[HIATUS] Complex | MOONSUN | WHEESA | MAMAMOO

Capítulo 45

Era alrededor del mediodía cuando Moonbyul despertó con una leve resaca y la boca seca. Se removió levemente en la cama, estirando las extremidades y notando como le rugía el estómago.

Abrió lentamente los ojos con pesadez, sintiendo en los brazos la sensación de haber estado abrazando a alguien y se quedó de pronto completamente quieta mientras los recuerdos de todo lo que había sucedido de a poco llenaban su mente.

A pesar de que el profundo sueño había borrado los detalles, Byul era capaz de armar una clara cronología de todo lo que había pasado con Yongsun en su cama. Finalmente, lo que había ansiado con tantas ganas había ocurrido, un poco más pronto de lo que pensaba, pero había sucedido de todas formas.

Parpadeó varias veces mientras repetía un par de escenas en específico en su cabeza y se incorporó en la cama con un poco de dificultad. El roce de su cuerpo con las sábanas la hizo darse cuenta de que estaba totalmente desnuda y la realización la hizo sentir el frío que había estado ignorando desde que despertó.

— ¿Yongsun?

Preguntó al aire y se quedó el silencio, prestando atención a los sonidos de su alrededor.

No hubo respuesta.

— ¡¿Yongsun?! —Preguntó, un poco más fuerte.

Nuevamente, silencio.

Y allí fue cuando se dio cuenta—Yongsun se había marchado, probablemente muy temprano aquel mismo día. Se había ido sin ni siquiera despedirse.

Moonbyul se mordió el labio mientras sentía cómo la decepción y la ansiedad la comenzaban a invadir. Se abrazó el cuerpo y se quedó con la mirada perdida. Pensando.

¿Había ella hecho algo mal? ¿Se habría asustado? ¿Se habría arrepentido?

¿Todas las anteriores?

Cerró los ojos y recordó de pronto todas las veces en la que ella había estado al otro lado de la historia; yéndose a escondidas al amanecer, intentando no hacer ruido para no despertar a quién sea que estuviese durmiendo en la cama—como un fantasma que sólo está presente durante la noche y con las luces del día se desvanece de forma silenciosa.

La personificación del miedo al compromiso; una declaración de que todo lo que había ocurrido quedaba simplemente debía quedar en eso sin volver a repetirse.

¿Así era cómo se sentía? Pensaba, mientras se hacía le ánimo para estirarse a abrir las cortinas y un poco la ventana para ventilar el lugar. Una vez de vuelta en la cama, bostezó levemente y se quedó mirando el lado en donde había dormido Yongsun.

¿Realmente había dormido allí? Se preguntó, palpando el colchón con ambas manos, esperando aunque sea encontrar un cabello rubio entremedio, pero por mucho que deslizó sus dedos por la tela no encontró nada distinto.

Se arrastró hacia ese lado de la cama y enterró la cabeza en la almohada, notando el casi imperceptible aroma a Yongsun. Quizá lo estaba alucinando a esas alturas y la joven se había ido hacia tantas horas que ya no había nada que indicara que alguna vez había estado realmente allí.

Echó un vistazo hacia su escritorio, esperando ver alguna nota, o algún objeto fuera de lugar, pero todo estaba exactamente igual que cómo lo había dejado antes de salir.

Con la esperanza ya desvaneciéndose, tomó su teléfono y descubrió que tampoco tenía algún mensaje o llamada de la boxeadora. Nada, no había nada. Nada después de aquella espectacular noche que a estas alturas parecía casi ficticia.

Dejó escapar una risa incrédula mientras dejaba el teléfono de lado.

Pensaba que esta vez sería distinto. Más bien, estaba segura de que esa vez iba a ser distinto. Y para peor, la resaca no hacía más que acentuar la sensación de soledad.