Capítulo 22

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— ¿Vainilla o chocolate?

Le preguntó Yongsun con expresión seria en su rostro, como si estuviesen discutiendo un tema de vida o muerte. Le brillaban los ojos y aún tenía las mejillas sonrojadas, Moonbyul realmente no podía discernir si era por el alcohol o por el cambio de temperatura al entrar al local.

— Lo que tú quieras.

— Hmm... Está bien. —Aceptó la otra muchacha. —Hoy me siento un poco atrevida, así que iré por vainilla.

Byul dejó escapar un bufido burlesco que casi se transformó en una risa y la rubia le sacó la lengua antes de irse a hacer fila para comprar. Eran casi las tres de la madrugada y Yongsun le había rogado pasar por un McDonald's 24/7 a comprar helado. Sí, helado en pleno invierno.

No necesitó esforzarse mucho para que Moonbyul aceptara sin titubear; de la misma manera en la que había aceptado la invitación de acompañarla a su departamento. Una extraña e inesperada oferta que probablemente no portaba ninguna intención además de amistosa, pero aún así Byul no podía evitar comenzar a imaginarse cosas.

Probablemente si hubiese estado sobria habría declinado la invitación de inmediato. Era demasiado riesgoso para ella misma y sus propios sentimientos el ir a su casa y más encima estando levemente fuera de sí. Realmente no parecía la mejor opción, pero no era como si pudiese tomarle atención a la lógica durante esos momentos; la compañía de Yongsun era demasiado adictiva, tanto, que quería que esa noche durase por siempre.

Mientras la boxeadora se dirigía a hacer la fila para comprar, Moonbyul se había acomodado en una de las mesas para descansar un poco. Había varias personas en el local, pero por suerte no estaba lleno. Para hacer más amena la espera, sacó su teléfono y revisó sus redes sociales con cierto desinterés.

Se sentía con un poco de somnolencia; la noche anterior había dormido muy poco y su día había estado demasiado atareado, pero se forzó para estar despierta y algo alerta mientras esperaba a la boxeadora. Abrió aplicación de la cámara y le sorprendió ver que no se veía tan agotada como se sentía. Estaba concentrada ordenándose unos mechones de cabello cuando de pronto:

— ¿Una foto?

Sintió una corriente cálida de aire en su oreja y un potente escalofrío pasó por todo su cuerpo. Llegó incluso a soltar un leve gemido por la sorpresa. La rubia se había acercado por su espalda y se había apoyado en su hombro, con dos helados en cada mano.

— Vamos, Moonbyul, una foto. —Insistió ella, ajena a las sensaciones que le provocaba.

— Dame un segundo.

Murmuró ella, temblando mientras estabilizaba el teléfono para que apareciese la mayor en el marco. Sacó tres fotos sin poder mirar a Yongsun a través de la pantalla, estaba demasiado nerviosa teniéndola prácticamente encima. Al menos eso la había ayudado a despertarse por completo.

Yongsun se separó de ella con su constante energía alegre y le tendió con elegancia uno de los helados.

— Helado de vainilla de maquina de McDonald's a las tres de la mañana.

Le ofreció con un tono gracioso, como si se estuviese refiriendo a una comida muy lujosa. Moonbyul negó con la cabeza con una sonrisa en los labios y aceptó haciendo una sobreactuada inclinación. Yongsun rió suavemente al notar que le seguía el juego, y Moonbyul notó por primera vez en toda la noche que las mejillas le dolían de tanto sonreír.

Quizá sí era un lujo, pensaba mientras miraba de reojo a la rubia, quien comenzaba a comer su helado con tanta felicidad que se movía en un pequeño baile. Después de un par de minutos terminaron de comer y Yongsun se levantó lentamente de su asiento.

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