Capítulo 69

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Yongsun apoyó la espalda en la incómoda silla y dejó escapar un pesado suspiro que no logró aliviar en nada su preocupación. Luego bajó la vista y notó el vapor que salía de forma lenta e hipnotizante del vaso de café barato que había comprado y cómo su mano temblaba ligeramente mientras lo sostenía.

Por mucho que intentó parar el movimiento, sus manos no dejaban de temblarle, por lo que optó por dejar el vaso apoyado en el suelo, en un ángulo seguro para no darlo vuelta con los pies de manera accidental.

Ni siquiera sabía bien por qué lo había comprado, ya que estaba segura de que iba a ser incapaz de tomárselo—su estómago estaba hecho un nudo y podía jurar que iba a vomitar en cualquier momento.

Bajó la cabeza y se llevó las manos a los ojos, sintiendo como todo su cuerpo estaba apretado en una tensión casi asfixiante. Y ante aquella pausa, la primera después de tanto frenético movimiento de un lado a otro, su cabeza volvió a rememorar todo lo que había pasado durante las últimas horas.

Acababa de sorprender a Moonbyul a las afueras de su trabajo con unas bonitas flores por su cumpleaños cuando justo había comenzado a llover. Recordaba la dulce expresión de la joven y cómo sus cansados ojos se habían llenado de tímidas lágrimas ante la sorpresa de verla allí en un día tan especial como ese.

Recordaba haberse preguntado qué iban a hacer a continuación, ya que había llegado allí sin un plan en concreto. Había pensado en invitarla a comer a su lugar favorito de la ciudad, en llevarla de la mano al cine, o a un arcade lleno de videojuegos en donde ella probablemente sería muy torpe cómo para ganar y Moonbyul demasiado buena como para competir contra ella. 

Aunque eso realmente no importaba si estaban las dos juntas, riéndose y disfrutando de la compañía de la otra.

Sonaba vergonzoso e incluso ridículo ahora que las circunstancias habían cambiado tan drásticamente, pero también había tenido las intenciones de, a lo largo de la noche, pedirle que fuese su novia. No había planeado el momento, ni las palabras que iba a decirle, pero la verdad era que la rubia no necesitaba nada de eso; la espontaneidad era su fuerte, y confiaba en que la pelimorada entendiese el intraducible lenguaje de su corazón.

Se había imaginado tantas situaciones, todas buenas, porque estaba de buen humor y últimamente las cosas andaban muy bien entre ellas: Se llamaban a menudo, se mandaban mensajes contándose de su día, hacían videollamadas cuando no podían verse y cada vez que la veía sentía un nerviosismo exquisito junto con un amor tan intenso que a veces incluso la asustaba un poco.

Pero a pesar de eso, tenía tantas ganas de decírselo, de intentar encontrar las palabras adecuadas y de ver sus ojitos llenos de ilusión cuando sus sentimientos lograsen alcanzarla. La verdad era que había estado esperando ese día con tantas ansias que le había costado bastante dormirse durante la noche anterior.

Pero absolutamente todo se había puesto en pausa en el momento en que el teléfono de Moonbyul había sonado.

Recordaba haberla observado con curiosidad cuando ella lo había sacado lentamente de uno de sus bolsillos y había mirado la pantalla con desinterés al percatarse de que quién llamaba era un número que no tenía registrado.

— Contesta, quizá es algo importante.

Había dicho ella, alzándose de puntillas para observar la pantalla y Moonbyul le había negado con la cabeza mientras abrazaba con cariño las flores que le había regalado antes de olerlas.

— No creo que sea más importante que estar contigo.

Dijo de manera dulce y testaruda, y recordaba cómo había sentido que se derretía por dentro al escuchar esa respuesta. Pero, por alguna razón había decidido insistirle mientras le daba un suave codazo para que se apresurara.

[HIATUS] Complex | MOONSUN | WHEESA |  MAMAMOOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant