Capítulo 19

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Moonbyul se había ido como alma que lleva el viento hacia las afueras del teatro después de apresuradamente haberse despedido de Hwasa con una leve reverencia de agradecimiento. No tenía la energía para soportar otro viaje en auto con ella, así que decidió bajar a pie por el amplio sendero de una de las laderas de la montaña donde se ubicaba el recinto. Por suerte no estaba a tanta altura y no se demoró muchos minutos en bajar hacia las calles principales de esa parte de la ciudad.

Eran alrededor de las seis de la tarde, y el tenue sol de invierno, levemente escondido entre las nubes, ya descendía por el horizonte, dando paso al atardecer. Mientras corría una leve brisa helada, típica de invierno, Moonbyul miró el cielo nuboso buscando calma y estiró un poco el cuerpo antes de continuar caminando para buscar alguna estación de metro.

Había dejado la moto en el mecánico el día anterior porque el tubo de escape había estado sonando raro; por lo que debía moverse a pie al menos durante un par de días. Aunque realmente no le molestaba mucho el ser una peatona más en la ciudad. Le recordaba a sus días de adolescente, donde solía salir mucho, y gracias a eso, se sabía casi de memoria el plano del transporte público, al menos el del tren subterráneo, por lo que no tenía problemas en moverse por Seúl. ¿Extrañaba la moto? Por supuesto que sí, pero no le gustaba quejarse respecto a lo que no podía cambiar, no era su estilo.

A pesar de que no se ubicaba mucho en ese lado de la ciudad, no le costó mucho encontrar una estación y desde ahí irse en dirección a su hogar. Mientras viajaba, acomodó el portafolio en uno de sus brazos para que no se cayera y parpadeó lentamente, apoyada en una de las paredes del vagón, algo cansada. No había podido dormir mucho con la compañía de Hani durante la noche y tenía varios músculos adoloridos producto de eso. Dejó escapar una leve sonrisa producto del recuerdo y seguidamente bostezó, pensando en lo bien que le vendría un merecido descanso apenas llegase a su hogar.

Sólo a ella se le ocurría usar su sábado en asuntos relacionados con el trabajo. Bueno, a ella y a Hyejin.

Aun se le apretaba el corazón al acordarse sobre lo que había pasado, y aún recordaba cómo se había sentido en ese segundo en el que la había mirado a los ojos; era como si todas las emociones se le desbordaran y estuviese a punto de derramar todo lo que sentía —en lágrimas o en palabras—; pero no sabía qué era todo, y eso le asustaba. Le asustaba tanto que tenía que salir de ahí, porque no quería que el rencor se apoderase de ella y producto de ello terminar tratando mal a la joven. El daño del pasado ya estaba hecho y sabía que el hacer sentir mal a Hwasa no la haría sentir mejor a ella. Por eso, en caso de no saber que iba a pasar, prefería huir.

Aunque claramente sabía que ambas tenían una conversación pendiente, muy densa, y probablemente muy dolorosa.

Suspiró y sacudió la cabeza para intentar dejar de pensar en ello.

De pronto, su teléfono comenzó a vibrar con una llamada entrante y mientras lo sacaba de la chaqueta pensó que era Hani. Siempre pensaba que era Hani, sobre todo si la llamaban durante un fin de semana, pero para su sorpresa, era Solar. Su corazón se saltó un latido y rápidamente contestó.

— ¿Hola? ¿Solar? —Preguntó algo dudosa, con la vista en los carriles de distintos trenes urbanos que podía ver por la ventana mientras pasaba a una alta velocidad.

— ¡Moonbyul! —Contestó la boxeadora con voz levemente agitada —¿Estás ocupada? ¿Puedes hablar?

— Sí, ¿pasa algo? ¿estás bien? —Estaba un poco confundida por las preguntas de la rubia.

— ¿Puedes salir... ahora? —Notó un tono de duda en su voz y se puso nerviosa por la pregunta. —¿Conmigo? —Terminó de agregar y Byul se sintió incapaz de hablar. —¿Moonbyul?

[HIATUS] Complex | MOONSUN | WHEESA |  MAMAMOOOù les histoires vivent. Découvrez maintenant