[HIATUS] Complex | MOONSUN | WHEESA | MAMAMOO

Capítulo 41

El cielo estaba completamente negro y la falta de iluminación constante de la carretera daba paso a una profunda oscuridad que solo era contrarrestada por las luces delanteras del auto. Llevaban alrededor de media hora de viaje en la misma dirección y ya habían dejado la ciudad atrás. Sentada en el asiento de copiloto, Wheein miraba con atención por la ventana, intentando dar con alguna pista de su próximo paradero, pero solo veía oscuridad y ocasionalmente la intensa luz de otros autos yendo en dirección contraria.

La calefacción estaba encendida a una temperatura agradable y de fondo sonaba una de las canciones de un álbum de blues que había colocado desde su teléfono. Todo habría sido perfecto si no fuera por el hecho de que de pronto había caído en cuenta de que acababa de conocer a Hyejin y había aceptado acompañarla a un lugar tan recóndito como ese.

¿No era así como sucedían los asesinatos en serie? Pensó de pronto, con exageración, pero también con verdadero terror.

Y su cabeza dio un terrorífico tour por los peores escenarios posibles en donde Hyejin podría acabar con su vida y deshacerse de su cuerpo. Wheein tenía una imaginación muy activa, y debido a que últimamente no estaba gastando su constante creatividad en crear, era capaz de imaginarse las peores cosas posibles con una increíble cantidad de detalles.

Cuando ya iba en la quinta simulación de homicidio en su cabeza, parpadeó un par de veces antes de darse cuenta de que no había mucho que hacer si esas eran las verdaderas intenciones de su acompañante.

'¿Y sería realmente tan terrible?' Susurró la parte más oscura dentro de ella y tuvo que sacudir la cabeza para ahuyentar aquel pensamiento.

— ¿Estas bien?

Escuchó la suave voz de la morena mientras doblaba por un camino de tierra que iba en ascenso.

— ¿No vas a asesinarme, cierto? —Preguntó finalmente, con un leve tono de broma que pretendía esconder su desconfianza.

— ¡¿Qué?! —Fue la respuesta de Hyejin, completamente sorprendida. — ¿Por qué? ¡No! ¡Por supuesto que no!

Exclamó tan fuerte y rápido que Wheein la quedó mirando con la boca abierta, sintiendo unas enormes ganas de reír que rápidamente suprimió apretando los labios. Había sido una reacción encantadora y totalmente inocente que despejaba todas sus ridículas sospechas respecto a la actriz.

— Sólo te llevo a ver las estrellas, te prometo que no voy a hacer nada malo. —Siguió excusándose la morena, totalmente concentrada al volante. —Dios mío, ¿Por qué piensas esas cosas?

La pintora rió suavemente, sintiéndose mucho más relajada y apoyó la cabeza en la ventana disfrutando de la calidez del auto, de la música, y de la silenciosa presencia de su acompañante por el resto del camino.

Minutos después de un tranquilo ascenso por una ruta señalizada, se estacionaron en un pequeño mirador con bancas que tenía varios arbustos alrededor. El lugar estaba desierto a excepción de ellas dos.

— Uh, generalmente aquí vienen más autos, pero supongo que tuvimos suerte. —Comentó Hyejin justo después de apagar el motor. —Hace un poco más de frío aquí—le informó mientras se giraba para buscar algo entre los asientos traseros—así que ponte esto—le pidió, pasándole un abrigo grueso de color negro.

— Oh... gracias. —Asintió ella, tomándolo con cuidado. —¿Y tú?

— Yo también tengo el mío. —Le dijo con su voz suave, dedicándole una sonrisa antes de sacar del asiento trasero una chaqueta blanca. —¿Vamos?

Le preguntó dulcemente y Wheein asintió antes de salir del auto y abrigarse. Afuera hacía un punzante frío que fue rápidamente neutralizado por la ropa que le había prestado Hyejin. Su acompañante se giró hacia ella y le hizo un gesto para que la siguiera.