FREYA GRINDELWALD
Algunas veces, no puedes hacer nada más que acoplarte a la situación.
Mi padre no quiso dar represalias.
《"No quiero más malditos dramas."》
Eso fue lo que dijo, y tuvimos que acoplarnos, aunque Erlik y yo estuviéramos en llamas, no se pudo hacer más.
Porque si Perseo ordenaba, no importa quien fueras, ni que puesto tuvieras, se hacía.
Estamos frente al comité de la Élite y el grupo de blancos millonarios y privilegiados como casi todos en esta sala, evaluaba el caso frente a nosotros.
Mi padre está a mi lado, y mi abogado al otro.
Chesnott se encuentra en la mesa del lado, con su madre, padre y sus cinco mil abogados, lo triste para ellos es que saben que ni siquiera ellos podrán salvarle.
Tengo lentes oscuros y no es difícil parecer como mierda porque lo estoy.
No duermo hace días y Draco tuvo que salir del país por una emergencia en las empresas de su padre, se supone que llegaría hoy pero no esta seguro.
— Todos los hechos nos comprueban lo indicado. — Uno de los hombres con aspecto más serio habla. — La falta de él joven Gravy es clara y grave.
— Tienen dos opciones. — Una mujer habla. — Una reconciliación escrita con plazo de treinta días, o un divorcio definitivo según los términos planteados en el contrato. — Indica sacando el contrato indicado de un folder. — ¿Cuál es su decisión mutua? —.
— ¡Reconciliación!
— Divorcio...— Chesnott es el que habla primero y yo respondo con mi elección más que tomada.
Los padres de él me miran y sé que me ruegan internamente. Si acabo con este matrimonio, van a tachar de muchas listas su apellido.
— Se abre tiempo de debate con plazo de diez minutos. — El hombre del principio indica y Chesnott comienza a hablar.
—Se que la he arruinado, pero tienes que perdonarme, Eya... Necesitaba un desfogue y ella estaba cerca, habían pasado cosas internas en mí, y fue una opción accesible al igual que fugaz.
Niego con la cabeza.
Astoria esta delante de nosotros sentada sobre un banco junto a otras personas, porque hace unos minutos paso a declarar como testigo.
Baja la mirada y sé que está a nada de llorar.
Me toca mi turno y abro la boca, sé que puedo destruirle emocionalmente y dejarle como mierda, pero no tengo la suficiente energía como para hacerlo. — Esta claro que la traición solo ha corrido por tu parte, y mucho más aún que no pienso perdonarte. — Esclarezco. — A veces a hay que atentarse a las consecuencias, y desde el principio sabias que perdonar, yo no sé... — Me acomodo los lentes y doy a entender que he acabado—.
Ni siquiera le he mirado, pero mi atención es atraída cuando salta la división entre puestos apareciendo a mi lado, toma mi muñeca y me levanta.
— Solo te estoy pidiendo que perdones un error mío...
— Te la follaste. — Mi asco es gigante cuando toma mi rostro entre sus manos, su mirada es maniática y desesperada. — Y yo no perdono esa clase de pecados...
《Claro que lo haces...》
Mi voz interna me lo susurra y hago lo que puedo para ignorarla.
— Es solo una oportunidad. — Su agarre se endurece y mi padre da un paso hacia nosotros tenso.
— Mírala y dile que no la amas...— Lo reto sabiendo que no podrá porque se muere por Astoria a más no poder.
Se queda quieto destilando odio dirigido a mí.
— ¿Ahora lo ves?
Se toca la campana que indica que el tiempo de conversación se ha acabado.
— Según la indicación 3452º de las leyes clasificadas y creadas por la organización elitista mágica mundial. — Un hombre que no reconozco comienza a declarar el final del caso. — Chesnott Renzo Gravy Vítale, y Freya Evanora Grindelwald Everett quedan divorciados con las indicaciones principales y planteadas en el contrato realizado y firmado días antes de la boda contraída.
Me siento complacida a un sesenta por ciento y sé que en unos segundos se completará el porcentaje restante.
— Los bienes se mantendrán con los generadores originales y los apellidos de solteros mantendrán validez sin que alguno pueda otorgarse el de su cónyuge pasado personalmente. — Espero que termine de hablar e interrumpo educadamente.
— De hecho. — Todos voltean hacia mí. — En el contrato es estipulado que, si una de las partes realiza adulterio, el "traicionado". — Hago comillas con mis dedos mientras continúo hablando. — Como recompensa será acreedor del ochenta y tres por ciento de todos los bienes generados y por generar o explotar del que haya cometido el desacato....
La cara de los Gravy se desfigura.
El encargado del comité relee el contrato por quinta vez y el fragmento salta a sus ojos.
Sonrió internamente porque los mismos Gravy estipularon esa fracción en el papel.
— Me rectifico. — El hombre de corrige. — El ochenta y tres porcientos de los bienes producidos, por producir, y en procesos ya sean; propiedades, cuentas bancarias, empresas, compañías, asociados entre otros, pertenecientes a Chesnott Renzo Gravy Vítale son otorgados a Freya Evanora Grindelwald Everett como fue estipulado en el quinto anexo redactado y exigido por los Gravy Vítale.
El heredero maldice y su padre no hace más que apartarle la mirada con asco.
Acaba de joder todo porque semanas antes del matrimonio su padre le volvió accionista mayor y dueño legal de tantas cosas como ni siquiera se pueden imaginar.
