⚠ (TW: Intento de Violación, TCA) ⚠
Hola, este capítulo incluye contenido sensible como avise anteriormente, si eres alguien susceptible a este tipo de temas, te invito a que te saltes este capítulo.
----
-
-
-
FREYA GRINDELWALD.
La semana ha sido cansada, regreso a Hogwarts con la moral hecha mierda y lo hago nada más por obligación.
No tengo otra razón expuesta y no me voy a preocupar por crearla, solo quiero acabar con los estudios y olvidarme de esta etapa.
Me la paso entrenando y me siento cansada a más no poder.
— Ya has comido algo ¿verdad — Draco me pregunta cuando salgo del comedor con camino a mi práctica.
— Si, sí. — Asiento. — Ya he comido algo, no te preocupes. — El me mira con seriedad y yo solo sonrió para terminar de convencerle.
Se despide y camino con paso acelerado hacia la zona determinada para la práctica, nuevamente es el bosque, pero ahora será en las faldas del río, lo que deja decir que será pastoso y húmedo todo.
Camino con la cabeza pesada cuestionándome la verdad.
¿Cuál verdad?
No recuerdo cuando fue la última vez que trague un bocado, y es que no es porque quiera, es solo que no tengo hambre y, a decir verdad, creo que he subido un par de kilos que no necesito ahora.
Después de unos cuatro minutos caminando y luchando con el terreno inestable, llego hasta el lugar determinado.
Atlas, y Eco están ahí.
Al igual que Linnaea.
El primer mencionado se acerca a saludarme. — Diosa. — Su apodo me cala los oídos y tengo un aceptar que me gusta.
— Eya, te he extrado. — Lina y su ahora oficial novio (Eco) llegan a abrazarme.
— Y yo a ustedes chicos. — Correspondo los saludos cuando Atlas llama a Eco para revisar la zona.
Linnaea se queda a mi lado y me observa con más seriedad que nunca.
—¿Freya estás comiendo? — Mi piel se eriza y no es necesario que me diga que he subido de peso porque ya lo se.
— ¿Por? — Le respondo con otra pregunta.
— Has perdido masa muscular desde la última vez que nos vimos. — Mira los músculos de mis brazos descubiertos. — Puede afectar a tu desempeño en la práctica, hasta podrías llegar a lesionarse— Levanto la mirada extrañada.
《Mierda...》
— Si, sí, lo sé, es por todo lo que ha pasado, pero, no te preocupes, ya estoy con unos batidos proteínicos.
Ella sonríe asintiendo.
— Me alegro, ahora vamos que Hécate ya llego.
***
Mi práctica termina y acaba con muchas más dudas aún.
Estoy jodida así que saco una barrita de cereal de mi casillero, pero cuando trato de dar el primer mordisco la arcada se me viene con fuerza.
No es el momento, y menos la comida con cual intentarlo así que simplemente la guardo y me doy un baño rápido para ir a ver a Pansy.
Me dijo que tenía algo demasiado importante que decirme, y resalto el demasiado un par de veces.
Amarró mi cabello en una cola alta y arreglada, me pongo una falda y una camisa de tono verde oscuro, dejó las botas de lado ya que las he llenado de barro y me pongo unos mocasines.
Se que son Prada o algo parecido, mi padre me los regalo para mi cumpleaños evitando la felicitación que tanto detesto.
Me termino de arreglar y salgo con camino al castillo arrepintiéndome de no haber traído una chaqueta conmigo porque el frío está que me mata y más después de la ducha con el cabello un poco húmedo todavía.
La reunión con Parkinson es en la torre de astronomía y sobo mis manos entre si tratando de generar calor propio.
Me inquieta que sea ahí, porque tengo que pasar por una zona trascurrida por los Ravenclaw, pero disipó todas las ideas caminando con rapidez.
Doy un paso tras otro y me tranquilizo internamente cuando sé que ya no falta mucho para llegar a la torre.
Tarareo una canción suave revisando mis uñas con el resplandor de la luna y...
Me toman de la cola de caballo con fuerza arrojándome dentro de una habitación.
— Maldita zorra. — Mi cuerpo se tensa al escuchar su voz.
Cálmate.
Relaje, respira y comienza a planear una huida.
Mi cabeza me lo repite una y otra y otra vez hasta el cansancio.
Chesnott está frente mío con una sonrisa psicótica en el rostro.
— ¿Qué mierda es lo que quieres? — Respondo con clara agresividad.
— Necesitas ser más educada con tu marido, Freya. — La piel me quema contra su tacto al escuchar cómo me acaba de llamar.
— Tú y yo, no somos nada, ya no más...— Lo suelto lo más calmada que puedo porque su respiración se acelera más y más, pero veo que no lo calma cuando pone repentinamente la palma de su mano contra mi frente y empuja mi cabeza hacia atrás logrando que choque con las paredes de ladrillos grandes y agrietados.
Mi chillido de dolor se escapa de mi boca y mis ojos se humedecen.
El golpe me vino de la nada y siento como la sangre comienza a correr tibia por mi cabeza.
