[HIATUS] Complex | MOONSUN | WHEESA | MAMAMOO

Capítulo 13

Era temprano por la mañana y hacía un frío terrible; el cielo estaba completamente despejado después de una nevada intermitente de dos días y el aire estaba tan congelado que dolía respirar, por lo que Moonbyul se ajustó la bufanda haciendo que sólo sus ojos quedaran visibles y guardó sus congeladas manos en los amplios bolsillos de su chaqueta.

Ese día en particular había elegido tomar el transporte público porque las calles estaban demasiado húmedas y resbalosas para su gusto, así que se encontraba esperando pacientemente en la parada de autobús mientras escuchaba música. Habían acordado en reunirse con Solar a las nueve de la mañana en su gimnasio para comenzar a coordinar cómo iban a abordar la extraña dinámica que le había solicitado, por lo que mientras se dirigía hacia allí pensaba que aún le sorprendía el haber podido convencer a una campeona de boxeo a ayudarla con su trabajo.

Se preguntaba si es que la rubia había accedido producto del caos emocional de aquel día, o si a pesar del favor que le había hecho, había aceptado igual porque le interesaba su extraña dinámica de trabajo. Sonrió pesadamente y sacudió la cabeza, intentando deshacerse de aquella idea, ¿Quién iba a interesarse en su manera de hacer las cosas? Pensó. Solar solo la ayudaba porque ella la había ayudado a buscar a Wheein, nada más.

Abordó el autobús con cuidado y se fue hasta el fondo para sentarse al lado de la ventana. Apoyo su bolso en sus piernas y cambió la canción que estaba escuchando antes de volver a sumirse en sus pensamientos.

Seguía pensando en Wheein... Honestamente no podía sacarse de la cabeza lo que había visto esa noche. Por mucho que se repitiese a si misma que eso no era asunto suyo, no evitaba que volviese a rememorar, una y otra vez, lo que—accidentalmente—había descubierto esa noche.

...

Cuando vio que Solar había entrado al edificio, dejó escapar un suspiro que no sabía que tenía atrapado en su interior y procedió a mirar el cielo, algo preocupada. Seguía nevando lentamente y a ratos, pero temía que se intensificara, por lo que se sacó los guantes para buscar en su teléfono la ruta más rápida para volver a su casa desde allí.

Mientras veía el mapa notó que aún tenía marcado la dirección de Wheein, y sin sacarla aún, se dio cuenta de que no se desviaba mucho de la ruta que le ofrecía la aplicación para devolverse hacia su departamento.

Dudó.

Se pasó los dedos por el cabello húmedo y se mordió el labio mientras miraba y movía el mapa con sus dedos para darle distintos ángulos. Se preguntaba si valdría la pena pasar nuevamente por la casa de dos pisos de Wheein. Solo por si acaso. ¿No haría daño, o sí?

Decidió tomar una decisión cuando la pantalla comenzó a humedecerse y salpicarse con la nieve que iba cayendo. Probablemente no serviría de nada, pero pasaría por la calle donde vivía la pintora, sólo para asegurarse.

Revisó las llantas antes de partir y se colocó nuevamente los guantes. Una vez se puso en marcha se dio cuenta que extrañaba el peso de su acompañante en la espalda y sus brazos rodeándola. Sin ellos, el frío se notaba tan intensamente que dolía. Se recordó que debía comprarse ropa más abrigada si es que no quería pescar un resfriado, ya que la temporada de frío recién estaba comenzando.

Las calles estaban con escarcha y tenía que poner el triple de atención en conducir la moto para no perder el control. Se daba cuenta que, por seguridad, los autos comenzaban a tomar una distancia prudente de ella, y eso le permitía ir un poco más rápido de lo que usualmente iría con esas condiciones climáticas. Notó a su alrededor que la nieve comenzaba a intensificarse y se aferró con fuerza al manubrio para doblar por una de las arterias principales de la ciudad y se metió en una de las calles que la llevaría hasta la casa de Wheein.