptible. No sabía ni cómo reaccionar aún. Y lo que más le quedó en la mente lo hizo sonreír aún más.

"Tú omega te necesita."