— ¿¡Que mierda es lo que está mal contigo?! — Trato de llevar mi mano a la herida para hacer revisarla cuando me aprisiona contra la pared totalmente.
— ¡¿Crees que puedes robarme casi todo y andar como si nada por lados pasillos de mi casa esperando que no haga nada?!
— ¡No te he robado nada! — Contestó fuerte tratando de zafarme y alejarlo de mí, pero, siento que soy tan pequeña y débil contra el que poco a poco comienzo a entrar en pánico. — ¡Tú mismo pusiste el anexo en el contrato Gravy, solo lo recalque!
— ¡También te has follado a Draco! — Toma mi rostro con su mano sujetándolo con tanta fuerza que me comienza a lastimar. — ¡Admítelo de una puta vez!—.
No tengo ningún conflicto con aceptarlo porque me avergüenza en lo más mínimo, pero la luz que parpadea en el bolsillo de su camisa me hace saber que tiene una grabadora ahí.
《Va a joder a Draco, no va a ir a por ti, lo va a joder a él y a todo su apellido. 》
— ¡Dilo, di que te acostaste con el! — Presiona más y más mis mejillas y yo solo lucho para que me suelte, pero no puedo.... No tengo las fuerzas.
Siempre me cuestione el hecho de que Hela no haya hecho nada el día de su ataque.
Era fuerte, estaba entrenada, sabía las técnicas y los puntos, sabía cómo y donde atacar, creció luchando con Erlik por medio de prácticas, pero ella nunca hizo nada, lo intento tan débilmente que me desespero el enterarme.
Los exámenes forenses explicaron que su mayor golpe fue un rasguño en la cara del atacante ya que su ADN quedó en las uñas de mi hermana, pero nada más.
No había otra sangre que no fuese la de ella y eso me hizo enloquecer y enojarme tanto con mi hermana por no haberlo intentado.
Pero ahora la entendía.
Me sentía hundida, no tenía fuerzas ni un maldito rayo de esperanza que me hiciera salir de ahí.
Gritaba por ayuda y no había ni un alma cerca.
Me sentía desesperada, mi cuerpo no respondía. Tenía poderes que se activaban en situaciones de riesgo, pero heme aquí, en las manos de un tipo demente que no dejaba de gritarme y samaquear mi cuerpo con todas sus fuerzas.
— ¡Admite que fuiste su puta mientras pretendías estar enamorada de mí! — Su aliento chocaba en mi rostro y partículas de su saliva caían sobre mi piel asqueándome.
Estaba hastiada de su olor que cada vez me repugnaba más y más.
— ¡Suéltame! — Grito una vez más empujándolo con más fuerza que no se ni de donde saco.
— ¡Admítelo maldita sea! — Sujeta mi cara con violencia y la empuja hacia atrás golpeando mi cabeza por segunda vez.
El impacto me deja adolorida al igual que mareada, y si antes estaba débil, ahora no se cómo estoy porque hasta mantenerme me cuesta.
— Sabes. — Comienza a hablar y me aguanto las ganas de llorar cuando su mano se acomoda sobre mi muslo subiendo mi falda. — Me has quitado tanto que por lo menos yo debo tomar algo tuyo para estar a mano....
No, no, no.
Comienzo a luchar cuando sé que va a tratar de hacerme y me rehusó porque no quiero esto para mí.
No me lo merezco, carajo.
— ¡Suéltame ya! — Golpeo su pecho recuperando algo de fuerza, pero sus manos ya han desabrochado varios de los botones de mi camisa y comienzo a temblar sabiendo que no lo voy a detener, y si lo hago será muy tarde.
Besa mi cuello y no tomo rendirme como opción, pero simplemente parezco ser insuficiente ante él.
《Eres buena manipulando a la gente, en algún momento te debe servir de algo. 》
Lo que en su momento tome como insulto, salta a mi mente dándome esperanzas.
— Te van a matar. — Ríe sin gracia mientras continúa toqueteándome.
Sujeto el borde de su camiseta y le obligo a verme.
— Cuando Draco y Erlik se enteren, te van a hacer mierda, Chesnott. — Siento que por un segundo recuperar la noción de sus acciones, pero en vez de ver calma en su rostro su mano se estampa contra mí mejilla dejándome paralizada.
—¡¿Eso crees?! — Su mano va hacia mi cuello y la presión que comienza a aplicar me desespera.
《No puedo morir aquí, y menos de esta maldita forma》
— La única forma de que salgas de aquí es muerta, y déjame decirte que soy muy bueno escondiendo cosas...
Su agarre se aprieta y mi desespero aumenta, comienzo a dar manotazos y mi mente activa el plan de sobrevivencia el cual se había tardado en encontrar.
Trato de dar el último grito, pero no puedo con ello así que simplemente le empujó con todas las fuerzas que tengo disponibles, logro que retroceda mínimamente y con rapidez voy hacia el suelo por una escultura pequeña que se encuentra en unos estantes, la sujeto y golpeo su rostro con fuerzas y sin nada de precisión.
Chesnott cae al suelo y el chorro de sangre sale disparado manchando mi rostro al igual que mis manos.