— La sesión se cierra dando final al altercado, cortando lazos completos entre familias. — Acaban con todo y salgo del lugar con mi padre delante mío, se distrae un segundo quedándose a hablar con no se quien, así que me quedo esperándole a unos pasos atrás cuando mis oídos captan el sonido furioso de los zapatos golpeado el piso con furia.
— ¡Voy a matarte! — Chesnott corre hacia mi antes de que unos hombres de seguridad lo detengan a centímetros de mi cara. — ¡Vas a pagar por todas tus jugadas de mierda!
《Él iba a golpearme...》
Me paralizó por completo porque como nunca la amenaza me choca haciéndome sentir vulnerable.
Posiblemente es la situación por la estoy pasando pero que haya estado a centímetros de tocarme me pone los pelos de punta.
— ¡¿Entendiste?! — Trata de zafarse y yo me mantengo seria en mi puesto. — ¡Dile a Malfoy que no te descuide porque en cuanto te vea sola, te jodo!
La gente se acumula a los lados y de pronto ya no es suficiente dos personas para sujetarle, si no que una más se une. Esta tan malditamente agresivo que no le reconozco.
Los flashes se reflejan en mi rostro cuando la última amenaza cae en peso sobre mí.
— ¡Te voy a hacer rogar! — Trata de soltarse del agarre por decima vez. — ¡Vas a llorar, maldita zorra mentirosa!
Mi padre toma repentinamente mis hombros moviéndome del camino con fuerza y rapidez cuando Draco aparece caminando hacia Chesnott con el pecho subiendo y bajando por la ira.
—¿¡A quien mierda vas a hacer llorar?! — Lo encara y sus rostros están a centímetros. — ¡Responde nenaza de mierda!
Al parecer si logro llegar el día de hoy.
No le toca ni un pelo porque eso arruinaría completamente su actitud alabada por la sociedad.
《Él es un caballero. 》
Y todos lo conocen por ello.
— ¿Te faltan cojones verdad? — Chesnott se queda en su sitio mirándole sin bajar el rostro, bufa frente su cara y Draco se está aguantando las ganas de golpearlo a más no poder.
— Como te atrevas a tocarla... El muerto, va a ser otro. — Da dos pasos hacia atrás sin dejar de mirarle.
Acaba de amenazarle frente a todos los periódicos mágicos existentes.
Voltea mirando a la prensa sin expresión en el rostro.
— Amenaza por amenaza. Así van las cosas. — Mi padre lo defiende plantando cara. — Creo que queda más que claro quien atento contra la integridad de mi hija.
***
— ¿El continuara en Hogwarts? — Draco le pregunta a mi padre mientras come la pasta con salsa roja servida en su plato.
— Lamentablemente. — Perseo toma un sorbo de su vino tinto añejado por no sé cuántas décadas. — Sus notas no pueden ser trasladadas por motivos variados, pero sé que solo se quedará el primer trimestre.
El rubio asiente tomando de su vaso de agua.
Mi hermano pequeño está sentando a mi lado y le miro orgullosa sabiendo lo inteligente que es.
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— Solo quítale el dinero entonces. — Responde con simpleza sentado en mi escritorio el día después de la boda.
— No es tan fácil, Tánatos. — Niego con simpleza desmaquillándome.
— Has que te engañe. — Alzo las cejas mirándole. — En el caso de que aún no lo haya hecho.
— ¿Perdona? — No entiendo.
El rodea los ojos como si fuera la más tonta del mundo entregándome el contrato firmado hace unos días, sé que lo estaba leyendo por curiosidad.
— Lee los anexos, creo que el sexto. — Se baja de la mesa. — Tengo que irme, mis caricaturas ya han empezado.
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Regreso a la conversación dejando de lado mis recuerdos cuando mi padre menciona mi nombre.
— Freya. — Suelta una última vez y yo contesto sin hablar solo moviendo la cabeza. — Mientras que él no se vaya, no te acerques a la torre de Ravenclaw. Draco le ha plantado cara, pero no tiene pinta de que este lo suficientemente cuerdo como para acatar lo pedido.
Asiento tranquila.
— Si tienes que cambiar clases para estar alejada de él, pues hazlo. — Asiento por segunda vez jugando con mi comida en plato. — No te alejes ni de Draco, ni de Pucey, y mantente cerca de las personas de confianza.
— Si papá, que ya lo he entendido. — El asiente complacido continuando con su comida mientras escucha atento a más no poder sobre los nuevos resultados de la investigación relacionada con los reptiles de Tánatos.
"Tu padre me adora..."
Su voz choca en mi cabeza haciendo que levante el rostro mirándole, pero él se encuentra igual de atento escuchando a él menor en la mesa.
Sonrió embelesada.
"¿Ya has aprendido?"
Respondo de la misma forma, y es que la legeremancia también se puede utilizar como método de comunicación intermitente y cercano.
Frey y yo solíamos hacerlo a veces.
"Si, solo para decirte cochinadas frente a todos sin que puedan escucharnos."
Río en voz baja con los fideos dentro de la boca.
"¿También me puedes pasar las respuestas de los exámenes?"
El me mira discretamente negando.
"Eso ya es codiciar mucho, complácete con que te diga lo ardiente que te vez con el uniforme."
Sonrió mirándolo y siento que divago por unos minutos en lo claro de su piel.
Si, creo que estoy enamorada...