CAPÍTULO 53

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Yoongi estacionó su motocicleta al lado del auto de su padre para luego ir juntos al interior de su hogar. El señor Min estaba bastante orgulloso y feliz de haber culminado exitosamente un caso bastante famoso en todo Corea del Sur, pero, también estaba muy orgulloso de su hijo pues, si éste no hubiera ayudado probablemente Park seguiría huyendo de la justicia. Incluso le había sorprendido la forma en que Yoongi con una sola llamada pudo hacer que atraparan a ese idiota.

— Me alegra que ya estén en casa, ¡salieron en la televisión! — habló la anciana en aquel lugar mientras abrazaba a su hijo y a su nieto — Pero, Yoongi, ¿de dónde tienes tanta fuerza? Casi dejas inconsciente a ese tonto — preguntó asombrada, algo que hizo reír a ambos hombres frente a ella.

— Lo sacó de mi, por supuesto — alardeó su padre para luego quitar sus botas e ir hasta el sofá para por fin descansar.

— ¿De ti? — rió — claro que no, lo sacó de mi.

— No creo, ambos son débiles ante mi — bromeó Yoongi recibiendo un pequeño golpe de su abuela en su cabeza, algo que lo hizo correr para que ella no le volviera a dar otro.

Aquella mujer no dijo nada más y sólo fue a sentarse junto a su hijo para así ver la televisión. Yoongi fue hasta la cocina atraído por el olor tan delicioso del café que su abuela preparaba, también notó la comida y su estómago gruñó pues llevaba muchas horas sin comer.

Después de unos minutos comenzó a servir la comida por igual en tres platos pues siempre ayudaba en eso a su abuela. Fue ahí cuando el sonido del timbre llamó su atención por unos momentos pero sólo siguió en lo suyo hasta que su abuela se acercó a él.

— Hay un muchacho en la puerta, dice que quiere hablar contigo — tomó de la mano de su nieto los cubiertos para terminar de preparar los platos.

— ¿Un muchacho? Pero... no conozco a nadie de aquí — habló curioso.

— Anda, ve, yo termino de hacer esto, es mejor que vayas antes de que tu padre salga de bañarse, ya ves lo celoso que es contigo.

Yoongi aún confundido sólo hizo un pequeño puchero para luego ir hasta la puerta y así colocar sus sandalias. Al salir de casa vio a un chico recostado en una motocicleta mientras fumaba pero, no era un cigarrillo normal, era uno electrónico.

El omega con algo de desconfianza caminó hasta aquel sujeto hasta que pudo reconocerlo, rodeó sus ojos y bufó.

— ¿Qué estás haciendo aquí?

— Vaya, que amable es Señorito Min — habló con ironía.

El susodicho solamente se quedó observándolo mientras metía sus manos en su chaleco logrando poner nervioso al alfa.

— B-bueno... quería saber cómo estabas, el caso fue exitoso, vaya que al niño caprichoso hay que obedecerle.

— No soy caprichoso, Hoseok — se quejó.

— Si, y yo no soy alfa — rió levemente.

— ¿Qué es lo que quieres? Que sea rápido, no tengo tiempo para perder con alfas molestos.

Hoseok sonrió y sólo acomodó su cabello echándolo hacia atrás, acto que hizo al omega sonrojarse un poco gracias a lo atractivo que había sido aquello pero sólo desvió la mirada tratando de que el adverso no lo viera.

— Quería saber si gustas tener una cita conmigo — sonrió acercándose un poco más al rubio, ¿aceptas?

— ¿Una cita?...

—  Sí. Pensé en que de seguro estabas estresado por lo que a pasado últimamente y quería que pudieras divertirte. Tú me dices si quieres ir a comer, ir al cine, a jugar a un árcade...

— De hecho, éste fin de semana los Lakers tienen un juego — musitó un poco tímido.

— Bien, entonces iremos — sonrió sacando su teléfono para así dárselo al omega — dame tu número, así... me dices mejor dónde y a qué hora es.

— ¿Sabes que yo no ando con alfas tontos, no? — observó inexpresivo al adverso.

— Y yo no ando con omegas tontos — atacó.

Min frunció su entrecejo y sólo apuntó su número en aquel teléfono para luego, sin decir nada, volver a entrar a su casa. Hoseok se quedó hablando sólo pero al ver aquella puerta cerrarse se quedó en silencio, bajó la mirada y ahí pudo ver el número guardado de aquel chico que lo traía loco.

Sonrió y regresó hasta su motocicleta, colocó su casco, arrancó y así emprendió camino a su casa. Desde que vio por primera vez a ese omega, no había podido sacarlo de su mente, no era cómo todos los demás, sumisos, débiles, "femeninos", entre otras cosas. Yoongi era diferente, tenía su propio estilo y era capaz de cerrarle la boca a cualquier persona que se le pusiera enfrente, sin importar si era alfa, omega o beta. Yoongi era único y no quería perder una gran oportunidad cómo salir con él al menos una vez.

Por otro lado el susodicho seguía observando por la ventana hasta que escuchó a su abuela hablar.

— Vaya, mi pequeño tendrá su primera cita, ¿no? — sonrió mientras tomaba pequeños sorbos de su café.

— No es... la primera cita — musitó un poco triste y serio a la vez. Recordaba perfectamente las citas arregladas que su madre le había creado — No estoy seguro de ir, lo bloquearé si llega a hablarme de nuevo — respondió para luego ir hasta el comedor para así tomar dos palillos y partirlos por la mitad para comenzar a comer.

— Puede que sea difícil, cariño... entiendo que ahora veas a los alfas cómo tontos que sólo quieren doblegar a un omega, pero, no todos son así — acarició la mejilla de este — deberías darle una oportunidad, es un buen chico — tomó asiento copiando los actos de su nieto.

— ¿Lo conoces...?

— Sí, muchas veces tu padre lo trajo aquí ya que estaba en entrenamiento y él lo estaba adiestrando — explicó — es un solecito, siempre andaba sonriendo aún si tu padre lo ponía a correr por 4 horas — rió — es un joven muy honorable y lindo, deberías de darle una oportunidad. No todos tienen los pantalones bien puestos para venir a pedirle al hijo de un jefe de policía -que es super celoso- tener una cita.

— ¿Cita? ¿Cuál cita? ¿Quién tendrá una cita? — preguntó Yoonwoo sentándose en la mesa junto a su madre y a su hijo.

— Tú no seas un chismoso y come — se quejó la anciana haciendo reír a su nieto — Y vas a lavar tu ropa.

— Mamá, ya soy un hombre de 53 años, no me hables cómo si tuviera 15 — se quejó llevando comida a su boca — Además, ¿por qué hablaban de una cita?

— No es nada, papá, y mejor come, o sino me lo como yo — tomó con sus palillos un poco de carne del plato de su padre quien sólo frunció su entrecejo para luego quitarle también a su hijo.

Yoongi comenzó a reír mucho que incluso terminó ahogándose con el arroz mientras que su padre daba palmadas en su espalda. La anciana en aquella mesa sólo negó suspirando para luego seguir comiendo con una sonrisa, extrañaba ver a su hijo de esa forma al igual que a su nieto, una vez más se daba cuenta de la falta que ambos se hacían entre sí, una relación familiar que a cualquiera le gustaría tener.

INFERTIL | ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ +21 Where stories live. Discover now