Mi corazón parece querer salir de mi pecho y mi llanto se activa cuando me doy cuenta de que su pecho deja de lado el movimiento natural que conlleva una respiración fluida.
Lo he matado...
──────── ✧ ────────
DRACO MALFOY
Odiaba a muchas personas, pero definitivamente él estaba en mi top 1.
La sangre se me prendía cuando recordaba como la había amenazado, sé que él era pura habladurías, pero había algo que me ponía en alerta.
Dejo a Freya en su habitación antes de ir a la mía.
Nuestras vacaciones comenzaron geniales, y todo marchaba grandiosamente, hasta llegué a pensar que estaba dentro de un sueño, hasta que llego, junto a la rubia arruinando todo lo bueno y ahora estoy de regreso a Hogwarts acomodando mi ropa en la nueva habitación que me ha tocado este año, la comparto con Frey y Adrián.
Erlik ya no está de vuelta, el ambiente se siente mínimamente raro sin él, pero sé que, en pocos días, acostumbrarnos se nos hará fácil.
Mi primer día es común y sin nuevas noticias, los siguientes es lo mismo y rápidamente llegamos a la semana, hago todo lo que tengo que hacer; voy a clases, como cosas ligeras, tomo mis prácticas de Quidditch, y al final de cada día voy a la sala común a pasar un rato con Theodore, Zabini y Adrián.
— Ya, pero, si captas que ahora eres novio de una multi, mega, hiper millonaria. — Lo miro con una expresión graciosa plantada en mi rostro. — Si antes ya era demasiada multimillonaria, no sé qué es ahora.
— Dile que me pase el convertible ese del que hablamos la otra vez, seguro paso a su nombre con todo el conflicto. — Niego con una sonrisa y es que no me había puesto a pensarlo de ese modo.
Entramos a la sala común sentándonos en el mismo lugar de siempre.
Hay otras personas, pero no prestamos atención porque están concentrados en sus tareas asignadas.
Hablamos de tantas cosas que ya ni recuerdo un tema conciso porque a cada nada lo cambiamos por uno más aleatorio que el anterior.
Levantamos la mirada cuando Pansy entra a la sala jugueteando con las pulseras de su muñeca, y su rostro tiene una expresión impalpable.
— ¿Alguien ha visto a Freya? — Los chicos a mis lados niegan y mi mirada automáticamente viaja a la última vez que estuvimos juntos.
Fue después del almuerzo cuando me dijo que tenía entrenamiento con la sociedad y que no regresaría hasta las ocho.
Miro el reloj en mi muñeca y es un cuarto para las diez, ni siquiera sé en qué momento los minutos corrieron de tal forma, pero espolvoreo la idea cuando mis nervios se activan.
— Teníamos una cita a hace dos horas en la torre de astronomía, pero no ha aparecido. — Me levanto rápidamente porque Evanora no suele desaparecer sin dejar, aunque sea un mínimo rastro.
Salgo de la sala con el paso acelerado.
Frey debe estar en la habitación de Hécate que se encuentra al otro lado del castillo así que ahí es donde voy.
Pero repentinamente me choco con el que buscaba en medio del camino. Esta agitado, su pecho sube y baja con sincronización y la preocupación pareciera tallada en su rostro.
— Freya está en peligro—.
***
Salgo corriendo con camino a la torre de Ravenclaw, si algo le ha pasado, Gravy está relacionado y no temo ni un segundo en decirlo.
Subo las escaleras lo más rápido que puedo con casi todo el grupo atrás y mi pecho sube y baja con cansancio.
Es que si le ha llegado a pasar algo no me lo perdono jamás porque era mi responsabilidad cuidarle.
Giro a la derecha y grito su nombre con desesperación esperando que me responda.
Y ahí está, corriendo hacia mí con la cara llena de sangre y hecha un desastre.
Llega a mis brazos y mi reacción contigua es atraparla en ellos mientras trato de saber que le ha pasado.
— Eya, Eya... — Tomo su rostro entre mis manos y esconde este espantada por mi reacción, cosa que nunca había hecho, así que mi mente comienza a sacar las conclusiones obvias. — ¿Qué ha pasado?
Ella solo se esconde en mi pecho tiritando del frío y miedo.
— Necesito saber que te ha hecho, Eya.
Solo llora desesperada sin hacer mucho ruido y los demás están a nuestros lados con la cara de preocupación a más no poder.
— Chesnott, el. Él ha tratado de... —.
No es necesario que acabe la oración porque lo tengo muy en claro, así como Adrián que ya está en camino a la única habitación con puerta abierta del pasadizo.
— Voy a matarlo. — Trato de caminar, pero Freya se aferra a mi pecho llorando más aún.
— ¡No! — Solloza. — No, no me dejes sola. — Niego trayéndola hacia mí para abrazarle.
— Claro que no, cariño. Claro que no te voy a dejar sola. — Frey viene por otro lado a tratar de abrazarla, pero ella se espanta evitando su tacto y me jode tanto ver como la ha dejado.
Adrián sale del cuarto con las manos llenas de sangre, camina rápidamente hacia nosotros para hablar con la mayor discreción posible.
— Aún tiene pulso, débil, pero lo tiene.